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Paisajes y escenarios: Yatasto, punto de encuentro

La vieja estancia de Metán fue el escenario de encuentros históricos. El abrazo de San Martín y Belgrano la eternizó como un símbolo de lo que ellos soñaban para la Patria.
Sabado, 21 de enero de 2023 01:36
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En el sur de la actual provincia de Salta, a fines del siglo XVIII, se establecieron diversas postas en la "Carrera de Postas en la Provincia". En 14 de setiembre de 1784 por convenio celebrado con el vecino de Salta, Don Francisco Gavino Arias, se estableció una posta en el Arenal (departamento Rosario de la Frontera). El título de maestro de postas fue concedido a su hijo Juan Francisco Arias. El 7 de marzo de 1795, por iniciativa del Visitador Don Antonio Ramón de Zulaica, se agrega una posta a seis leguas del Arenal en la Estancia del Rosario, actualmente Rosario de la Frontera, su primer maestro de postas fue Juan Francisco Alvarado, padre del general Rudecindo Alvarado. En agosto de 1789 se estableció una posta en Las Cañas. Distaba seis leguas de la Estancia de Concha, posta vecina a San José de Metán.

La preexistencia de estas postas ha inducido a error al considerar la Estancia de Yatasto con la denominación de posta. Uno de los documentos principales para el esclarecimiento del punto es el "Itinerario de Postas de Buenos Aires a la carrera de Lima". En este derrotero no se menciona a Yatasto. Cuando los viajeros abandonaban el territorio tucumano, rumbo al norte, la primera posta que se hallaba en suelo salteño era Arenal. Luego seguían las de Río del Pasaje, Rosario, Cañas o Encrucijada, Concha, Rodeo del Tala o Algarrobos, Ciénaga, Cobos, Salta y Caldera. La jurisdicción salteña concluía en este último paraje

Estancia de Yatasto

Ramón de Castro Estévez, en su opúsculo Controversia histórica sobre la Posta de Yatasto alude al significado de la palabra, de origen toba "yatak", gordo y "yoctá", primer pueblo. Los arquitectos Gutiérrez, Iturrieta y Cruz señalan sobre "Allatasto" la posibilidad de contar con campos de invernada para el ganado que iba al centro minero de Potosí.

Yatasto ha sido considerada en el imaginario de una pléyade de estudiosos de la historia, como un símbolo de aquellos lugares que servían de descanso del viandante y remuda de cabalgaduras, en la lejana época en que el servicio de correos se realizaba por medio de chasquis. El solar adquirió categoría de símbolo porque allí se encontraron grandes figuras de la Independencia.

Estudios contemporáneos realizados por historiadores y cronistas, han puesto sobre el tapete la controversia, manifestando que en Yatasto nunca existió una posta de correos. La Estancia de Yatasto, está ubicada en el departamento Metán, y perteneció al Maestre de Campo Don Francisco de Toledo Pimentel, Teniente de Gobernador de Salta en 1765, luego a sus descendientes y después a los Señores Gómez Rincón. La casa fue incorrectamente denominada "Posta".

Atilio Cornejo nos ilustra al respecto: "Con anterioridad al año 1770, los correos despachados por los Tenientes de Correo Mayor de las Indias, que transitaban entre Potosí y Buenos Aires, tuvieron una parada en la Estancia de Yatasto. Al establecer las postas por el Visitador, Don Alonso Carrió de la Vandera, no se tuvo en cuenta este lugar, ubicado entre Las Cañas y San José de Metán, y la Real Renta de Correos nunca estableció en este lugar una posta".

En el libro de Concolorcorvo, titulado El lazarillo de los ciegos caminantes desde Buenos Aires hasta Lima, publicado en 1773 hace referencia a las postas de la región, Arenal, Rosario y Las Cañas. En cuanto a Yatasto expresa: "La gran hacienda nombrada Ayatasto, con un caudaloso río de este nombre y medio cuarto de legua de las casas de don Francisco de Toledo. Tiene de largo al camino real cuatro leguas, con llanos de bastante extensión, muy agradables por la abundancia de pastos y bosques de que están guarnecidos. Se mantienen en dicha hacienda 4.000 cabezas de ganado vacuno, 500 yeguas y 100 caballos, independientes de las crías y ganado menor, todo del referido Toledo".

Esta propiedad rural fue motivo de controversias entre historiadores acerca de su función: estancia rural o posta. De la lectura bibliográfica y documental, surge que fue una estancia.

Otra polémica estuvo centrada en torno a los personajes que se encontraron en ese solar. Doña Benita Campos, en el N° 5 de la Revista Güemes edición de 20 de junio de 1920, página 170, afirma: "La Casa Histórica de Yatasto, en la cual se encuentran y abrazan por primera vez San Martín y Belgrano". El notable historiador salteño Don Miguel Solá en su Diccionario Histórico Biográfico de Salta manifiesta: "El 20 del mismo mes (enero) San Martín y Belgrano se encuentran en la casa de la Hacienda de Yatasto, antigua propiedad del Coronel Vicente Toledo Pimentel".

Yatasto está consagrado por sucesos memorables. Hasta 1811 los reveses de las armas patriotas fueron mucho mayores que los triunfos conseguidos. Era difícil resistir el gran avance de los realistas en el Alto Perú, especialmente debido a la presencia del Gral. Goyeneche, reconocido traidor en Huaqui donde Balcarce reposaba en la fe de un armisticio, en el que fue destruido, por cuya causa los españoles que quedaron se apoderaron de la plaza altoperuana. Para impedir que los caudales de la Casa de la Moneda de Potosí cayeran en manos realistas, ya que de ello dependía la salvación de la Revolución, Pueyrredón, gobernador de Salta en campaña, había sido encargado para transportar aquellos tesoros hasta Buenos Aires. Pueyrredón colocó a la vanguardia el valioso convoy y partió al frente de un diminuto pelotón de veteranos y valientes criollos, cuando ya las tropas del rey alcanzaban a la retaguardia. Pueyrredón tomó el camino de Jujuy. Sorteando dificultades y batiéndose día y noche, pasó por Jujuy y Salta hasta arribar a la estancia de Yatasto donde pudo reposar.

Punto de encuentro

Atilio Cornejo, en apoyo del valor histórico de la propiedad, expresa: "Sus muros vieron pasar la primera Expedición Auxiliadora a las Provincias Intervenidas. Sus habitaciones albergaron primero a Pueyrredón y a su sucesor Belgrano en 1812. Los jóvenes oficiales de los Dragones ligeros de la Patria abrevaron las cabalgaduras en las claras aguas de su río con el picacho del Crestón, por testigo. Los Pardos y Morenos del N° 6 de Negros cantaron canciones africanas en la cercanía, vigilados por sus oficiales garzones. La figura de Dorrego cedió allí alojamiento a la jactanciosa de Díaz Vélez en 1813, siendo a su vez sustituidos por Belgrano, que instaló en su hacienda su cuartel general en los primeros días de Febrero de ese año". Ramón de Castro Estévez afirma: "Yatasto existió, pues, y fue una posta, por la cual pasaron los chasquis. Aquella tradición de posta es cierta, salvo que su nombre oficial era Cañas o Encrucijada, y no Yatasto".

A la Casa de la Hacienda del Coronel Vicente de Toledo Pimentel llegó el Gral. Juan Martín de Pueyrredón el 10 de marzo de 1812 en su retirada desde el Alto Perú, instalando su campamento. El 26 de marzo de 1812 llegó el Gral. Manuel Belgrano para hacerse cargo del ejército, entrevistándose con Pueyrredón, desde donde contramarcha hacia Jujuy. En 1814 el coronel San Martín fue investido con el comando del Ejército en reemplazo de Belgrano, quien en Yatasto lo hizo reconocer en aquel carácter. Bajo los aleros de la Casa de Yatasto se entrevistaron los generales San Martín y Belgrano.

En 1838, cuando los jefes militares de Campo Santo, Metán y Rosario de la Frontera vieron cruzar con una barra de grillos a los legisladores salteños, remachados por Felipe Heredia camino de Tucumán debido a que defendieron su autonomía, se alzaron airadamente, entre ellos: Pedro José Figueroa, José Manuel Pereda y José Tomás Toledo. Pero el dictador Heredia se escapó por el sur, luego de depositar el gobierno en manos de los eminentes ciudadanos Manuel Solá y Juan Manuel Quiroz. Solá salió a campaña y en Yatasto se reunió con aquellos jefes, a quienes sosegó y orilló las dificultades ya que Heredia se había escapado por el sur del Valle de Lerma. A raíz del asesinato del general Alejandro Heredia en Tucumán los legisladores salteños recobraron su libertad.

En 1939, la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos aprobó un dictamen conjunto de Ricardo Levene, Tomás Cullen y Félix Best, pronunciamiento que trajo como consecuencia que la vieja casona fuera declarada monumento nacional. El dictamen se limita a aconsejar la expropiación o compra directa de la Casa de Yatasto, por razones de utilidad pública y de acuerdo con la opinión favorable del Director General de Arquitectura del Ministerio de Guerra.

En 14 de julio de 1941, por decreto 95687 fue designada Monumento Histórico con el fundamento que: "La estancia de Yatasto, rodeada de una florida fronda y por colinitas que hacen de aquel lugar una real y verdadera belleza, en cuyas cercanías yace Esteco, el río de las Piedras y el Pasaje, son sitios consagrados por mil razones para que se les tenga y señale como uno de los lugares que se debe venerar y declararlo Monumento Nacional".

Desde el punto de vista arquitectónico la finca presenta la peculiaridad de un desarrollo compacto con galerías de madera y un altillo que domina su volumen. La galería aparece fragmentada por la construcción de una habitación que invade el cuerpo central. Uno de los dinteles lleva la inscripción: "Agosto de 1784" lo que indica la antigüedad de construcción de la misma. Cabe consignar que en setiembre de 1735 el obispo José de Ceballos hizo un informe al rey sobre los peligros que corrían las ciudades de la región por el avance de los indios y sugería la fundación de una ciudad en Yatasto para que residieran allí las autoridades.

Más allá de la polémica de historiadores, sus muros acogieron a los prohombres de la Patria, mudos testigos de un tiempo en el que se forjaba la libertad y la república.

 

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