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Melania Pérez habla con una sencillez que conmueve. Escucharla reúne emociones, recuerdos y un presente muy vital. Le decimos que son pocos los discos que ha grabado, sabiendo que cada una de sus interpretaciones tiene un valor enorme, y es inacabable por su belleza; la ansiedad -quizás- por escuchar más de ella nos lleva a hacerlo. Y sabemos también que cada uno de sus discos, cada uno de los temas grabados significan mucho, no solo para los melómanos sino para la gente que ama la poesía y la música. Se presenta esta noche en la Usina, y será un reencuentro con esta salteña que ha trascendido generaciones y fronteras. La cantora, docente de canto, arregladora posee una voz muy propia. "Estoy viviendo en Salta, aunque por las actividades artísticas trato de cubrir otros lugares, Buenos Aires, la provincia, y por supuesto voy al lugar que me inviten, estoy dispuesta siempre…", le dice a El Tribuno.
¿La invitan a muchos lugares?
Digamos que no a muchos, pero me invitan y voy, respondo. Y seguramente en el lugar al que soy invitada conocen mi trabajo, entonces sí, estoy dispuesta. Saben de mi trabajo y les gusta lo que yo hago, y ahí estoy.
Es conocida desde muy temprano, ¿qué implicó integrar las Voces Blancas en los 60?
Yo era muy chica, salir de una provincia, de la casa con toda la inexperiencia propia de la edad y, por supuesto, desconocía un lugar tan importante como Buenos Aires, en donde me encontré con una situación muy diferente, en lo artístico y también en lo humano, porque una chica que está muy adentrada en la familia y más aún una familia provinciana que llega a un lugar tan cosmopolita, tan diferente a lo de uno, es encontrar… no digo un choque sino una situación totalmente diferente a mis vivencias, desconociendo todo porque yo recién había comenzado. Yo comencé con el canto desde muy chica, pero nunca con una proyección tan importante como lo fue llegar a integrar un conjunto tan lindo, tan especial como Las Voces Blancas en ese momento. De modo que para mí significó bastante porque me abrieron las puertas a algo nuevo, a algo diferente. Buenos Aires e integrar ese grupo era entrar a un mundo muy diferente al mío. Y que agradezco eso porque de allí viene el conocimiento, porque uno se tenía que poner a estudiar. Había que estudiar canto y todo lo referido a la música, porque acá uno cantaba por un motivo natural, de herencia, de familia, y ahí había que ponerse las pilas.
Estudió y enseñó canto...
Claro. Yo estudié canto en Buenos Aires, por supuesto no recibí ningún título porque la carrera era así entonces. Después, cuando volví de Buenos Aires, me puse a enseñar, tuve la suerte de formar parte del grupo de profesores de los talleres Jaime Dávalos, allí comenzaron mis trabajos en enseñanza y tuve que estudiar también, para formarme en la docencia. Esa fue otra etapa muy linda.
Y los escenarios, Melania, ¿qué aportan?
Sí, los escenarios... distintos, con diversas propuestas, diferentes unos de otros. Esa fue también una experiencia, porque uno se va formando con la actividad, no solo estudiando sino también en la práctica del escenario uno se va formando y son experiencias diferentes, y más en lo que yo estaba encausada, con un repertorio no tan carpero como se estilaba en el norte, pero siempre con un recibimiento óptimo por parte de la gente, que fue conociendo a los autores, no por mí –ojo- sino porque ya había llegado esa onda de grandes compositores salteños a Buenos Aires y a todo el país, y se comenzaron a conocer las famosas duplas, y uno que tomaba ese repertorio por el hecho de conocer a los autores, de ver esa mirada hacia el hombre en las canciones. Eso fue muy lindo también para mí.
Suma el hecho de conocer a los compositores y de lo que hablan, y usted conoce la provincia, la caja, ha aprendido y ha difundido la copla...
He hecho trabajos con la copla, que es tan importante en nuestro sentir, sobre todo en el noroeste. Es tan importante porque eso denota un canto originario que hemos heredado, que nos ha llegado como la cultura oral que uno ha ido conociendo a través del tiempo, y es importantísimo eso, porque uno encausa la copla en el canto también, la copla es parte de la formación de uno y poder desplegarla aún más todavía...
Y más si uno piensa en las fiestas populares, el carnaval, por ejemplo...
El carnaval es un hecho de libertad del hombre en todo el interior, porque despliega su alegría, toda su potencia anímica para festejar y unirse a todo un conjunto de gente, que necesita esa celebración para seguir adelante en esta vida. El carnaval es un hecho ancestral, y también emocional y de libertad, el hombre se expresa libremente, sobre todo con la copla, con la intención y en ese momento todos son amigos y pareciera que todos nos conocemos y todos tenemos la misma causa. Eso es lo lindo.
Este jueves, a las 21, Melania Pérez y el grupo Hilaza se presentan en la Usina Cultural, España 1-98, en el marco de las VI Jornadas Musicales de Formación. Entradas en la Usina y en saltaticket.
Conociendo su voz, su talento... ¿por qué tan pocos discos, Melania?
Sí, muy pocos discos como solista. He hecho otras cosas en el medio, hemos grabado con el grupo, he participado en espectáculos poético-musicales. Y eso también forma parte del paso de uno en esta vida artística. También tiene que ver la actitud de tomar un repertorio y llevar pausadamente la actividad. Y a veces por diversas causas no se llega a una grabación. No llegué a grabar mucho, sobre todo como solista, pero he hecho grabaciones interviniendo en grupos, en espectáculos con invitaciones de muchos artistas a nivel nacional, y eso también es bueno para uno, porque no cambia el cauce de lo que uno quiere, que es cantar. Sí, pocos discos y, acá en Salta, no se difunde el total de mi repertorio. Y ojo, no me estoy quejando, sino que por una cuestión quizás de identidad no se lo difunde. Y tengo muchas cosas grabadas en un CD que comprende canciones citando situaciones humanas, folclóricas. Son pocos discos pero variados y con una intención sana.
Pienso en la "Flor del comprendimiento" que aúna lo que me dice...
Claro, es el último disco, y ya no es un repertorio estrictamente salteño... sí canto bagualas, pero como proyectándose uno, porque uno quiere de repente partir para después volver, es necesario a veces, y el canto da eso, y la canción sobre todo y, además, la canción realizada por autores de vuelo, y acá tenemos bastantes y de gran vuelo, y sucede también eso en el cancionero latinoamericano.
Está participando en la Jornadas de Formación Musical...
Tuve la suerte de ser invitada por el profesor Carlos Vargas a estas jornadas y, bueno, se va a realizar justamente el jueves (hoy), a la nochecita, esta presentación y van a participar chicas jóvenes que están también en el quehacer de la música, iniciándose, levantando un buen cancionero y un buen tratamiento para las canciones. Chicas con un tratamiento vocal importantísimo, que interpretan con buen sentido en el camino de la música.
Va a cantar con Hilaza...
Vamos a cantar un tema de Teresa Parodi juntas. Vamos a enlazar un poco los estilos y los cantos, que en definitiva esa es la cuestión: compartir la música, la poesía, el canto y por sobre todo la amistad...
¿Se aprende a cantar?
Sí, se aprende a cantar, claro que sí, por supuesto. Cuando hay ganas, por sobre todo. Hay que estudiar y cantar siempre con el corazón y, lo primordial, es tener ganas, eso es fundamental, porque al tener ganas de cantar uno tiende a mejorar, y se aprende mucho, escuchando, estudiando y no perdiendo ese camino del deseo de cantar. Eso es importantísimo: no perder las ganas de cantar. Me decía por qué tan pocos discos, y yo creo que a veces uno necesita tiempo para madurar. Creo que a todos los cantores nos pasa. Necesitamos tiempo para madurar en la interpretación, en el logro de una canción. Y lleva tiempo esa macana (risas)... una tiene muchos años de escenario, pero enarbolar o tomar una canción lleva su tiempo, que no todos lo podemos hacer con la rapidez de otros artistas que tienen esa virtud. Yo necesito madurar un tema mucho tiempo, e inclusive hasta después de grabar un tema me critico muchísimo, porque siempre uno está disconforme con lo que hace, en cuanto al tratamiento musical de un tema y, entonces, ahí es cuando se demora la cuestión. Yo no he sido muy prolija en mi carrera, tendría que haberme dedicado más, pero bueno... lo que hice lo hice con pleno sentimiento hacia el canto, hacia la canción, hacia los autores, hacia una causa digna dentro de ese repertorio.
Un compañero, cuando le dije que le iba a hacer una entrevista, me contó que su padre lo llevó a ver al Dúo Herencia cuando era chico, y recordé que un amigo sanjuanino, melómano él, en el 98, 99, me dijo "tengo una joya para tu programa" -yo hacía radio- y me trajo el disco del Dúo Herencia... Y es inevitable hablar de un dúo fundacional y que significó tanto para tantos…
Estas cuestiones de la actividad, de lo que uno deja plasmado, vienen muchas veces de la amistad. En este caso con Hugo Casas, que en ese momento era director del sello donde grabó el Dúo Herencia y había una amistad de la adolescencia prácticamente. Yo lo conocí cuando incluso la acompañaba a Mercedes (Sosa) y, por supuesto, después los tiempos cambian y las actividades también y los lugares de los artistas y él pasó a ser director de un sello y nos invitó a grabar ese disco, el único que tuvo el Dúo Herencia. Él, también amante de la música, compartió con todo lo que habíamos grabado, y fue un tiempo muy lindo para mí, muy especial y reafirmó el hecho de poder pertenecer. Y hoy en día chicos que empiezan en el canto me hablan del Dúo Herencia. O sea que quedó en el tiempo, sirvió de algo lo hecho por el Dúo Herencia, como todo lo que uno trató de hacer anteriormente con Las Voces Blancas o "Los pájaros de la memoria", con tantos artistas con los que uno ha participado. Sirvió y mire el tiempo que pasó, dejó alguna huella. Y qué importante que un melómano lo reconozca, y yo como artista y como persona infinitamente agradecida por todo eso, que es fundamental para continuar sosteniendo esto... porque uno quiere seguir sosteniendo esto.
"Los Pájaros de la memoria", su trabajo con Gerardo Núñez y Miguel Ángel Pérez, fue un hito...
Fue un trabajo muy importante para mí, ingresar a trabajar con esa dupla tan grande… Todas las etapas, todos los momentos en mi carrera fueron importantes, más allá de que muchas veces uno comete errores, se equivoca, pero para mí las enseñanzas de cada momento de mi carrera sirven de mucho, poder participar y formar parte de ese grupo, de ese proyecto fue muy hermoso...
Su canto es con fundamento, como diría Mercedes Sosa...
Gracias por decirlo, porque uno no quiere emplear a veces los términos porque queda como que uno está agrandado (risas).
Una carrera plena de música y poesía
A mediados de los años 60 y siendo a penas una adolescente, Melania Pérez es convocada por el conjunto Las Voces Blancas, y realiza su primer viaje a Buenos Aires. Participa del éxito de la formación vocal, aportando su inconfundible timbre de soprano. Son Revelación en Cosquín, recorren el país e intervienen en programas de TV como Sábados Circulares, de Pipo Mancera, y popularizan "Pastor de nubes". Concluida esa experiencia, Melania retorna a Salta en el 71, y comienza a dar clases de canto.
En 1978 forman con José "Hicho" Vaca el Dúo Herencia, un hito en el cancionero nacional. Editan un único disco en 1980. Melania adquiere una importante experiencia como arregladora y se hace dueña de un estilo único.
En 1998 graba su primer disco como solista, "Luz del aire". En el 2002, publica bajo la producción de León Gieco, su segundo compacto, "Igual que el agua... cantando". En el 2003 viaja a Francia; por primera vez es reconocida por en Europa como una de las voces más exquisitas y representativas del canto latinoamericano. En el 2010 presenta su CD "La flor del comprendimiento".
Melania ha participado de diversos proyectos con otros músicos y es reconocida como la iniciadora de un modo de decir las cosas que suceden en estas tierras con una belleza simple y a la vez plena de matices.