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29 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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La ciudad Ponzi

Sabado, 13 de mayo de 2023 02:14
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Entre los confortables paradigmas del sistema financiero y el modelo de ciudades actuales, se ha conformado una trampa involutiva similar a un sistema "Ponzi", que continuamente justificamos (políticos, sindicalistas, empresarios, la sociedad en general) porque el mismo ideario requiere estar solucionando problemas continuamente, que son generados por su propia ineficiencia.

En 1920, el inmigrante italiano Charles Ponzi fue el autor de la primera gran estafa piramidal de la historia. En Boston, embaucó en US$ 20.000.000 a miles de personas haciéndoles creer que invertían en un negocio que les reportaría jugosos beneficios cuando en realidad pagaba los intereses con el dinero aportado por nuevos incautos.

En la Argentina, hoy mismo, queda advertida esta subyugación, cuando la candidata a gobernadora de Santa Fe, Carolina Losada, admite haber entrado en un "Telar de la abundancia" donde voluntariamente dio mil cuatrocientos cuarenta dólares en una rueda cerrada de participantes, incitada por amigas, pero que finalmente por sospechas de denuncias y miedo de los participantes terminó disolviéndose. Nadie pudo recuperar su inversión, algo que -por lógica matemática- era evidente: no puede sostenerse, pero aquí evidencia que quienes son nuestros representantes no tienen el nivel de conocimientos para advertirlo. Por lo tanto, es de suponer que de la misma forma se entregan al actual mecanismo social, financiero, citadino, sin evaluar las posibilidades de viabilidad, haciendo lo que se viene haciendo desde hace cientos de años, sin cuestionamiento, ya que esta legalizado y reglamentado, ahorrándonos el problema de usar el sentido común.

Todos estamos involucrados en esta rueda de la fortuna, que son nuestras ciudades con sus sistemas económicos y políticos, que son similares a una industria que tiene escasa materia prima, muchos gastos en controlar la contaminación que produce, esta sobrepasada de impuestos y no puede sostener al personal, que mantiene sus exigencias.

Todos los proyectos políticos, todos, tienen este punto ciego, de sostener un sistema demográfico de ciudades insostenibles, apostando a un sistema fiscal, financiero, económico, social y político que enmascara todas sus falencias con continuos problemas que requieren solución inmediata, no dando lugar a un espacio y un tiempo de reflexión para cambiar estos paradigmas.

El sistema de ciudades tiene el mismo engaño que los "Telares de la abundancia", como el que creó en nuestro país Leonardo Cositorto, el jefe del conglomerado Generación Zoe. El sistema urbano necesita del ingreso continuo de aportantes; el beneficio es como en la timba, incitar la especulación de ganar; el cebo está en mostrar ganadores, muy pocos evalúan que tienen mínimas posibilidades, entonces la rueda de aportantes crece, para que el extremo piramidal gane más, algo que por lógica necesita de infinitos aportantes y en crecimiento logarítmico.

En Argentina esos aportantes a las ciudades - industria decadentes, ingresan por el crecimiento demográfico, que, por estadísticas mundiales, son de 800.000 nacimientos al año, todos entran a ser contribuyentes desde su inicio a este sistema PONZI encubierto.

La política y la dirigencia no hacen otra cosa que presentar planes para modificar lo que ya está, con variantes que apuntan a pequeños segmentos del mismo mecanismo retrógrado, achicar esto, ayudar a esto, pero sosteniendo al fin lo mismo, sin ir al nudo principal, que es sostener el principio económico de Keynes y/o Hayek, avalado universalmente, porque de fondo este sistema que nos fue implantado, no responde a ninguna conspiración, su automatismo es una simple optimización de ganancias, que como en los telares de la abundancia todos aceptamos de buena gana.

No tenemos margen ni posibilidad de salida. La solución de educarnos en algo diferente, que es posible, queda truncada por aferrarnos a sostener lo insostenible. Porque es cierto; si lo analizamos bien, cambiar va a ser doloroso, en el aspecto económico y social, para muchos, y los que mejor están van a tratar de pisar los que estén por debajo de ellos para sufrir menos. Lo que sucede en una estampida.

Si hoy hubiera un contacto extraterrestre, una nave bajara al planeta y nos entregara tecnología para tener energía con costo cero, sería una catástrofe mundial, todos los mercados se derrumbarían, los que son ricos pasarían a ser pobres y los pobres tendrían riqueza, se cortarían muchas dependencias económicas imprescindibles, y la actualidad social nos llevaría al caos. Es solo una analogía extremista para poner peso en un aspecto que está muy lejos de percibirse y ser comprendido.

Y en la actualidad no hay forma de hacerlo gradualmente; por eso el plan oculto de Elon Musk, es una nueva sociedad marciana, y quizás con esto se cumpla la fantasía de Wells: entraremos en guerra con Marte, porque el planeta rojo nos mostrará una sociedad sustentable limpia y rica, de la cual los terrestres querrán obtener sustento, no imitarla, entonces los marcianos, más adelantados tecnológicamente, para defenderse nos invadirían. Pero, en esta otra analogía extremista, esta vez ganarían ellos.

 

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