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Carlos "Charly" Marchén se formó en la Escuela Superior de Música de la Provincia, y también en los bares que propiciaban encuentros con artistas de la más variada procedencia. La música, en su caso, lo llevó a encarar proyectos que tenían que ver con un ambiente muy poblado de creadores. Salta ha sido y es un lugar muy especial para el arte. A principio de mes, Lobo de Bar, el proyecto que inició el guitarrista junto a otros músicos, publicó un EP con la colaboración destacada de Juan Valentino, de Valentino Jazz Bazar, y la cantante norteamericana Carrie Dianne Ward. El compositor y también docente de Música dialogó con El Tribuno sobre música, lugares y tiempos.
¿Qué es Lobo de Bar?
Es una banda que tiene ya sus 14 años de historia. Comenzó como una banda formada institucionalmente dentro de la Escuela de Música de la Provincia y decidimos separarnos y hacernos un grupo y salir a rodar por los bares. El nombre tiene que ver con el "Lobo estepario", de Hermann Hesse. El lobo de bar es un ser dual, mitad hombre y mitad de animal y esa contradicción entre los dos, la batalla de uno y de otro, entre la cordura y la razón, por decirlo así, esa tensión mantiene la creatividad en esta banda. Es una línea estética a seguir, sobre todo, con la impronta de los bares...
Hacen una música asociada con la libertad creativa.
Somos cultores de la música afroamericana, nos gusta el blues, el jazz, el funky, el soul y sí, lo asociamos con la libertad en el sentido de que el jazz es una música –y el blues también- que invita a eso, al aquí y ahora de la obra de arte, como dijo alguna vez Walter Benjamín... es realizar el arte en el sentido de que tiene que estar, desde la improvisación, la creatividad del aquí ahora, y restaurar eso. Claro que siempre en base a una estructura o en algo que sí tiene leyes que hay que conocer y también, por supuesto, hay que conocer la historia de este tipo de música. Pero, sobre todo, tiene la libertad de poder crear y expresar lo que uno siente desde el alma, todo lo que tiene adentro... el pensamiento musical que uno tiene.
Su raíz es popular, si bien en algún momento se la consideró elitista.
Sí, sí, el origen del jazz y de la música afroamericana es toda una historia por tener una identidad en un país que no era el de ellos, Estados Unidos, estamos hablando de la esclavitud, y eso ha marcado siempre una tendencia en todas sus artes. Al principio fue un arte hecho a oscuras y después se popularizó. Llegó en los años 20, en los años 30 del siglo pasado, toda esta historia de la grabación y fue muy popular en esos años. Y también, sí, hay una etapa en la que esta música se convierte en música de elite, en música para pocos, más que nada porque el mercado impone otras tendencias que tienen que ver con lo fácil de asimilar, la canción con letras entendibles y el jazz al ser instrumental lleva un poco más de tarea escucharlo. Pero, reflexionando sobre eso, creo que hay ciertos disfrutes que merecen tener cierta preparación, y en esto creo que el jazz y la música afroamericana la necesitan; si uno investiga y conoce un poco va a descubrir que es la cosa más rica que hay en el mundo, en cuanto a nivel artístico y sobre todo en lo que es la expresión musical y la influencia que ha tenido en la música universal en el siglo XX. Esa influencia es enorme.
¿Cómo llegaste a esta música?
Yo tuve la suerte en la Escuela de Música de estudiar música clásica, académica, y siempre hubo una rama de jazz, estoy pensando en Daniel Tinte que te pasaba libros, material que tenía que ver con ese tipo de música. Después conocí la música del Grupo Niebla con el Pequiné, con Julio... los hermanos Lamas. A ellos los iba a ver desde que tenía 16 años y viéndolos soñaba con compartir un escenario con ellos hasta que se pudo dar. Siempre ha sido nuestra influencia el Grupo Niebla y hemos podido tocar juntos y siempre han estado presentes en el ámbito de la movida de música en Salta. Y también por supuesto surgieron otros grupos. Se sumó la gente de la Orquesta Sinfónica. La creación de la Sinfónica ha traído músicos de otros lugares, que venían con su base de jazz, y que han ayudado mucho a que se difunda este tipo de música y con la creación, por ejemplo, del festival Salta Jazz. Dentro de ese festival hemos podido tocar también. Creo que está muy bueno que se mantenga viva este tipo de música.
¿Quiénes integran Lobo de Bar?
Actualmente formamos la banda en el piano y producción artística, Rodolfo Avellaneda; en el saxo alto está Pablo Vaca; en la batería, Santiago "Santi" Gordillo; en el bajo está Franco Monaldi y yo, Carlos, en composición, guitarra eléctrica y voz.
Han publicado hace poco un trabajo en Spotify.
Sí, el EP “The Jazz Session”, un disco en el que no han tocado todos los miembros originales de la banda, sí es un disco con composiciones propias y un estándar de jazz, nada más y nada menos que con Juan Miguel Valentino, de Valentino Jazz Bazar, uno de los guitarristas más talentosos y nobles del país, fue guitarrista de Willy Crook, y también con la cantante Carrie Dianne Ward, que cuando uno la escucha no puede creer la magnífica voz que tiene. Y el hecho de grabar con ella -una cantante de pura cepa, como se dice-, afroamericana, con tan buena predisposición... La experiencia fue alucinante. Creemos que hemos hecho un buen trabajo y nos quedamos contentos, porque hemos dado todo. Y ahora estamos en el 80% de nuestro segundo disco, faltan grabar voces y los vientos y ya estaríamos hablando de otro disco, pero más adelante. Ahora queremos disfrutar de este momento, de esta sesión, publicarla, hacerla escuchar, que llegue a todos.
¿Los temas son tuyos?
Sí, salvo el estándar que hace Carrie ("On The Sunny Side Of The Street"). Y, en "Los amantes", usé la voz en off de Julio Cortázar con el poema que dice "¿quién los ve andar por la ciudad si todos están ciegos?". Cortázar me inspiró mucho para ese tema, ¿viste que Cortázar y el jazz están ahí, a full, en "Rayuela"? Y la temática que usa, y cuando el escribe tiene jazz también...
¿Valentino toca en todos los temas?
Sí, Valentino toca en todos. En el primer tema hago un solo de guitarra; y como se dio el contexto de los demás Valentino improvisó y lo acompañé. Es como tenerlo a Diego en el equipo. ¡Es Valentino el que está grabando con vos!
En "Mulheres", ¿cantas vos?
Sí, canto yo. El otro día en el programa Melómano les comenté que compuse la letra en español, pero no me sonaba. Es bossa y no me sonaba el español, no tiene esa rítmica y esa musicalidad que tiene el portugués. Entonces me contacté con un amigo, el Tano Rivetti que es escritor y canta bossa nova, y él me ayudó un poco con la traducción y también con la fonética y traté de hacer lo mejor posible. Y cuando lo escuché en portugués, ya me quedé tranquilo. Suena como yo quiero que suene. Y me pasa también con el disco que estamos preparando, los temas son todos en inglés, mucho por influencia de Willy Crook y porque al estilo afroamericano cuando le querés poner letra en español, por lo menos a mí me pasa, no me suena tan bien, y pienso en Manal y en esos grupos que han logrado hacerlo, La Mississippi... pero a mí no me termina de sonar, y siempre que escucho a Willy Crook digo "bueno, ahí estamos". Le doy más importancia al sonido de las palabras, a la musicalidad.
¿Van a presentar el disco?
Estamos organizando la presentación, será dentro de un mes, mes y medio, en un teatro de la ciudad de Salta. Ya estaremos dando esa noticia para que podamos encontrarnos y mostrar en vivo este trabajo, tenemos ganas de que se conozca aquí y ahora, como decíamos.
A propósito de presentaciones, me contabas sobre lugares que te marcaron...
Sí, el Bar Madrid fue un lugar donde vi tocar al Grupo Niebla, he conocido a muchísimos artistas ya pasada la noche en la Balcarce. Al cierre de todo, me he sentado en las mesas a charlar con personas que me enteraba que eran escritores porque cuando se iban te regalaban sus libros. Hemos tocado varias veces allí, y mantenemos esa imagen del bar, sobre todo en nuestras imágenes en las redes sociales. Creo personalmente que la auténtica casa de la cultura ha sido y es el Bar Madrid. No he visto otro lugar donde confluyan tantas personas creativas, donde se den tantas charlas interesantes y he tenido la suerte de tocar ahí, de tocar con el Grupo Niebla, de compartir con músicos. Es un bar siempre presente en la nostalgia y en el corazón. Y ya queda para las futuras generaciones que ese bar tenga el reconocimiento y el lugar que se merece.
Situándote en tu rol docente, ¿qué aporta la música a la formación?
La música, y el arte en general, es una especie de grito refinado; no es más que eso: un grito refinado de la naturaleza enajenada del hombre. La música es mucho más antigua que la palabra, en el sentido del canto y de la instrumentación y la melodía... Y pienso que la música les da mucho a los chicos y chicas. Yo trabajo en el nivel secundario y aporta mucho a nivel de identidad. Los adolescentes construyen muchas veces su identidad con la música que escuchan y expresan. En cierta forma, hacen de ella su espejo. Y la música y sobre todo tocar un instrumento -y eso lo recalco mucho, el hecho de que toquen instrumentos- les hace descubrir que hay otras corrientes, otros lugares, otros gustos... que no son solo con lo que los bombardean los medios, las publicidades, las redes. Quiero decir, hay músicas con más contenido que otras. Y hay que hacerles ver eso a los chicos, que hay otras músicas fuera del menú del consumo. Y cuando descubren que hay otra música, bueno... Siempre chicos que ahora están estudiando instrumentos en universidades o en carreras, para el Día del Profesor me mandan saludos, agradeciéndome que les haya despertado una llamita. Que haya dos, tres de mis alumnos en la música significa mucho en la tarea de formador de uno. Básicamente eso, que descubran la música, que es tan linda y que nos llena tanto el espíritu.
Una banda con historia y presente
Lobo de Bar compartió shows con el Grupo Niebla, Pablo Porcelli Ensamble, Patán Vidal, entre otros. En 2012 la banda actuó en el Teatro Provincial con el referente del funk & soul argentino Willy Crook.
En el EP "The Jazz Session" Lobo de Bar cuenta con la participación del guitarrista de jazz Juan Valentino y la exquisita voz de la cantante estadounidense Carrie Dianne Ward. Junto a ellos grabaron Charly Marchén, guitarra y voz; Rodolfo Avellaneda, producción artística y piano; Pablo Vaca, saxo alto; Sebastián Bacho Auad, batería y Rodrigo Rizzitano, contrabajo. Grabación, mezcla y mastering: Diego Mamani Di Giuseppe, de Eko Studio. Fotografía: Carolina Vera. Arte de Tapa: Federico Govetto. Está en Spotify.