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El triunfo de Javier Milei en las PASO del domingo pasado lo coloca en la mejor posición de arranque para el tramo de dos meses de campaña, hasta llegar a las elecciones generales.
Esa "pole position" no se debe principalmente a la exigua ventaja de menos de dos puntos que separan a su partido, La libertad Avanza, de Juntos por el Cambio, con Patricia Bullrich como candidata, y un punto más con respecto a Sergio Massa, ministro - candidato de Unión por la Patria.
Los votos que quedaron sin dueño o los de aquellos que no concurrieron a votar podrían alterar esas posiciones y llegar a un balotaje entre dos de ellos. Incluso, podrían definir la elección en primera vuelta. Esa es la lógica.
Pero Milei pica en punta porque ya actúa como presidente electo, genera polémicas, anuncia proyectos rupturistas y, además, interfiere en la paz interna de Juntos por el Cambio. Esto último no le cuesta demasiado, porque el éxtasis que parece generar el candidato libertario en Mauricio Macri incomoda a Bullrich y desorienta a sus votantes.
Gentilezas
El intento del expresidente, hace ya un año, de sumar a Milei a la coalición, fue rechazado por la mayoría. pero esta semana ellos intercambiaron gentilezas: Macri celebró también el triunfo del extravagante presidenciable (por puntos y en el primer round) y este lo retribuyó ofreciéndole una suerte de cancillería paralela. De paso, Milei descalificó a su adversaria afirmando que "no es ni siquiera mi segunda marca".
Ambos, Bullrich y Milei, rivalizan por ver quién de los dos se muestra más firma para producir cambios drásticos en el país.
En tanto, Massa también coquetea con Milei, disimuladamente. El lunes le atribuyó la responsabilidad por la disparada del dólar (cómo si hablara con alguien de enorme poder) así como antes le había dado una mano en las elecciones en la intendencia de Tigre.
Pero a Massa lo desgasta la realidad. Ya no le queda a quién echar culpas mientras cada ensayo por frenar la inflación, prohibir aumentos de precios y congelar exportaciones le fracasa antes de empezar.
Al ministro de Economía le tocó cargar en solitario con la peor derrota de un candidato del peronismo en el poder.
Porque los principales responsables de la debacle económica y social de estos días, Alberto Fernández y Cristina Kirchner, se mantienen en el mayor silencio. Incluso, el cristinista Andrés Larroque lanzó una amenaza que más bien suena a epitafio: "El infierno tan temido está más cerca".
"El infierno"
Para el oficialismo, el infierno es "la derecha", una clasificación bastante etérea que identifica a los que no son "del palo".
Si el peronismo conservara la que fue su principal cualidad política a lo largo de ocho décadas, la percepción del humor popular, hubiera comprendido hace tiempo que es mucha la gente que siente que "el infierno tan temido" es la realidad que se está viviendo hoy.
Son las personas que quieren ver presos a los asaltantes, piden que los salarios y las jubilaciones no sigan en caída libre como ocurre casi sin solución de continuidad desde 2011, que los hospitales públicos brinden un servicio de calidad, que las escuelas cumplan los 190 días de clases y que los chicos aprendan, y que el trabajo sea una garantía de seguridad para la familia y para el futuro.
Nada de todo eso entra en la "ampliación de derechos" que es la cantinela repetida hasta el hartazgo para asustar a quienes voten a opositores.
El audio de una candidata a concejal de La Matanza insultando a "los pobres" por votar a Milei, y los discursos flamígeros de dos docentes kirchneristas filmadas por sus alumnos son registros del humor y del temor oficialista.
En tanto, Milei anuncia el cierre del Conicet, el arancel universitario y la privatización de la educación y, en lugar de escandalizar, marca agenda.
Son frases que suenan a chicana.
Da la sensación de que el candidato no cuenta con un proyecto serio de educación pública (aunque sea de gestión privada) ni de desarrollo tecnológico.
A pesar de profesar devoción por Juan Bautista Alberdi, sería muy difícil encontrar consistencia entre el pensamiento del autor de Las Bases y esas provocaciones frívolas.
Porque el sistema universitario y la crisis educativa son temas que, en un país con el 60% de los menores de 18 años en hogares pobres, deben ser abordados con mucha seriedad.
Catástrofe social
Axel Kicillof pagó muy caro en las elecciones de 2021 el cierre irresponsable de escuelas bonaerenses durante casi dos años.
Más allá de quien llegue a la presidencia en diciembre, los tres candidatos deben asumir que "el infierno" es una alegoría ideológica, pero la catástrofe social que vive el país es la realidad que uno de los tres deberá asumir en diciembre.
Tres décadas
La economista Diana Mondino, eventual canciller de un Milei presidente, ya anticipó que retomar el camino del liberalismo económico, del saneamiento del Estado, de una mejora global de salarios, educación y oportunidades demandará al menos tres décadas.
Ese recorrido exigirá un esfuerzo sostenido: acuerdos de Estado, diálogo democrático y una mayor conciencia de los que significa gobernar una Nación grande, periférica y empobrecida en un mundo que evoluciona a ritmo vertiginoso.