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Ecuador, la maldición de la segunda vuelta

Viernes, 01 de septiembre de 2023 02:22

Todo indica que en Ecuador la historia tiende a repetirse. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo 20 de agosto ocupó el primer lugar Luisa González, una abogada de 45 años, candidata del Partido Revolución Ciudadana, liderado por el expresidente Rafael Correa, que obtuvo el 33% delos votos, pero el juego de alianzas permiten entrever que en el balotaje, previsto para el 15 de octubre, la victoria corresponderá a Daniel Nobat, un joven empresario de 35 años, postulado por la Alianza Democrática Nacional, que alcanzó el 23,4%.

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Todo indica que en Ecuador la historia tiende a repetirse. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo 20 de agosto ocupó el primer lugar Luisa González, una abogada de 45 años, candidata del Partido Revolución Ciudadana, liderado por el expresidente Rafael Correa, que obtuvo el 33% delos votos, pero el juego de alianzas permiten entrever que en el balotaje, previsto para el 15 de octubre, la victoria corresponderá a Daniel Nobat, un joven empresario de 35 años, postulado por la Alianza Democrática Nacional, que alcanzó el 23,4%.

Este escenario parece calcado del que signó la elección presidencial de 2021, cuando el entonces candidato de Correa, Andrés Arauz, actual compañero de fórmula de González, ganó ampliamente en la primera vuelta con el 32,7% de los sufragios, pero fue derrotado en el balotaje por el empresario Guillermo Lasso, que había cosechado un 19,7%, quien ganó en la segunda vuelta por el impulso de una oleada "anticorreista" que hoy vuelve a divisarse en el horizonte.

La analogía encierra un obscuro vaticinio. Como la distribución de la bancas en el Congreso se define en la primera vuelta electoral, Lasso asumió en absoluta minoría parlamentaria y dos años más tarde tuvo que apelar al mecanismo constitucional de la "muerte cruzada", que habilita al primer mandatario a presentar su renuncia y simultáneamente disolver el Congreso y convocar a nuevas elecciones.

Ese riesgo vuelve a asomarse en el horizonte. Los resultados de la primera ronda indican que un eventual gobierno de Noboa lidiará con un Congreso extremadamente fragmentado, donde la principal bancada pertenecerá a Revolución Ciudadana, cuyos legisladores impulsarán una encarnizada oposición, y estará obligado buscar acuerdos con los bloques del Movimiento Construye, cuyo candidato, Christian Zurita, alcanzó el tercer lugar con el 16,61%, la alianza Por un País, que respaldó a Jan Topic y acumuló el 14,5%, y otras bancadas de partidos menores que sacaron menos del 10% de los sufragios.

Ante esa perspectiva, Noboa intentará anudar una alianza con el arco "anticorreista", con la propuesta de un gobierno de coalición que permita garantizar la gobernabilidad en un país envuelto en una ola de violencia que en esta campaña registró el asesinato de Fernando Villavicencio, candidato del Movimiento Construye, un enemigo de Correa y activo denunciante de la corrupción gubernamental, a quien las encuestas le otorgaban serias posibilidad de disputar con González la segunda vuelta.

La sombra de Correa

González, la única mujer entre los ochos candidatos presidenciales, era una figura escasamente conocida por la opinión pública. Fue escogida por Correa, quien dejó de lado a otros dirigentes más relevantes de su propio partido. El expresidente tuvo una experiencia traumática en ese sentido cuando en 2017 escogió como candidato a sucederlo a Lenin Moreno, quien ganó las elecciones pero durante su mandato protagonizó una escandalosa ruptura con su mentor. En la campaña, González hace todo lo posible por compatibilizar el origen de su nominación con una imagen de independencia. Si bien admite que recibirá "consejos" de Correa, advierte que "quien va a dar la cara y tomará las decisiones es Luisa González, y la decisión final será mía".

Noboa es un candidato con alcurnia empresaria. Es hijo de Álvaro Noboa, un magnate que fue cinco veces sin éxito candidato presidencial. La familia Noboa es propietaria de un poderoso conglomerado multinacional ecuatoriano que controla 128 empresas con presencia en cerca de cincuenta países. Si González intenta mostrar cierta independencia de su mentor, Noboa también destaca los rasgos propios de su personalidad que lo podrían diferenciar de su padre, entre ellos sus cualidades como cantante y su rol al frente de una fundación consagrada a combatir la desnutrición infantil.

Si algo faltaba para resaltar la presencia de Correa en el escenario, baste señalar que Álvaro Noboa fue precisamente el candidato derrotado por el exmandatario en la elección de 2007 que lo encumbró por primera vez en la presidencia, para la que fue reelecto en 2012. En 2017 Correa tuvo una experiencia traumática, que seguramente influyó esta vez en la selección de González, su delfín, Lenin Moreno, no solo rompió abiertamente con su mentor sino que abrió camino para el juicio que culminó con su condena por cargos de corrupción que motivó su actual exilio en Bélgica, el país natal de su esposa.

A pesar de la distancia Correa no perdió el control de su partido y logró mantenerse como un personaje de la izquierda latinoamericana, a través de su activa participación en el Grupo Puebla. Ese posicionamiento le permitió ubicarse junto a Cristina Kirchner y a Lula como una víctima más del "lawfare", esa imaginaria conspiración hipotéticamente pergeñada por los medios periodísticos, los grandes grupos económicos y el Poder Judicial para encarcelar a los líderes populares latinoamericanos.

Narcotráfico y dolarización

Más allá de las sospechas y las acusaciones cruzadas acerca de las motivaciones políticas del asesinato de Villavicencio y los demás hechos de violencia que caracterizaron a esta campaña electoral, la agenda pública ecuatoriana está cada vez más condicionada por la creciente penetración del narcotráfico en las estructuras del Estado. Zurita, que reemplazó a Villavicencio como candidato del Movimiento Construye, afirmó que "Ecuador es un narco-estado".

La agencia europea de control de drogas consigna que Ecuador se convirtió en el principal exportador de cocaína al Viejo Continente. En 2009 Correa decidió no prorrogar el contrato de arrendamiento de una base militar estadounidense en la ciudad portuaria de Manta, utilizada para el vuelo de aviones de interceptación de drogas, y cortó los lazos con la DEA. Según los organismos de inteligencia, al menos tres grupos delictivos trasnacionales operan en Ecuador: los dos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, actualmente los más poderosos de México, y un tercero al que la policía denomina la "mafia albanesa". "Ya no nos enfrentamos a la delincuencia común, sino a los más grandes carteles de la droga de todo el mundo", declaró Lasso. Este vertiginoso avance del narcotráfico coincidió con el acuerdo de paz en la vecina Colombia. Algunas facciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) que se negaron a suscribir ese acuerdo trasladaron sus operaciones de tráfico de drogas a Ecuador.

La población carcelaria, que en 2011 ascendía a 11.000 reclusos, en una década aumentó a más de 40.000. Como sucedió en Brasil y otros países vecinos, esa superpoblación convirtió a los establecimientos penitenciarios en centros de coordinación de las bandas delictivas. Como resultado, el modelo del salvadoreño Nayib Bukele empezó a ser mirado con simpatía en una amplia franja de la opinión pública. Topic, ahora aliado a Noboa para la segunda vuelta, hizo campaña presentándose como "Bukele ecuatoriano".

Si la lucha contra el narcotráfico es compartida como bandera de lucha por Noboa y por González, existe entre ambos un consenso subterráneo mucho más significativo. Ninguno de los dos candidatos, ni tampoco los otros cinco que fueron eliminados en la primera vuelta, cuestiona el modelo de dolarización impuesto en Ecuador por el presidente Jamil Mahuad en 2000, y mantenido durante los últimos veintitrés años, incluso durante la década "correísta". Más aún, cuando Arauz insinuó tímidamente la hipótesis de una flexibilización de ese modelo a través de una incierta "ecuadolarización", basada en la creación de una moneda digital, González salió rápidamente a fulminar a su compañero de fórmula: "Nuestra política es el dólar, no tenemos pensado desdolarizar jamás".

* Vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico

 

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