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Inga Iordanishvili, directora de la Fundación Camerata Stradivari de Salta, resultó ganadora del premio anual "Abanderados", una iniciativa de la empresa Luz Libre, el canal El Trece y la Fundación Noble, que tiene como propósito inspirar a la sociedad con historias de personas comunes que resultan ejemplares por su dedicación a los demás.
"Cuando recibí el llamado de Buenos Aires comunicándome esta noticia, varias veces les dije: ´No puede ser, ¿Es verdad?´. En cuanto me dijeron que entre tantos proyectos y postulantes, que fueron 800, yo había ganado y me felicitaron de forma muy amable, empecé a sonreírme y reírme de alegría pero después a llorar. Me superó la emoción", contó Iordanishvili, quien tiene 59 años y nació en la capital de la República Georgia,Tbilisi, pero se radicó en Salta en 2001 cuando se creó la Orquesta Sinfónica de Salta, organismo musical del cual forma parte hasta la actualidad.
Además, dirige la Fundación Camerata Stradivari que se sostiene con aportes propios y tiene un fin educativo cultural de perfeccionamiento, fundamentalmente basado en la inclusión.
"Uno jamás piensa recibir algo a cambio. Lo único que quiero recibir es la satisfacción de que mis chicos toquen como dioses, canten, que sean las personas de alto nivel humano, trabajadores, inteligentes y que puedan encontrar su camino en la vida. Yo siempre los voy a acompañar", expresó emocionada.
Infancia
Inga recordó que cuando tenía 8 años y cursaba la primaria, en Georgia, se quedaba una hora extra después de clases en la escuela a la que asistía para ayudar a los chicos.
"Tenían notas bajas. Eran de familias numerosas, algunas hasta 14 hijos y los padres no llegaban a darles por igual, ni mucho, entonces yo veía que venían sin la tarea. No entendían matemática, ni lengua y me quedaba a enseñarles. Me salía del corazón. Desde muy temprano tuve en claro en mi cabeza cómo es la necesidad de un alumno. Yo no esperaba nada a cambio", dijo.
Su labor dio frutos. "Varios chicos crecieron muy bien. Tenían buen trabajo, familia. Cuidaban de sus hijos que avanzaron en los estudios y me alegra mucho eso", manifestó.
"Argentina es un país bueno, grande y rico con gente que hace obras imposibles de describir, por eso yo no podía creer que gané. Estoy muy honrada y agradecida a los padres que me confían la enseñanza y formación de sus hijos", expresó.
También recordó el momento en que llegó a Salta. "Fue el 24 de abril de 2001 para formar parte de la Orquesta Sinfónica de Salta fundada por el gobernador en aquella época, el doctor Juan Carlos Romero. El concurso era de llamado internacional para músicos con trayectoria y profesionalismo".
Familia
Inga expresó que siente amor por la música, el violín, el piano y también por ayudar y enseñar. Esa pasión se la inculcó su familia. Su abuelo paterno era un agrónomo famoso en Georgia que inventó un tipo de trigo enano que crece en tres meses, mediante el cual se aprovisionó a soldados durante la II Guerra Mundial. La abuela paterna de Inga era polaca, tenía descendencia de Varsovia. Componía romances, temas musicales y tocaba la guitarra. En tanto, la madre de Inga es cantante profesional y cantó en el Coro de Cámara Nacional de Georgia. Su padre era instructor deportivo, entrenaba a la Selección de vóley de Georgia y escribía trabajos científicos sobre fusión entre música y deporte. "Tenia oído absoluto y tocaba como autodidacta bandoneón, acordeón y piano".
"Yo tenía dos años y medio cuando comencé a tocar piano y sacar de oído absolutamente toda la música que escuchaba por televisión, radio y discos vinílicos. A los tres años tocaba con ambas manos. No sabía leer", contó Inga.
Marina Yashvili fue su inspiradora y su hermana, Nana Jashvili, su profesora. "Me formó y me dio todo para que yo tenga mi camino. A veces nos llamamos. La extraño mucho", manifestó.
A los seis años sus padres la llevaron a la Escuela de Música y comenzó a aprender a tocar el violín. Cursó siete años de primaria allí. También fue campeona de vóley en la capital, practicaba patinaje sobre hielo y jugaba ajedrez.
Luego cursó cuatro años el profesorado. Se recibió a los 19. Rindió en el Conservatorio Nacional de Georgia, de nivel universitario y terminó la licenciatura y máster en violín solista en cinco años.
En Salta creó la Fundación Camerata Stradivari. "La hice muy a pulmón. Mis alumnos ya trabajan en la Orquesta Sinfónica de Salta, en sinfónicas de Buenos Aires. Están trabajando en México, Estados Unidos, Canadá, España, Chile, Bolivia", finalizó.
En 2022, Inga había recibido por parte del Senado el premio Lola Mora, un reconocimiento a las mujeres destacadas en Salta.