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La PASO, los ausentes y la cuadratura del triángulo

Domingo, 03 de septiembre de 2023 02:21
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En muchos de los maravillosos relatos del libro "Las ciudades invisibles", de Ítalo Calvino, se describen ciudades que se extienden hacia arriba y hacia abajo de maneras mágicas e inverosímiles. Las casas, las calles, los edificios y los jardines se organizan en una disposición precisa y matemática; las callejuelas se pierden en rincones inadmisibles; las escaleras suben a alturas inconcebibles y luego bajan a lugares inimaginables. Las ciudades son lugares mágicos donde cada elemento arquitectónico sigue un patrón geométrico, formando una compleja red de relaciones espaciales. La geometría da forma a las ciudades y todas ellas plantean la duda sobre si la estructura geométrica de la ciudad refleja el estricto orden del cosmos influyendo así en la vida de sus habitantes o si, al revés, los habitantes, por dar formas geométricas a sus ciudades, influyen sobre la conducta de la ciudad y sobre el comportamiento del cosmos. Calvino nos invita a reflexionar sobre cómo las formas y las estructuras condicionan nuestra comprensión del mundo y nuestras interacciones con él.

Platón propuso que ciertos poliedros regulares constituían la materia. Para él, el cubo era el elemento constitutivo de la tierra; el tetraedro el del fuego; el octaedro el del aire; y el icosaedro el del agua. Imaginó un quinto "elemento platónico", el dodecaedro, para representar al cosmos. Las disposiciones y los pensamientos geométricos pueden crear una sensación de orden y de previsibilidad, aunque también pueden limitar nuestra comprensión.

Geometría y datos

En las últimas elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) se instaló -muy rápido- el resultado como un empate en tres tercios; un triángulo. Para algunos un triángulo isósceles, para otros uno escaleno pero, pareciera que el único consenso es que no se trata de un triángulo equilátero. Los tercios no son iguales no importa desde qué óptica se quiera ver el resultado.

Hubo un ganador de la instancia que sacó, en los resultados provisorios, una diferencia sobre sus otros dos contrincantes inmediatos (30,04% versus 28,27% y 27,27%). Por supuesto, este triángulo sólo se puede establecer por la suma de los votos agrupados por espacio político: La Libertad Avanza, Juntos por el Cambio y Unión por la Patria; respectivamente. Medidos por la cantidad de votos individuales, los datos se parecen más a un pentágono contrahecho: Milei 30,04%; Massa 21,4%; Bullrich 16,98%; Rodríguez Larreta 11,29% y Grabois 5,87%.

Si se considera, en cambio, el total del padrón electoral, el triángulo deja de ser tal y aparece una cuarta fuerza no representada en ningún espacio político -y no contenida por ninguno de ellos- que son los votos en blanco, los votos nulos, recurridos e impugnados (1.477.233) y la gente que no se tomó la molestia en ir a votar a una elección obligatoria (11.952.064); sumando 13.429.297 personas.

Nota al margen. Es lógico esperar que, de ahora en más y de cara al 22 de octubre, todos los candidatos van a apelar al "voto útil"; a la frase políticamente correcta "no importa por quién votes, mientras vayas a votar" y otros eslóganes similares intentando movilizar a estas casi 13,5 millones de personas y, además, tratar de hacerlos definirse por alguna candidatura; si fuera la de ellos, mejor.

Otra nota al margen. La O de PASO es por "obligatoria". Si más del 30% del padrón electoral no va a votar en elecciones nacionales "obligatorias", y esto no trae ninguna consecuencia de ninguna naturaleza, quizás sea hora de comenzar a pensar en cambiar el sistema electoral y hacer que la asistencia a las elecciones sea voluntaria como es en muchas democracias liberales del mundo. Mejor eso antes que el voto sea voluntario de hecho y pase a engrosar la larga lista de cosas violatorias de la ley a las que estamos por completo acostumbrados como parte de nuestra anomia boba, letal y autodestructiva.

Último comentario al margen. ¿No será hora de eliminar las PASO; esta gran encuesta en tiempo real carísima, no del todo definitiva y tal vez hasta poco fiable; pero con gran potencial para desestabilizar la política, la economía y al país, como ha sucedido tanto en 2019 como ahora en 2023?

Volviendo al tema, sumando los votos en blanco, los votos nulos, recurridos e impugnados y las abstenciones, el gran ganador fue el voto negativo mucho antes que el voto afirmativo. El triángulo se convierte en un paralelogramo irregular más que a un triángulo. "Una cuadratura del triángulo" donde los que "optaron por no elegir" entre esta demacrada y triste oferta electoral sumó el 39% y, lejos, siguieron el candidato de LLA con un 20,63 de los votos válidos emitidos respecto al total del padrón electoral; Juntos por el Cambio con un pobre 19,42% y Unión por la Patria con un menesteroso 18,73%. De nuevo, medido contra el total del padrón electoral.

¿No será, acaso, que estos valores representan mucho mejor cómo está conformado de verdad el electorado? Porque, otra forma de verlo es que de cada cinco personas habilitadas para votar a nivel nacional, dos se inclinaron por candidatos que resultaron irrelevantes o, directamente, no eligieron

a nadie, una eligió a La Libertad Avanza; otra a Juntos por el Cambio y la última a Unión por la Patria. Difícil hablar de representatividad en estas condiciones. Menos aún de gobernabilidad pensando en cómo se van a repartir las Cámaras estas tres fuerzas mayoritarias y los átomos libres de siempre como la izquierda y los otros partidos minoritarios.

Geometría y matemáticas

Acá es donde la cosa se pone rara y requiere un poco más de análisis y de especulación electoral; sin buscar hacer futurología ni enmascarar deseo alguno detrás de la racionalización.

En primer lugar, no creo que el grado de presentismo -o el nivel de ausentismo, depende de qué se mida- vaya a variar de manera significativa. Quizás aumente algo pero, sospecho que la gente que faltó a las PASO no va a concurrir ahora de manera compulsiva movilizados de repente por el deber cívico y las convicciones políticas. Quizás hasta podría suceder lo contrario; que desmotivados por el resultado de las PASO, una parte del electorado que sí asistió decida no votar en las próximas elecciones. La verdad es que nadie sabe a ciencia cierta cómo se comportará el electorado en octubre; ni siquiera tras el resultado de las PASO.

En segundo lugar; en estas nuevas elecciones, los votos en blanco, recurridos, nulos e impugnados serán contados de manera distinta a como se contabilizaron en las PASO, por lo que cualquiera de estas variantes de voto será equivalente a no haber ido a votar a la hora del recuento. En esta ronda sólo cuentan los votos válidos emitidos; nada más.

Y hay tres candidatos mayoritarios, el triángulo. Si uno de ellos lograra superar el 45% de los votos, no importará la diferencia son sus seguidores y ganará la elección en primera vuelta. Me parece algo poco probable. También podría obtener la victoria en primera vuelta alguien que alcanzara el 40% de los votos y se ubicara a 10 o más puntos porcentuales de diferencia con su inmediato seguidor. Este sí puede ser un escenario posible; uno en el cual Milei podría resultar elegido Presidente de la Nación en primera vuelta. Más aún si Bullrich se sigue desvaneciendo y si, como se espera, Massa refleja en su intención de voto la evolución grotesca de la economía argentina.

En este caso, Milei habrá convertido el cuadrado en un punto singular. Jorge Luis Borges, en "El Aleph", habla de "el lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos". La infinitud en la finitud; el universo fractal. Milei podría ser el punto singular que termine de fractalizar a la Argentina de una manera que, quizás, no pueda ser rearmada después.

Si Milei no ganara en primera vuelta, entonces habrá balotaje entre los dos candidatos que obtuvieran la mayor cantidad de votos. El cuadrado y el triángulo se volverán una recta. En el mundo geométrico, una recta define una infinita cantidad de planos; una infinita cantidad de variantes y expectativas políticas y económicas pasarán por esa recta.

Más cosas raras

Si hubiera balotaje y si se confiara en las encuestas, la definición parece que va a ser entre Milei y Massa; una nueva grieta en la que Massa sería la colectora de todo el voto anti-Milei.

Hay algo extraño, además, que no deja de ser una paradoja notable. Es que las mismas encuestas insinúan que, si el balotaje fuera entre Milei y Bullrich, ganaría esta última. Y si el balotaje fuera entre Massa y Bullrich, ganaría, también, Patricia Bullrich. O sea que Bullrich es una candidata que, "tête à tête", parece ganarles a los otros dos candidatos pero, puesta a competir como una más entre los tres, se diluye, parece que ni siquiera logra entrar al balotaje.

Sería bueno que estudiosos del tema - una vez superada la elección y sin ideología -, analicen esta paradoja y respondan cómo puede ser que una candidata que gana vis a vis a ambos candidatos por ser "la menos mala" entre ellos, pierde cuando se la pone a competir de a tres. Confieso que me cuesta comprenderlo.

Lo único que sí sé, con certeza, es que sin importar quién gane el 22 de octubre o en el eventual balotaje posterior; en ningún caso existirá el orden al que aspiraba Platón; tampoco la idealización geométrica imaginada por Calvino. Menos la poesía, profundidad o el refinamiento intelectual de Borges. Nuestra ciudad tortuosa y nada geométrica no reflejará el orden ni la perfección del universo. Tampoco nos ordenará a nosotros. Suerte que tampoco tenemos, nosotros, ninguna chance de influir sobre el comportamiento del cosmos.

 

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