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El Senado de la Nación convirtió en ley el Presupuesto 2026 luego de más de ocho horas de debate y una jornada marcada por negociaciones contrarreloj. Se trató del primer presupuesto aprobado durante la gestión del presidente Javier Milei, que logró reunir los votos necesarios a partir de un acuerdo que implicó mantener el texto sin cambios respecto de la media sanción de Diputados.
Para asegurar la aprobación, el Gobierno aceptó que el proyecto se votara sin el capítulo XI, que incluía las derogaciones de las leyes de Emergencia en Discapacidad y de Financiamiento Universitario. De ese modo, evitó que la iniciativa regresara a la Cámara baja, donde el oficialismo no tenía garantías de quórum para las próximas semanas.
La votación en general arrojó 46 votos a favor, 25 en contra y una abstención, correspondiente a la senadora cordobesa Alejandra Vigo, del bloque Provincias Unidas. El oficialismo, que cuenta con 21 senadores propios más el acompañamiento de su aliado Luis Juez, sumó el respaldo de la UCR, el PRO y la mayoría de los bloques federales. El peronismo, en tanto, se dividió: Guillermo Andrada (Catamarca), Carolina Moisés (Jujuy) y Sandra Mendoza (Tucumán), del bloque Convicción Federal, votaron a favor.
Uno de los ejes centrales del debate fue el artículo 30, incluido en el capítulo segundo, que deroga artículos de las leyes de Financiamiento Educativo, Educación Nacional, Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y Educación Técnico Profesional. Pese a las críticas de la oposición, el artículo fue aprobado por 42 votos a favor, 28 en contra y dos abstenciones, de Vigo y de la neuquina Julieta Corroza, alineada con el gobernador Rolando Figueroa.
Para evitar modificaciones, el oficialismo volvió a imponer la votación por capítulos y no por artículos, una estrategia que le permitió bloquear cambios puntuales que hubieran obligado a devolver el proyecto a Diputados. Desde los bloques radicales y federales advirtieron que el artículo 30 elimina los pisos de inversión en educación y ciencia previstos por ley. “Es un artículo escoba, porque barre los pisos de inversión que, aun cuando no se alcanzan, marcan un rumbo”, sostuvo el senador radical Maximiliano Abad.
Desde Salta, la senadora Flavia Royón, alineada con el gobernador Gustavo Sáenz, acompañó el proyecto pero expresó reparos. “Acompaño este presupuesto por responsabilidad institucional, pero no es un cheque en blanco”, afirmó, al cuestionar los capítulos vinculados a educación y señalar que la derogación de normas implica “institucionalizar las faltas”.
La sesión estuvo atravesada por momentos de fuerte tensión política. El oficialismo consiguió quórum sin inconvenientes, con la ausencia de los dos senadores de Santa Cruz, Natalia Gadano y José María Carambia, que permanecieron en el Congreso pero no ingresaron al recinto. Durante la tarde, la Casa Rosada siguió de cerca el debate y envió emisarios, entre ellos el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, el ministro del Interior, Diego Santilli, y el secretario de Hacienda, Carlos Guberman.
El Presupuesto 2026 prevé un crecimiento económico del 5% del PBI, una inflación anual del 10,1% y un tipo de cambio estimado en $1.423 para diciembre del próximo año. Además, proyecta un superávit primario del 1,5% del PBI y un superávit financiero del 0,2%, junto con un incremento del 10,6% en las exportaciones.
Con la sanción de la ley, el Gobierno logra cerrar el año con un plan de gastos aprobado por el Congreso, una señal política y económica clave de cara a los mercados. No obstante, el oficialismo ya anticipa que en los próximos meses deberá afrontar un nuevo desafío en la Cámara alta: el debate por la reforma laboral.