Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
12°
7 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

En busca de la libertad

Martes, 17 de diciembre de 2024 01:11
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Como Diógenes de Sinope, aquel filósofo griego que caminaba por las calles de Atenas, con una lámpara encendida, con la que decía buscar el hombre, un hombre virtuoso, voy andando ansioso e inquieto, a veinticinco siglos de aquel rastreo, buscando la libertad. Escucho nombrarla, gritarla y también aullarla, pero ni las voces ni las palabras sacian el hambre que padezco de verla reconocida y consagrada. La libertad genuina, no la que se pregona y se promete, la que se vive, la que se goza. La libertad que es el pórtico de entrada a la oportunidad. No la libertad que se entrega y se recibe como una dádiva, sino la que se reclama y se obtiene por derecho. No la que se ruega, sino la que se conquista como posesión suprema del hombre, sólo un paso atrás del bien de la vida.

Hoy, más que nunca, los mandamás de las naciones suelen referirse a la libertad, como un bien restringido al logro de un bienestar económico para sus gobernados, que se esmeran en alcanzar y se empecinan en afianzar, con un interés que no es pertenencia ni el disfrute de los destinatarios, sino el propósito de conservar el poder, que se halla en el bolsillo de éstos, donde se guarda el voto, junto al dinerito recibido del benefactor.

Por supuesto que ese bienestar, aunque imprescindible, no constituye la suprema conquista de la felicidad, pero el caudillo la pondrá por sobre todo otro bien, machacando hasta el hartazgo en sus discursos, los resultados obtenidos en la economía de la nación, pero cuidándose muy bien de brindar la misma importancia y dedicación a los demás derechos de los ciudadanos, en especial al de la libertad en toda su forma de expresión, comenzando con la libertad de opinión, herramienta con que cuentan esos ciudadanos como medio de control de la gestión del gobierno, garantía consagrada en los sistemas republicanos. Por lo contrario, procurará por todos los medios de acallar toda opinión que contradiga la del régimen, incluso la que provenga de sus propios funcionarios, y de encubrir el propósito de silenciar la voz de la prensa libre, mediante su ataque permanente y sostenido contra ella, atribuyéndole intenciones pérfidas o golpistas, sin privarse en algunos países, de la práctica de ahogarla, restringiendo sus ingresos y sus recursos económicos, o bien adquiriendo los más prestigiosos medios, que habrán de silenciar sus voces, como ha ocurrido recientemente con alguno que, incluso ha sido antes el impulsor de una investigación, que concluyó con la caída de un gobierno, por la demostración de actividades ilegales de miembros del mismo.

Las autocracias que hoy se propagan por el mundo, nacidas como democracias de origen, ya que han llegado al poder por elecciones libres, luego de alcanzarlo, suelen anestesiar el espíritu y el valor cívico de sus ciudadanos, ofreciéndoles una mesa colmada y el ocio asegurado con asuetos y feriados, que obran como carnada y señuelo para amodorrar sus voluntades y su avidez de libertad, como también inocular en la sociedad el hedonismo, esa exacerbación del placer desbordado, otro medio de entumecer las voluntades.

Pero la libertad está emparentada con la oportunidad, con la posibilidad de hacer, de proyectar y lograr la propia vida y de cubrir las necesidades que demanda.

La libertad reside, entonces, también en la posibilidad del anciano jubilado, ese ser que ya no tiene que ver con la capacidad de participar en el proceso productivo y la economía, de descansar, en sus últimos años, con la despreocupación de saber que cuenta con los medios esenciales para alimentarse, vestirse y poder volver de la farmacia con las medicinas que puede pagar con su jubilación. También es ejercicio de la libertad, el tener la posibilidad de un trabajo digno, seguro y bien remunerado, sin la angustia de sufrir la agonía de la contingencia de integrar un día la nómina de despedidos de su empresa. Es libertad la posibilidad del padre de elegir el derecho de escoger los estudios de sus hijos. También es libertad, el derecho a la tranquilidad de la madre que espera al suyo, que vuelve de su trabajo, sin la angustia de la inseguridad del asalto, del despojo y el riesgo de no llegar.

La libertad es, en resumen, la oportunidad del hombre común, de vivir una vida digna, pacífica, segura, holgada, sin los límites de las privaciones, que no sólo tienen que ver con los ingresos económicos, sino con poder proyectarse él mismo y su familia, en todos los aspectos de esa vida: familiares, culturales, de instrucción, de esparcimiento, etc. Y poder, como ciudadano, ejercer las prerrogativas y gozar las garantías que le conceden los regímenes jurídicos en cada país. Ser libre es tener la oportunidad y ejercitar los derechos de pensar, de exponer sus ideas y de proyectar su vida.

El hombre más esclavo es aquel que acepta su servidumbre.

El hombre libre es el que se reconoce a sí mismo como su propio amo en procura de su crecimiento y su felicidad. Y no habrá cárcel ni rejas que se lo impidan.    

Por eso, válido es culminar esta reflexión con el recuerdo y el homenaje a un dignísimo ciudadano, el político socialista argentino, Alfredo Palacios quien, encontrándose detenido, en una de tantas oportunidades que soportó la reclusión por el ejercicio sin ataduras ni temores, de la libertad de pensamiento, clamó desde su celda con su voz poderosa y grave: "carcelero, traiga un vaso de agua para un hombre libre". Sin duda que el carcelero no comprendió quién de los dos se hallaba realmente libre.

Quisiera encontrar la libertad que busco, otra vez en hombres honorables, que ennoblezcan con su condición de amantes de la libertad, esa insigne ciencia y también arte de la política, y en ciudadanos con el fervor cívico con que nacen y viven los hombres libres, artífices, con su voto concienzudo, de los auténticos estadistas.

.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD