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Bukele, eficiencia y autoritarismo

Sabado, 03 de febrero de 2024 02:20
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De ser uno de los países más violentos del mundo, El Salvador ocupa ahora titulares a nivel mundial por la reducción vertiginosa de la criminalidad. La principal clave de la pacificación del país fue lograda con la tan exitosa como polémica "guerra contra las pandillas" emprendida por Nayib Bukele, quien mañana buscará su reelección como presidente, autorizada por la Justicia a pesar de que no está contemplada en la Constitución del país.

Además de reducir los homicidios a mínimos históricos, su estrategia de seguridad le valió miles de denuncias por presuntas violaciones a los derechos humanos. Pero también le trajeron índices de popularidad sin precedentes entre los salvadoreños: lidera la intención de voto para estos comicios con entre un 70 y 80%.

En 2019, al asumir la presidencia, las "maras", pandillas de delincuentes forjadas originariamente en la comunidad salvadoreña residente en Estados Unidos, se habían adueñado del espacio público. La tasa de homicidios era de 36 asesinatos por año por cada 100.000 habitantes, uno de los índices más altos de la región. 2023 cerró con una tasa de 2,4 homicidios por cada 100.000 habitantes, la más baja desde 1992, fecha de finalización de la sangrienta guerra civil que azotó al país desde la década del 70. Los salvadoreños volvieron a caminar por las calles sin temor.

Sin embargo, el Observatorio Universitario de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana de El Salvador cuestionan la información oficial.

La estrategia de Bukele fue establecer el régimen de excepción en marzo de 2022, que suspendió garantías constitucionales y multiplicó las denuncias por detenciones arbitrarias realizadas sin orden judicial, supuestos malos tratos en las cárceles y muertes bajo custodia del Estado. Con más de 75.000 detenidos, El Salvador se convirtió en el país con la tasa de presos más alta del mundo. Pero la reducción de la violencia homicida se logró a costa de debilitar el sistema democrático y de una alta concentración del poder en su figura. El hiperpresidencialismo, un alto costo para la sociedad pero envuelto en la narrativa de que se le han suspendido los derechos "solo a los malos". Porque los derechos han sido cercenados para todos.

Con esta nueva realidad, el gobierno de Bukele hizo esfuerzos para atraer la atención hacia el país y demostrar al resto del mundo que El Salvador ya no es el país peligroso que fue hace años y al que muchos temían viajar. El año pasado se ubicó como el quinto país del mundo en el que más aumentó la llegada de turistas internacionales (40%) comparado con 2019.

Por lo demás, la economía del mandato de Bukele estuvo marcada por su decisión de hacer de El Salvador el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal. Pero la inflación es uno de los grandes retos para un segundo período en un país donde el precio de la canasta básica aumentó en un promedio de casi US$54 entre 2019 y octubre de 2023, y donde el salario mínimo es de US$365.

Según datos de la FAO de entre 2020 y 2022, más del 48% padecía inseguridad alimentaria que le llevaba a no comer lo suficiente. Más de 900.000 personas estaban en fase "crítica" o de "emergencia" cercana a la hambruna. El país no prospera, no hay empleo, sigue habiendo pobreza. La previsión de crecimiento económico en 2023 fue la menor de toda Centroamérica.

La falta de crecimiento y la baja inversión extranjera directa es el gran desafío de Buekele y donde se puede caer el castillo de naipes si no se resuelve el tema económico, opinan los expertos salvadoreños. También señalan que la mano de obra salvadoreña está mal calificada y nada preparada para desarrollos tecnológicos tecnológicos por fragilidad de la educación pública.

La reforma política seguirá en mayo, cuando entre en vigor la aprobada reducción de 262 municipios a 44. Según el gobierno, la medida permitirá el ahorro de US$250 millones al año, pero los críticos consideran que solo persigue concentrar más poder en la figura del gobierno central. Además, la próxima será la primera legislatura con 60 diputados en lugar de 84, una reducción que opositores también vieron como una táctica de Bukele para mantener un mayor control.

En cuanto a la "guerra contra las pandillas", no se esperan cambios en el régimen de excepción, que va camino de cumplir dos años. Bukele insiste con el Make El Salvador Great Again (Que El Salvador vuelva a ser grande), en referencia al eslogan de Donald Trump en Estados Unidos.

Ajeno a las críticas internacionales. El presidente proclama: "El Salvador está renaciendo. Debemos creer en nuestra capacidad, así como los demás países ya lo hacen. Gente de otros países ya cree en nuestra capacidad. Debemos sentirnos orgullosos de todo lo que hemos logrado en tan poco tiempo", dice a la espera del escrutinio de mañana.

* Versión editada del artículo publicado por BBC en español, con información de Marcos González Díaz y Leire Ventas, de BBC News Mundo y de Pascual Albanese, vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico.

 

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