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La economía global se encuentra en una transformación acelerada, impulsada por avances tecnológicos sin precedentes. Basada en la creación y utilización de conocimientos para impulsar el crecimiento económico, se ha convertido en un pilar fundamental para las naciones que buscan mantener su competitividad en el escenario global.
La economía del conocimiento es una oportunidad de crecimiento, innovación y competitividad global. Estudiar carreras relacionadas con la informática y los sistemas abre puertas a una amplia gama de oportunidades profesionales en sectores en constante evolución que ofrecen altos niveles de empleabilidad y salarios competitivos.
Para los jóvenes, invertir en una educación que desarrolle competencias en áreas como desarrollo de software, inteligencia artificial, análisis de datos, comercio electrónico y ciberseguridad es fundamental para su futuro profesional. Las habilidades adquiridas en estas disciplinas no solo son altamente valoradas por los empleadores, sino que también les proporcionan la capacidad de adaptarse a nuevos desafíos y tecnologías emergentes
En este contexto, Argentina enfrenta el reto de formar una fuerza laboral capacitada en áreas estratégicas como la informática y los sistemas. Sin embargo, la evolución de la matrícula en estas carreras y la competencia de plataformas en línea presenta desafíos y oportunidades que deben ser abordados con urgencia.
Auge de Informática y Sistemas
Las carreras de ingeniería en informática y sistemas han mostrado un crecimiento significativo en la matrícula durante el periodo 2016-2022, especialmente en las universidades de gestión estatal. Según los datos recopilados, el número de estudiantes en estas carreras en universidades estatales pasó de 30.313 en 2016 a 43.194 en 2022, lo que representa una tasa de crecimiento promedio anual del 6%. En contraste, las universidades de gestión privada experimentaron un crecimiento más modesto, con una tasa promedio anual del 4%, pasando de 6.965 estudiantes en 2016 a 8.789 en 2022.
Existe una demanda creciente por carreras relacionadas con la informática y sistemas, consistente con las tendencias globales hacia la digitalización y la tecnología. El aumento de graduados en estas disciplinas puede contribuir significativamente al desarrollo del sector tecnológico en Argentina, potenciando la economía del conocimiento y la competitividad del país a nivel global. Sin embargo, la proporción de estudiantes en estas carreras respecto al total del sistema universitario es pequeña; los matriculados en ingeniería en informática y sistemas representan aproximadamente el 2 % del total de estudiantes universitarios. Aunque cruciales para el desarrollo tecnológico y económico, estas carreras constituyen una pequeña proporción del cuerpo estudiantil total. Aumentar el número de estudiantes en estas áreas podría tener un impacto significativo en la capacidad de Argentina para competir en el mercado global de tecnología y servicios basados en el conocimiento.
Las universidades deben enfrentar el desafío de incrementar no solo la matrícula, sino también mejorar la calidad de la educación y adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos. Esto incluye la actualización constante de los currículos, la inversión en infraestructuras tecnológicas y la formación continua de los docentes. Aunque estas carreras representan una pequeña fracción del total de estudiantes universitarios en Argentina, su crecimiento y relevancia son indicadores positivos de la adaptación del sistema educativo a las demandas actuales del mercado laboral y la economía digital. Apoyar y promover estas carreras podría tener beneficios a largo plazo para el desarrollo económico y tecnológico del país.
Ante la mayor demanda por formación en áreas tecnológicas, impulsada por la digitalización de la economía, en nuestro país aún existe una brecha significativa entre la oferta educativa y las necesidades del mercado laboral.
El escenario académico
El sistema universitario argentino se compone de 61 universidades nacionales, 7 universidades provinciales y 69 universidades privadas, sumando un total de 137 instituciones de educación superior. En 2022, la matrícula universitaria alcanzó los 2.540.854 alumnos, con un 80% de los estudiantes asistiendo a universidades públicas. A esto debemos sumar las Instituciones de nivel superior no universitario que suman 2.275. Entre estas, 659 son exclusivamente docentes; 901, exclusivamente técnico-profesional; 678, de ambos tipos de formación, sumando entre todas, una matrícula qye supera el millón de alumnos. Es decir, hay más de 3.5 millones estudiantes en el Sistema de Educación Superior, de los cuales el 77% están en establecimientos de gestión estatal.
Los indicadores de escolarización del sistema educativo superior en Argentina muestran un aumento en las tasas neta y brutas universitarias, indicando que un mayor número de jóvenes están accediendo y permaneciendo en la educación universitaria. Esto refleja un panorama positivo, con avances significativos en la inclusión educativa y la diversificación de las opciones de formación para los jóvenes.
Como contrapartida, en nuestro país hay 557 estudiantes por cada 10.000 habitantes, una tasa de graduación baja, con solo 31 graduados por cada 10.000 habitantes, mientras que Brasil presenta 61 y Chile 55. Según datos oficiales, los estudiantes tardan en promedio nueve años para terminar sus carreras, a pesar de que la duración teórica de la mayoría de las carreras es de 4 años. Otro dato revelador es que la retención en el primer año es del 55,9%, es decir, de los nuevos inscriptos en primer año, solo este porcentaje continúa en el segundo año.
La tasa de graduación en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas sigue siendo baja en comparación con otros países. Argentina produce solo 6,48% graduados en estas orientaciones cifra que empalidece frente a países como Singapur (40,42%) y Rusia (34,53%). Esta disparidad pone de manifiesto la necesidad urgente de fortalecer la formación en áreas críticas para el desarrollo tecnológico y económico del país.
Educación a distancia
El avance en la educación a distancia no solo facilita el acceso a la educación superior para un público más amplio, sino que también se alinea con las tendencias globales hacia modelos de aprendizaje más flexibles y adaptables. Esto es crucial para preparar a los jóvenes para las demandas de un mercado laboral en constante evolución, especialmente en sectores tecnológicos y de conocimiento.
La modalidad a distancia creció más rápido que la presencial entre 2013 y 2022, aumentando un 89,2% en comparación con el 35,1% de la modalidad presencial. En instituciones de gestión estatal, la educación a distancia creció un 62,6%. En instituciones de gestión privada, el crecimiento fue del 106,5%, comparado con el 11,4% de la modalidad presencial. Un crecimiento notable, especialmente en instituciones de gestión privada, reflejando una mayor aceptación y demanda debido a su flexibilidad y accesibilidad.
Competencia de Plataformas
En el actual ecosistema de educación superior, las universidades no son los únicos actores que ofrecen capacitación virtual en competencias tecnológicas. Plataformas como Google, Amazon o Henry, entre otras, han emergido como alternativas viables y efectivas para adquirir habilidades demandadas por el sector tecnológico o en empresas con un fuerte uso de tecnologías emergentes y la IA. Estas plataformas ofrecen cursos y certificaciones alineados directamente con las necesidades del mercado laboral, permitiendo a los estudiantes adquirir conocimientos prácticos en poco tiempo
La popularidad de estas plataformas plantea un desafío significativo para las universidades tradicionales, que deben adaptarse rápidamente para no quedarse rezagadas. Si las universidades no actualizan sus programas y métodos de enseñanza para incorporar tecnologías emergentes y nuevas metodologías de aprendizaje probablemente perderán relevancia y competitividad.
Reflexiones y Desafíos
La visita del presidente Javier Milei a Silicon Valley, donde se reunirá con líderes tecnológicos como el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, y representantes de empresas líderes en tecnología, es una señal clara de la intención de Argentina de atraer inversiones para impulsar la economía del conocimiento. La colaboración con empresas tecnológicas de renombre mundial no solo busca atraer inversiones, sino también establecer alianzas estratégicas que permitan a Argentina beneficiarse de las últimas innovaciones y desarrollos tecnológicos.
Estas acciones reflejan la necesidad de una visión a largo plazo para el desarrollo de la economía del conocimiento en nuestro país. Para convertir a Argentina en un polo de desarrollo en la economía del conocimiento, es imperativo implementar estrategias coordinadas entre el Estado, las universidades y el sector privado. Las universidades deben actualizar sus currículas y es crucial fomentar alianzas estratégicas con empresas tecnológicas líderes para ofrecer programas de capacitación y formación continua que respondan a las demandas del mercado.