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La minería está a punto de dar el salto más grande de su historia: llegar a la Luna. Investigadores de la Colorado School of Mines (CSM), encabezados por George Sowers, Christopher Dreyer y Ángel Abbud-Madrid, han demostrado que una mina lunar es técnica y económicamente viable.
Sus estudios para la NASA —como Thermal Mining of Ices on Cold Solar System Bodies y The Business Case for Lunar Ice Mining— estiman que con una inversión inicial cercana a los 2.500 millones de dólares, se podrían extraer más de 1.000 toneladas anuales de oxígeno e hidrógeno del hielo depositado en los polos lunares.
Esa producción permitiría generar combustible y sostener bases humanas permanentes, inaugurando una verdadera economía de recursos espaciales.
En la Argentina, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación, están promoviendo la New Space Economy (Nueva Economía Espacial): un modelo que integra investigación, innovación y desarrollo productivo, preparando al país para ser parte activa de este nuevo ciclo industrial.
A nivel provincial, el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología y la Secretaría de Ciencia y Tecnología fortalecen la formación y la vinculación científica con el sistema productivo local.
Desde la Puna, donde la minería trabaja en condiciones extremas de altura, radiación y aislamiento, Salta puede transformarse en un laboratorio natural para validar tecnologías que algún día operarán en la Luna.
"Así como el litio impulsa la transición energética en la Tierra, el hielo lunar impulsará la transición civilizatoria en el espacio."
El futuro de la minería ya comenzó en nuestra proximidad y en el espacio. Seamos parte.