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Fantasías apocalípticas

Jueves, 09 de octubre de 2025 01:46
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Desde épocas remotas el hombre siempre ha buscado en el cielo señales de los dioses. Es interesante observar cómo en las redes sociales se propagan profecías a la carta, fulanos que anuncian desastres y "señales en el Cielo". El problema, diremos así, es que las cosas que están ocurriendo en el mundo traen a la memoria aquellas palabras del Evangelio: "Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra angustia de las naciones, perplejas por el bramido del mar y de las olas. Los hombres desfallecerán de terror, temiendo lo que sobreviene al mundo, porque las potencias de los cielos serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube con poder y gran gloria. Cuando comiencen a suceder estas cosas, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención." (Lucas 21:25-28). Claro, de ahí a que al Mesías se le ocurra volver en este momento, hay un largo trecho. Y por otro lado, lo más probable es que seamos los humanos los que terminemos con el mundo antes que la furia de Dios. El 3I/ATLAS, ¿es un cometa o un colectivo cósmico de alienígenas?

También llamado C/2025 N1, porque es el tercer objeto interestelar confirmado que se detecta pasando por nuestro sistema solar, fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el telescopio de sondeo ATLAS en Chile y, tras análisis adicionales, se identificó que su órbita es hiperbólica, lo que significa que no está ligado gravitacionalmente al Sol; vino de fuera del sistema solar y tarde o temprano lo abandonará.

Desde su hallazgo, se ha convertido en foco de observaciones internacionales, especulaciones virales y debates científicos sobre su naturaleza.

Aún Hubble no puede ver directamente el núcleo sólido. Viaja a más de 200.000 km/h, y tendría comportamientos "anómalos", como variaciones luminosas verdaderamente inusuales, aceleraciones no gravitatorias (por ejemplo, por expulsión de gas) que no están bien explicadas todavía. Algunos estudios preliminares detectan actividad, pero aún no concluyen efectos sorprendentes.

Cada vez más, las redes divulgan videos afirmando que se trata de "una nave alienígena o un artefacto tecnológico". Pero no hay datos que sustenten características físicas artificiales (maniobras, estructuras detectables, señales extraordinarias). NASA y otros astrónomos la han descartado como hipótesis fuerte.

Lo más probable es que 3I/ATLAS sea un cometa interestelar con características inusuales, pero naturales. Su composición (hielo + polvo + gases) y comportamiento se alinean con lo que se conoce de cometas viejos o de entornos distintos al nuestro. No hay pruebas, hasta ahora, de estructuras definidas artificiales, emisiones tecnológicas, señales inteligentes, ni maniobras que sugieran algo distinto a efectos físicos naturales.

Las anomalías detectadas (polarización rara, proporción de CO alta, núcleo de tamaño incierto) son interesantes desde el punto de vista científico porque podrían ampliar lo que entendemos de los objetos interestelares, pero no constituyen evidencia de tecnología alienígena.

Decir "NASA lo guarda porque descubrió vida alienígena"; o denunciar encubrimiento es una conjetura sin sustento. Lo mismo que dar por ciertas estimaciones exageradas de tamaño sin aclarar el rango de incertidumbre.

En resumen, 3I/ATLAS merece atención seria: es raro, es revelador y ofrece una ventana a materiales exteriores a nuestro sistema solar. En la historia de los cometas interestelares cada nuevo objeto agrega algo inesperado. Este lo está haciendo también. Pero el salto a hipótesis de origen artificial no está respaldado hasta el momento por los estándares del método científico.

La presencia de 3I/ATLAS, nos recuerda que el cielo sigue siendo un misterio, pero no todo misterio es un milagro. Entre señales en el cielo y teorías virales, la ciencia sigue siendo nuestra brújula. Y por fin, el Universo es extraordinario, pero la evidencia sigue siendo el único camino seguro para entenderlo.

 

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