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El noble ruso Grigori G. Gagarin y su muerte en Salta.

Junto con Eduardo Arispe y Roberto Camps, fueron los tres promisorios jóvenes geólogos que murieron en un accidente automovilístico en Cachi, en 1950. Gagarin, el mayor de ellos, dejó un valioso legado científico en sus trabajos en el Museo Rivadavia.
Lunes, 10 de noviembre de 2025 01:29
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Hay una historia de la minería argentina que tuvo una fuerte repercusión en 1950 y hoy está completamente olvidada. Un hecho doloroso que enlutó a la ciencia argentina. Tres geólogos que prospectaban minerales en Salta sufrieron un accidente en el vehículo que conducían y se desbarrancaron cerca de Cachi. Todos fallecieron en el vuelco y los cuerpos fueron traídos a la ciudad de Salta para ser velados en el "Museo Regional del Norte", antes de ser trasladados a Buenos Aires para su inhumación definitiva. Reconstruimos aquí por primera vez su historia.

Sus nombres eran Eduardo Oscar Harispe (1920-1950), Roberto Félix Camps (1922-1950) y el ruso Gregorio Gagarin (1912-1950).

Victorio Angellelli (1908-1991) les dedicó un homenaje post-mortem en su enciclopédico trabajo sobre los "Recursos Minerales Metalíferos de la República Argentina" (Buenos Aires, 546 p., 1950). Dice en la dedicatoria: "A la memoria de los geólogos E. O. Harispe, G. Gagarin y R. F. Camps, caídos en Cachi, Salta, en cumplimiento de su deber". Cuando leí por primera vez esta frase en la década de 1970 me impactó profundamente y me quedó el compromiso personal de investigar sobre el tema.

El museo de Riggi

Los tres profesionales provenían del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" en Buenos Aires. Téngase presente que en 1946 había asumido como director de ese museo el Dr. Agustín E. Riggi (1904-1979). Eran los tiempos del primer gobierno de Perón y Riggi estaba muy comprometido con las políticas oficiales que buscaban desarrollar los recursos mineros del país. Más aún cuando el mundo salía de la Segunda Guerra Mundial y faltaban minerales básicos. Entre sus medidas organizativas estuvo sacar toda la parte antropológica y cederla al Museo de Etnografía y lo mismo hizo con todo lo referente a temas musicales que pasaron a otras dependencias nacionales. A su vez dividió lo que era la parte museística de exposiciones para el público de lo que representaba la investigación científica y creó el "Instituto Nacional de Investigación de las Ciencias Naturales", anexo al Museo.

Riggi consiguió un presupuesto sumamente generoso del gobierno nacional para desarrollar laboratorios, compra de equipamiento, infraestructura, fondos para publicaciones de calidad en grandes tiradas y para financiar campañas científicas desde Jujuy hasta la Antártida. Una de esas misiones fue la de los geólogos accidentados y fallecidos en Salta en 1950.

Ese año de 1950 era además emblemático porque se conmemoraba el "Año del Libertador General San Martín" y había actividades oficiales en todos los órdenes del gobierno. Precisamente en Cachi hicieron cumbre en el nevado los montañistas Hoygaard, Di Paquo y Pelicelli y dieron el nombre del libertador a la altura principal.

Jóvenes talentos

Roberto Félix Camps, entonces de 28 años y nacido en la ciudad de Buenos Aires era el más joven de aquellos exploradores caídos. Camps estudió en la Universidad de Buenos Aires donde se graduó de geólogo. En 1947 fue becado por la Administración General de Parques Nacionales. Luego se unió al personal científico del departamento de Geología del Museo "Bernardino Rivadavia" donde se ganó el afecto de sus colegas por sus dotes de investigador, por su contracción al estudio y por su calidad de buen amigo. Su temprana muerte privó al país de un profesional valioso que tenía mucho para dar.

Eduardo Oscar Harispe tenía 30 años y había nacido en Entre Ríos. Estudió en la Universidad Nacional de La Plata donde se recibió de geólogo en 1946. En 1947 ingresó al departamento de Geología del Museo "Bernardino Rivadavia". Se especializó en yacimientos minerales y comenzó a realizar exploraciones geológicas especialmente en la provincia de Catamarca como adscripto a la Dirección General de Fabricaciones Militares. Precisamente había terminado un trabajo sobre la mina de hierro "República Argentina" en Tinogasta. Un biógrafo anónimo escribió en el diario Crítica del 4-12-1950 (p. 4) que: "Por su dedicación al trabajo y el cariño a la profesión que había elegido su desaparición provoca sin dudas la pérdida de una esperanza y una promesa para la ciencia argentina".

Príncipe y geólogo

El tercer geólogo fallecido en el accidente tiene una historia singular. Grigori Grigórievitch Gagarin, tenía entonces 38 años y había nacido en Moscú. Era hijo de una antigua familia de nobles rusos por vía paterna y materna. Su bisabuelo era el príncipe Grigori Grigórievich Gagarin (1810-1893), diplomático, militar, pintor, artista gráfico, arquitecto, historiador del arte, escritor, soldado, oficial, funcionario y un reconocido coleccionista de minerales. Su abuelo y su padre, también se destacaron como estudiosos y coleccionistas de minerales.

El padre de nuestro biografiado G. G. Gagarin (1882-1924) emigró al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (más tarde Yugoslavia), dejando la colección de minerales en Rusia. La colección de minerales del príncipe Gagarin se conserva actualmente en el Museo Geológico Estatal "Vladimir I. Vernadsky" (Academia Rusa de Ciencias) de Moscú. La colección fue reunida por representantes de tres generaciones de la familia del príncipe Gagarin entre mediados del siglo XIX y 1917.

Elena L. Minina, científica rusa, ha realizado un completo estudio y publicado libros y artículos sobre el tema. Como se aprecia, cuatro generaciones de Gagarin estuvieron dedicadas a la geología y a la mineralogía. El último de ellos, el que falleció en Salta, era hijo de la baronesa Helena von Korf (1888-1955), rusa nacida en la provincia de Tver y fallecida en Buenos Aires cinco años después que su hijo. Los padres Grigori y Helena se casaron en Moscú en 1911, tuvieron a Grigori en 1912 y en 1922, con su pequeño hijo de 10 años se trasladaron a Belgrado.

Allí el joven Grigori completó sus estudios secundarios y siguiendo la tradición familiar, estudió geología donde se graduó en 1934. Su tesis versó sobre la química y el origen de los minerales de las minas de Trepca. Estas minas se convertirían más tarde en un enorme complejo industrial en Kosovo y en la mina de plomo, zinc y plata más grande de Europa. Gagarin fue profesor asistente del Instituto Mineralógico y Petrográfico de la Facultad de Filosofía de Belgrado. Investigó la geología de los Cárpatos y de los Balcanes. Sobre estas cuestiones publicó un importante trabajo en 1936 en los Anales Geológicos de la Península Balcánica.

Publicó asimismo numerosos artículos e informes científicos sobre minerales como glaucofana, calcita, aragonita, rodocrosita, zincmangano-calcita, rocas volcánicas, plutónicas y metamórficas, entre otros temas. Muchos de esos trabajos los realizó con el geólogo y petrólogo búlgaro Jovan Tomih. La investigación de la vida europea de G. G. Gagarin fue obra del gran científico búlgaro Platón Tchoumatchenco (1935-2019), un experto en fósiles del Jurásico y en la historia de los geólogos rusos distribuidos por el mundo.

Tchoumatchenco era miembro del Instituto Geológico de la Academia Búlgara de Ciencias. Con él publicamos un volumen sobre los geólogos rusos en América Latina junto a los colegas Alberto C. Riccardi, Michel Durand-Delga (1923-2012), Michel Wiasemsky, Demetrio Boltovskoy, Reynaldo Charrier y Elena L. Minina (Revista del Museo de La Plata; V.3, Nro. 2, pp. 223-295, 2018, La Plata).

Mantuve con Tchoumatchenco un rico intercambio epistolar sobre biografías de geólogos rusos que trabajaron en Salta y en Argentina. Era una persona increíblemente amable que sugería que "la bondad podía salvar el mundo" como lo destacaron sus biógrafos búlgaros Lubomir Metodiev y Todor Nikolov. Me honra haber trabajado con ese hombre bueno en el antiguo sentido de la palabra.

En Buenos Aires

Hasta donde sabemos Grigori Grigórievitch Gagarin llegó a nuestro país a mediados de la década de 1940 y castellanizó su nombre por el de Gregorio Gagarin. Se integró al Instituto Nacional de Investigaciones de las Ciencias Naturales que dirigía Agustín E. Riggi en el Museo "Bernardino Rivadavia". Riggi puso a cargo del Departamento de Geología del Instituto al geólogo Jorge Ricardo Cuomo (1919-2013). La tesis doctoral de Cuomo, dirigida por A. E. Riggi en la Universidad Nacional de La Plata fue sobre los yacimientos de azufre salteños ("Estudio geológico-minero de los yacimientos de azufre de la Cumbre Austral de la Alta Cordillera de Cori, Salta", 1954).

En 1982 el Dr. Cuomo alcanzaría la Secretaría de Minería de la Nación. Lo cierto es que G. Gagarin, A. Riggi y J. Cuomo firmaron a finales de los cuarenta varios trabajos en conjunto en revistas científicas e incluso esos artículos continuaron saliendo luego de la muerte de Gagarin. Entre ellos se encuentran estudios sobre nomenclatura mineralógica, sobre la heteromorfia del magnesio, una hipótesis sobre el origen termonuclear de los elementos, entre otros. Ello demuestra la gran tarea que Gagarin estaba llevando a cabo y que quedó inconclusa luego del luctuoso accidente en Salta.

 

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