¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
25 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La paz está aún muy lejana

Miércoles, 25 de junio de 2025 02:05
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El ataque aéreo, breve y puntual, de los Estados Unidos sobre las plantas subterráneas iraníes de enriquecimiento de uranio, parece haber persuadido al régimen de los ayatollah de que su posición ya era muy difícil en la guerra con Israel.

Los aviones y los misiles utilizados por la fuerza aérea norteamericana son un recurso del que solo dispone ese país y tienen la capacidad de disparar proyectiles de precisión capaces de perforar hasta 80 metros de profundidad y explotar recién al llegar a ese punto. No se sabe aún cuál fue el alcance real de los daños causados a los laboratorios subterráneos, pero fue una advertencia contundente para el régimen teocrático.

En esta guerra, llamada de "doce días", los bombardeos directos entre Irán e Israel produjeron centenares de muertos en Irán y, entre ellos, gran cantidad de jefes militares y científicos de importancia estratégica. Pero el conflicto comenzó, en realidad, el 7 de octubre de 2023 y, en estos veinte meses, Israel, además de arrasar la Franja de Gaza, desmanteló los mandos de Hezbollah y de Hamas, brazos militares de Teherán.

Además, flota la amenaza de Donald Trump de que otro de los objetivos podría ser el mismo líder supremo, Alí Jamenei, y también, la decisión de acelerar la caída del régimen teocrático instalado en el poder de la antigua Persia desde 1979.

Por el momento se viven horas de distensión, aunque la paz de Medio Oriente sigue siendo un objetivo necesario y a la vez utópico.

Ni Israel ni Irán bajaron sus banderas. Teherán no resignó sus metas de desarrollo nuclear y el sector ortodoxo hoy en el poder sigue sosteniendo que Israel debe desaparecer.

¿Cómo imaginar que un régimen sustentado en la idea de que EEUU, Israel y Occidente son parte de "la civilización del mal", vaya a aceptar estoicamente la derrota y las imposiciones de esos países?

¿Hasta dónde Israel puede garantizar prudencia mientras Benjamín Netanyahu sea primer ministro?

Ambos gobiernos, el de Jamenei y el de Netanyahu, chocan con la resistencia de gran parte de sus pueblos, tensiones que la guerra pone entre paréntesis.

Israel sabe que duerme al lado del enemigo. Y seguirá estando a la defensiva y dispuesto al contraataque.

En medio, está en juego el destino del pueblo palestino. Ni la OLP antes, ni Hamas ahora, hicieron otra cosa que involucrarlos en guerras que no les brindaron libertad ni prosperidad.

El Estado israelí, creado en 1948, pudo haber sido una solución razonable para todas las partes, porque las disputas eran ancestrales y milenarias. Pero las intervenciones occidentales en la región siempre dejaron más violencia de la que encontraron.

La pacificación requiere que la ONU garantice a los palestinos un territorio y la posibilidad de construir un Estado propio e independiente. Y brindarle un plan de recuperación económica, política y social acorde con la dignidad humana.

Por supuesto, Israel no debe seguir atacando, y sí permitir el acceso de la ayuda humanitaria. A su vez, la comunidad internacional tiene la obligación de exigir a Hamas la devolución de todos los rehenes, o de sus restos.

Pero las heridas son profundísimas. Irán no va a bajar los brazos e Israel no va a tolerar más ataques.

Hay muchos otros actores en la tragedia. La matanza perpetrada hace tres días por un terrorista de Estado Islámico (EI) en una iglesia ortodoxa de Damasco es otra señal, una más, del complejo universo del conflicto de Medio Oriente, que sigue apareciendo como un foco que amenaza la paz mundial.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD