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Un pin, las "Fuerzas del Cielo" y el islamismo

Las Fuerzas del Cielo, que parecería una denominación adolescente, pero anticuada, de los seguidores del presidente empiezan a mostrar, con su enfrentamiento étnico con el Islam un perfil místico cuya previsible deriva es el fanatismo, probablemente, violento. 
Domingo, 06 de julio de 2025 02:27
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"Cuanto más absurdo, trivial e inútil el dato, más delicadamente debe ser tratado. De esta materia están hechos los más finos ensayos literarios", dice Aldous Huxley en "Si mi biblioteca ardiera esta noche". No pretendo escribir un ensayo; si una reflexión. Y el puntapié es algo trivial pero, quizás, lo que pueda haber detrás no. Quizás nada sea trivial si se miran las cosas con la perspectiva adecuada.

Comencemos por lo trivial. "Las Fuerzas del Cielo", esa vertiente libertaria que desde las sombras comandan el asesor presidencial Santiago Caputo y "El Gordo Dan"; le dio la "membresía a sus filas" a la diputada nacional terraplanista Lilia Lemoine. En una ceremonia bizarra -una "consagración" según ellos mismos-, Lemoine fue "bendecida" y pasó a ser parte de "Las Fuerzas del Cielo". El acto se hizo siguiendo al pie de la letra la escenografía con simbología romana y carteles verticales en colores bordó y amarillo con la cual buscan emular al Imperio Romano. "Milei emperador" es la cuenta de X desde la cual estas fuerzas suelen hacer sus posteos más emblemáticos. La simbología suele ser tan fuerte como las palabras.

"Las Fuerzas del Cielo" se presentan a sí mismos como "la guardia pretoriana" y "el brazo armado" del presidente; expresiones que causaron tanto escozor en su momento que tuvieron que aclarar que el "arma" a la que se referían era el celular; instrumento con el cual las hordas libertarias están cambiando la forma de hacer política instalando una «polarización por diseño". Fenómeno nada original que responde a los dictados tecnológicos de fuerzas parecidas en todo el mundo.

Asesor todopoderoso

"El triángulo de hierro" está formado por el propio presidente; su hermana Karina Milei y el asesor presidencial todo terreno Santiago Caputo. El asesor que, sin ningún cargo oficial -ergo sin la obligación de rendir cuentas ante ningún organismo de contraloría estatal- dirige de manera directa y con mano de hierro la SIDE, la ex-AFIP y varios otros organismos importantes del Estado; los que coloniza poniendo a cargo -en rangos oficiales- a sus soldados fieles.

Caputo es el Alter ego de Milei a cargo del control y el gerenciamiento del Estado. Lo dijo el propio presidente: "Hay un primer control político que hace Guillermo Francos. Una segunda instancia de control político, que es Santiago Caputo. Y el que mete el gancho final soy yo"; frase que Guillermo Francos tuvo que salir a desmentir.

A su vez, el "Gordo Dan" es uno de los máximos referentes de la agrupación y es el conductor de "La Misa"; el programa que galvaniza al núcleo duro libertario. Oficia como "comisario político inapelable" en las redes, desde donde insulta a periodistas, opositores y libertarios caídos en desgracia; tanto como "anticipa" la salida de funcionarios. Probablemente sea correcto decir que el Gordo Dan es el Alter ego de Caputo.

Y así podríamos armar una larga cadena de "Alter egos de Alter egos", lo cual desnuda una cadena jerárquica obediente, estricta e inviolable; sumisa por ideología o por temor. Cadena tan acuciada por no quedar como tibia o como "traidora" que crea una "alucinación consensuada" capaz de interpretar y de actuar según los deseos del Líder; incluso antes que el propio Líder verbalice, piense, o acaricie siquiera sus deseos. Me pregunto quién maneja a quien -o, en el mejor de los casos-; quién condiciona a quien.

Lo no trivial

En este contexto, se dio otro de esos hechos "triviales" que no es para nada tal. Tras la visita de Milei a Israel y luego de haber firmado el el "Memorándum de Acuerdo con Israel" -que, insisto, sin el tratamiento y el aval del Congreso, debería ser nulo de punta a punta-; y además, en el contexto del ataque que encaró Israel contra Irán para descabezar su cúpula teocrática y militar y retrasar o destruir el plan armamentístico nuclear iraní; existió una pelea mediática descabellada entre funcionarios y personas allegadas al Gobierno.

Como cuenta Carlos Pagni en La Nación en su nota "Un experimento político con final abierto", Lucas Luna -allegado a Caputo-, posteó en X una noticia sobre musulmanes persiguiendo a cristianos en Nigeria y dijo: "No odiamos lo suficiente al Islam". Luego de intercambios irracionales de las huestes libertarias, intervino Martín Menem -jefe de la Cámara de Diputados de la Nación-, pidiendo "que se separe terrorismo de religión". Sensato. Y correcto. Los salvajes, barbáricos e irracionales yihadistas no representan el espíritu del Corán ni del Islam. Estos asumen un Islam revolucionario basado en la violencia y en el terror; contrario por completo al espíritu de paz y de amor del Corán y de la comunidad musulmana en general. Injustificable e inadmisible; la respuesta al jefe de los diputados llegó desde @MileiLibertador; otra cuenta emblemática atribuida a Caputo: "El que te proponga diferenciar la religión del terrorismo, ese es el traidor".

Todo esto configura un proto debate irracional e insensato llevado a cabo tanto por funcionarios públicos en el ejercicio de su deber como por un asesor ligado íntimamente a la cúpula del poder en Argentina. Todo en un contexto de extrema delicadez y volatilidad internacional. Pero, quizás, sólo sea la punta del iceberg.

Preocupante mutación

"Las fuerzas del Cielo", sus "afiliados", "pines", escenografía, cánticos y simbología, no dejan de ser algo entre bizarro, pintoresco, extravagante o ridículo; según cada mirada. Que pudieran ser la "guardia pretoriana" o un "brazo armado", siempre sonó a algo tan ingenuo e irreal como cuando "La Cámpora" juega a ser revolucionarios repatriados de la década del 70. Unos y otros no dejan de ser pantomimas infantiles e imposibles parecidas a aquellos fantasiosos personajes de las series "La banda del Golden Rocket" o "Pelito".

En ese contexto, al "Ingeniero del Caos" -Santiago Caputo- se lo conocía sólo por ser el armador del relato y del discurso oficial; luego por su cada vez mayor influencia y participación en diversos organismos del Estado y por los alfiles que fue colocando -uno a uno- en distintos y poderosos organismos oficiales -todos cruciales-. Hoy, comienza a ser notorio no sólo por el poder que acumula sino, también, por algunas de sus violentas e intempestivas rabietas, acciones o frases. En definitiva, si antes era conocido -y aceptado- por su rol de "monje negro en las sombras" -un émulo de Rasputín-; de a poco, parece mutar hacia algo distinto; ya no tan en las sombras; ni tan Rasputín.

La cuestión identitaria

¿Y si estas declaraciones sobre la necesidad de "odiar al Islam" e instalar la idea de que "separar al Islam de la religión constituye un acto de traición"; fueran un indicativo de que hay algo más navegando por las cloacas digitales que tan bien manejan; y que la ultraderecha busca propiciar y usar a su beneficio? La cuestión identitaria refuerza la división "nosotros-ellos" y, al mismo tiempo, quiebra la dialéctica "derecha-izquierda". El "temido otro" trasciende toda ideología; es emoción en estado puro. La «polarización política por diseño» podría mutar hacia una «polarización religiosa por diseño»; muchísimo más peligrosa.

Hace poco, en otras columnas, comenté que mientras en Europa, Rusia y el Oriente -incluida China- la población envejece y se reduce; en Estados Unidos esta crecerá un 12% de acá a 2048. Más preocupante es que este crecimiento se dará -con exclusividad- en las comunidades latinas, de color y, sobre todo, en la comunidad musulmana. Al final del día, para Estados Unidos, el problema no será "hacer frente" a la inmigración ilegal -o a "la población islámica" como en Europa-; sino que se tratará del decrecimiento y de la conversión en minoría de la "población blanca fundadora" a manos de sus minorías históricas.

El discurso de Geert Wilders -presidente del Partido por la Libertad de los Países Bajos -elegido Primer Ministro de Holanda- sirve como guía: "He venido a Estados Unidos con una misión. No todo anda bien en el Viejo Mundo. Existe un tremendo peligro acechando. Y es muy difícil ser optimista. Es muy posible que estemos transitando las últimas etapas de la Islamización de Europa. Esto no es sólo un peligro claro y actual para el futuro de Europa en sí, sino una amenaza a América y a la supervivencia del mundo Occidental. Estados Unidos es el último bastión de la civilización Occidental, enfrentando a una Europa islámica. (…) En mi país, Holanda, el 60 por ciento de la población ahora considera que la inmigración masiva de musulmanes representa la política más equivocada que se haya instaurado desde la Segunda Guerra Mundial. Y otro 60% de la población, considera que el Islam es la más importante amenaza que enfrentamos". Si prestamos atención al mensaje, Wilders tampoco separa terrorismo de religión. El mundo parece haber comenzado a transitar el "Choque de Civilizaciones" anunciado treinta años atrás por Samuel P. Huntington.

¿Y si "Las fuerzas del Cielo" escondieran algo más peligroso e implicaran fuerzas y financiamientos extraños y hasta impensados? ¿Y si estuviéramos importando una ideología mucho más xenófoba, menos pluralista, más maniquea y mucho más totalitaria y extremista que la que se pretende combatir? ¿Y si…? Ojalá esté profundamente equivocado. Ojalá.

 

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