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7 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Potrero de Díaz, el paraíso escondido

Un lugar mágico, pletórico de fauna y flora, que conserva antiguas tradiciones y comunica con otras maravillas de la geografía salteña. A 80 km. de Salta, se llega por caminos accesibles y muestra encierra lo mejor de nuestro paisaje de montaña.
Lunes, 07 de julio de 2025 01:25
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La magnífica geografía de Salta esconde lugares y paisajes que resultan soñados para quienes los descubren en sus travesías. Uno de ellos es Potrero de Díaz, un bello paraje enclavado en un valle profundo rodeado de sierras y serranías, ubicado inmediatamente al oriente de la Quebrada de Escoipe. Pertenece al departamento de Chicoana y forma parte del sistema hídrico que drena hacia el Valle de Lerma.

Se accede desde la ciudad de Salta por la ruta provincial N° 33 entrando por la Quebrada de Escoipe hasta el paraje El Nogalar y la escuela N° 4578 "Jaime Dávalos". Allí hay un arroyo y se debe doblar a la izquierda y comenzar a remontar un sinuoso camino de montaña que atraviesa una selva montana con una vegetación exuberante y una extraordinaria avifauna. Bandadas de loros, pavas de monte y urracas dan color y sonido al silencio del paisaje. Solo alterado por la música cantarina de las aguas de algún arroyo fugitivo.

Pequeñas vertientes laterales son muy comunes a lo largo del camino y están adornadas por múltiples variedades de helechos. Si bien se puede circular en autos normales ello depende de la época del año y siempre conviene realizar el trayecto en camionetas. Desde la ciudad de Salta son unos 80 km de recorrido que se pueden hacer cómodamente en unas dos horas de viaje. También representa un atractivo para los motoqueros, para los ciclistas y los amantes del "Mountain Bike". Son 17 km desde el cruce de la R.P. N° 33 hasta Potrero de Díaz. Los primeros 12 km son de subida y repechaje y los últimos 5 km de bajada.

El camino corre pegado a la falda de la montaña y hay que tener precaución con los sectores estrechos, barrancos, curvas, contra curvas y la permanente presencia de animales sueltos. A mitad de camino hay un cómodo camping a orillas de un arroyo, arbolado, bien cuidado, con mesas, sillas y parrillas, para los que desean acampar o hacer una parada gratuita de picnic. La geología es extraordinaria ya que se atraviesan grandes espesores de rocas precámbricas, cretácicas y terciarias.

Desde la era de los dinosaurios

En líneas generales se trata de la unidad morfotectónica de la Cordillera Oriental y dentro de ésta la provincia geológica Calchaquenia.

Las rocas precámbricas están representadas por una formación pizarrosa de origen marino formada por corrientes de turbidez en antiguos fondos oceánicos. Las rocas se rompen en lajas grises y moradas, con planos que parecen espejos y contienen desde tapices algales hasta trazas fósiles de primitivísimos gusanos marinos.

Estas rocas se cortan en un par de puntos del camino y se destacan claramente por sus estratos duros y casi verticales. Sobre ellas se superponen, en discordancia angular, las capas de rocas cretácicas y paleógenas del Grupo Salta.

Para que se entienda la famosa Formación Yacoraite, una entidad de amplia distribución en el norte argentino formada por calizas amarillas: esta formación de la época de los dinosaurios contiene gran cantidad de algas estromatolíticas que se encuentran representadas en los rodados de los ríos de esa región. Dicha formación contiene también abundantes rocas negras ricas en materia orgánica y que fueron generadoras de petróleo. Pero lo que realmente destaca en el camino hasta Puerta de Díaz, luego de sortear algunas curvas y abras, es un potentísimo espesor de rocas formadas en el tiempo Paleógeno, esto es a comienzos del Terciario y posterior a la extinción de los dinosaurios, que se conocen como el Subgrupo Santa Bárbara en la estratigrafía regional.

Antiguamente se lo conocía como las "Margas Multicolores" y se diferenciaba en las margas coloradas inferiores, las margas verdes y las margas coloradas superiores. Más tarde recibirían nombres propios como las formaciones Mealla, Maíz Gordo y Lumbrera.

Los cortes del camino muestran hermosos afloramientos rojos y verdes de estas formaciones. Especialmente los rojos de la Formación Lumbrera que se desgranan y forman un material fino de intenso color ladrillo, especialmente cuando toca observarlos en días soleados. Ello representa un espectáculo en sí mismo. Dichas formaciones son muy importantes porque en ellas se descubrieron restos óseos fósiles de mamíferos primitivos que evolucionaron luego de la extinción de los dinosaurios. Tal el caso de los hallazgos realizados en la región de Pampa Grande, al este de Guachipas, sobre la R.P. N° 6.

"Potrero de Díaz se caracteriza por ser un típico lugar donde se conservan las mejores costumbres de la Salta rural".

El camino hacia Potrero de Díaz continúa siempre por las laderas de las serranías, atravesando a veces pequeños sembradíos y luego desciende hasta volverse casi recto por el interior del valle. Desde un punto de vista orográfico, el valle de Potrero de Díaz está limitado por dos cordones donde destacan las cumbres del cerro Bravo (2.614 m) a oriente y el cerro La Laguna (3.110 m) a occidente. Dichos cordones son bloques tectónicos de rocas precámbricas elevados por fallas inversas. Luego de 17 km de recorrido se llega al paraje de Potrero de Díaz, enmarcado por las serranías laterales y con sembradíos de alfalfares y otros cultivos. Los contrastes de colores de los árboles, los sembradíos y el fondo del paisaje son un hermoso espectáculo visual. El paisaje cambia a lo largo del año y es en primavera cuando lucen vibrantes el verde de sus potreros y el azul del cielo.

Allí están las antiguas salas de fincas, un molino abandonado con su vistosa puerta de madera, un puesto sanitario, la iglesia y la escuela N° 4373 "María Teresita López de Castillo".

Potrero de Díaz se caracteriza por ser un típico lugar donde se conservan las mejores costumbres de la Salta rural por sus tradiciones gauchas y sus celebraciones religiosas. Forma parte del amplio circuito llamado el "Sendero Gaucho". Las festividades se visten de color con los gauchos que se concentran en el lugar y los espectáculos de domas, yerras y exhibiciones de habilidades.

El fortín "Santos Simón Gaspar" se dedica a mantener vivas las costumbres y tradiciones gauchas del pueblo. Las fiestas patronales se realizan en honor al Señor y la Virgen del Milagro. La Fiesta de la Yerra es otro de los atractivos del poblado.

Entre los cultivos se encuentran porotos pallar, arvejas, papas andinas, maíz criollo y maíz capia. El poroto pallar, o sea de granos grandes seleccionados, fue uno de los cultivos históricos del lugar y se llevaba en bolsas a lomo de animales para ser vendido en San Fernando de Escoipe. La gente del lugar es muy amable y respetuosa. Entre los lugareños se repiten apellidos como los Tolaba, Puca, Cayo, Chocobar, Mamani, Colque, entre otros.

En algún momento todo este predio perteneció a la finca Ampascachi que fuera comprada por los multimillonarios alemanes de la familia Krupp, los que tuvieron las acerías bélicas que fabricaron armamento para Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Todavía hay gente en Potrero de Díaz que trabajó para la finca Ampascachi y recuerda a sus dueños alemanes. Y aún se puede unir a caballo y por sendas de animales esas dos localidades. Para lo cual se debe atravesar el Angosto de Potrero de Díaz, una estrechura en la montaña cortada por un río que probablemente vació la cuenca donde hoy se encuentran los potreros. Erosión retrocedente, capturas de ríos y la presencia de grandes abanicos laterales abandonados muestran una historia geológica digna de ser estudiada. Los arroyos que bajan del sur y del norte confluyen para formar el arroyo Paloma Yaco que drena hacia el este y termina en el embalse de Cabra Corral.

El camino continúa hacia el sur en dirección a Los Sauces donde se puede apreciar cambios rápidos de la vegetación hasta alcanzar una meseta de pastizales de altura a 2.000 m sobre el nivel del mar. Esta es una región plana, con vegetación rala y donde abundan aves como teros, halcones y lechuzas. Antiguamente eran muy valoradas para la caza de guaipos de ala colorada. En las alturas sobrevuelan los cóndores.

La presencia de ganado es constante, así como el sobrepastoreo que genera la destrucción paulatina de los suelos y el fenómeno del carcavamiento. Algunas de las cárcavas muestran suelos turbosos negros de épocas más frías y alcanzan gran tamaño y profundidad. En un arroyo que cruza el camino aparece una barranca que muestra una potente capa de ceniza volcánica, blanca, producto de una gigantesca erupción en la Puna unos 5.000 años atrás. La gente busca esas cenizas para utilizarlas como polvo limpiador o "puloil" para eliminar el hollín de las ollas de metal. Hay salidas de algunos senderos utilizados por los amantes del senderismo, uno de los cuales conduce hasta la llamada "Laguna Brava". En los Sauces termina el camino carretero y solo se puede continuar con animales.

Incluso hay huellas de cabalgadura que conducen hacia Isonza, Amblayo y San Fernando del Valle de Escoipe. El camino entre Potrero de Díaz y Los Sauces es muy escénico y vuelve a pasar por las viejas rocas precámbricas de lajas marinas de la Formación Puncoviscana. Los arroyos muestran terrazas con materiales torrenciales algunos de los cuales llevan bloques que se desplazaron por corrientes del tipo volcanes de barro.

En síntesis, Potrero de Díaz es uno de esos lugares mágicos de la geografía salteña que invita a conocerlo ya que encierra lo mejor del paisaje de montaña enlazado con las profundas raíces de las tradiciones gauchas.

 

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