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El Servicio de Atención Médica de Emergencias y Catástrofes (SAMEC) de Orán alertó sobre una crisis en las calles: entre junio, julio y agosto, 221 motociclistas fueron atendidos en accidentes viales graves, y en todos los casos, ninguno llevaba casco. Este dato no solo refleja una preocupante falta de responsabilidad vial, sino que también pone en evidencia el alto costo económico para la provincia.
Según el informe, el gasto por traslados de ambulancia a hospitales alcanzó los 5,5 millones de pesos, cifra que no incluye los gastos de hospitalización, cirugía, ni el impacto en la productividad de las víctimas, muchas de las cuales sufrieron traumatismos craneales graves. Esa cifra incial de 5,5 millones de pesos sería el triple por la hospitalizacion, gastos de remedios, de descartables y otros estudios médicos. En el mes de agosto, por ejemplo, el SAMEC asistió a 71 personas, lo que implicó un gasto de 1,7 millones de pesos solo en traslados.
Las consecuencias de no usar casco son devastadoras. Los especialistas coinciden en que la falta de protección aumenta el riesgo de lesiones cerebrales, que pueden generar secuelas permanentes,discapacidad y dependencia. Además, el impacto económico no termina ahí: se calcula que una sola víctima con lesiones graves puede generar un costo anual de hasta 5.000 dólares (casi 7 millones de pesos), considerando los gastos médicos, los cuidados familiares y las pérdidas de productividad.
Este panorama no solo afecta a los involucrados, sino que también repercute en la economía de la provincia. El Banco Mundial ha señalado que los accidentes de tránsito pueden reducir hasta un 22% el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) per cápita en países en desarrollo debido a los costos directos e indirectos asociados a los accidentes.
El SAMEC Orán hace un llamado urgente a la población: Usar casco, respetar las normas de tránsito y conducir con responsabilidad no solo salva vidas, sino que también protege la economía de la ciudad y el bienestar de todos los salteños. En este contexto, cada accidente prevenible es una victoria para la salud pública y una oportunidad de ahorro para las arcas provinciales.