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l Tribunal Oral Federal N°2 de Salta condenó a penas de hasta 9 años y 8 meses de prisión a los tres sindicados cabecillas de dos operaciones de tráfico de estupefacientes desbaratadas entre enero y abril pasados, y en las que fueron secuestrados 282 kilos de cocaína.
La sentencia se dio en el marco de un acuerdo de juicio abreviado instado por el fiscal federal Marcos Romero, titular de la Sede Fiscal Descentralizada Orán y responsable de la investigación que permitió desarticular la organización narcocriminal que los imputados habían montado con la complicidad de otras seis personas, cuya situación se resolverá en los próximos días.
El tribunal, conformado de manera unipersonal por la jueza Gabriela Catalano, condenó a Sergio Javier Girón, Héctor Novotka y Cristián Fabián Castro, como coautores del delito de transportes de estupefacientes agravado por el número de intervinientes.
Según lo homologado en la audiencia del 12 de noviembre pasado, cuando se celebró el acuerdo, Girón fue condenado a 9 años y 8 meses de prisión; Castro a 8 años y 8 meses; y Novotka a 7 años y 8 meses.
A su vez, el martes pasado, el juez Domingo Batule, del mismo TOF N°2, intervino en carácter unipersonal en un segundo acuerdo que derivó en la condena a 4 años y 2 meses de prisión, dictada contra otro imputado, Julio César Ocaranza, por el mismo delito, pero en calidad de partícipe secundario.
En materia de decomiso, en tanto, se dispuso la confiscación en favor del Estado Nacional de dos camionetas -una Toyota Hilux y Volkswagen Amarok-, un camión Iveco con semirremolque y una antena satelital Starlink, entre otros bienes.
Entre los aspectos relevantes del caso, la jueza Catalano resaltó el grado de peligrosidad, la envergadura y la logística demostrada por los imputados en los hechos investigados. Además, la magistrada remarcó que le llamó la atención el uso de la antena satelital, lo que revela el poder de este tipo de estructuras criminales.
En tanto, dos de los condenados ya enfrentan otro proceso penal, ya que a partir de evidencias surgidas en esta pesquisa, la fiscalía formalizó el 18 de agosto pasado una investigación penal contra Girón y Novotka por el delito de lavado de activos provenientes de actividades de narcotráfico, en una audiencia realizada ante el juez federal de Garantías de Orán, Gustavo Montoya.
Persecución, vuelco y 198 kilos de cocaína abandonados
El primero de los casos ocurrió el 28 de enero pasado tras un procedimiento realizado por personal del Escuadrón 20 Orán, de Gendarmería Nacional, en la ruta provincial 5, en el paraje Esteban Urizar, entre las localidades de Pichanal y La Estrella.
En la audiencia de formalización realizada en abril pasado, el auxiliar fiscal Francisco Valencia, quien intervino en el caso con Analía Cabral como investigadora, explicó que los gendarmes estaban apostados en dicha ruta, cuando vieron aparecer a lo lejos dos camionetas que circulaban de norte a sur.
El primer rodado, marca Ford Ranger, aceleró, embistió el control implantado y se dio a la fuga, en tanto que la otra camioneta, una Volkswagen Amarok, giró en “U” y escapó en sentido contrario. En el primer rodado, iba Girón, seguido por Novotka.
Los gendarmes, que iniciaron la persecución, hallaron a unos kilómetros la camioneta Amarok abandonada y atascada en una alcantarilla, sobre un camino alternativo a la ruta 5. En el interior del rodado, había cinco bultos, dos en el asiento trasero y tres en la caja, que resultaron contener un total de 198 kilos cocaína.
A partir de la documentación hallada dentro de la camioneta, Novotka fue detenido dos días después, cuando se presentó en una dependencia policial de la localidad de Urundel, para denunciar que supuestamente había sido víctima de un secuestro y del robo de su rodado, lo que fue considerado una coartada.
Entre otras evidencias que llevaron a la fiscalía a fundar la acusación contra ambos imputados, los representantes del Ministerio Público Fiscal mencionaron un informe con imágenes de las cámaras de video del Sistema de Emergencia 911 de la policía salteña, las que desacreditaron la versión del secuestro y robo del vehículo.
Por el contrario, las filmaciones permitieron establecer que el imputado llegó a Pichanal procedente de Metán y luego siguió viaje hasta la localidad de Aguas Blancas, donde cargó la droga.
Por otra parte, se determinó que Girón, quien hizo de “coche puntero” había modificado la apariencia de la camioneta Ford Ranger tras el vuelco y luego se desprendió del vehículo, entregándolo a una persona de la comunidad gitana de Metán que se dedica a la compra-venta.
De los teléfonos celulares secuestrados, en tanto, se extrajeron mensajes que confirmaron la intervención de ambos imputados en el hecho. Entre ellos, se destaca un texto que Girón envío a su hijo: “Escucha, no me manden más mensajes al número mío, el flaco (Novotka) ha volcado…bueno, pero ha volcado con todas las cosas, por eso al teléfono tuyo lo tiro”.
Camión con GPS y cocaína en un “doble fondo”
El 12 de abril pasado, en tanto, se desbarató un segundo transporte de 84 kilos de cocaína atribuido a la misma organización. La droga iba oculta en un camión Mercedes Benz que ya había sido identificado por los investigadores y fue monitoreado hasta detenerlo en el puesto El Naranjo, en Rosario de la Frontera.
La fiscalía, que ya seguía de cerca los movimientos de esta banda narcocriminal, le había colocado un rastreador con GPS que reveló varios datos, entre ellos, que estuvo estacionado a una cuadra y media del domicilio de Girón, en la ciudad de Metán.
A partir de esta medida, se puso en marcha un operativo que derivó luego en la detención del sindicado jefe de la banda, Girón, quien iba al mando del camión, siendo custodiado por una camioneta Toyota que hacía de “coche puntero” y era conducida por Ocaranza.
La camioneta no fue detenida en el control de Gendarmería, sino más adelante en el puesto que posee la policía provincial en la localidad de El Tala. El camión, en tanto, fue requisado por personal de la fuerza federal, circunstancias en la que el can antinarcóticos reaccionó a la presencia de estupefacientes en el piso del acoplado. Así se descubrió un doble fondo en el que había ocultos 81 paquetes de cocaína, con un peso de 84 kilos.