inicia sesión o regístrate.
El ataque que conmocionó a la comunidad educativa de Junín y, según consta en la denuncia, se desencadenó por un conflicto previo entre alumnas ocurrido en la parada de colectivos cercana al colegio. Testigos filmaron la escena y las imágenes habrían sido entregadas a la justicia.
Entre las 7.40 y las 8 de la mañana, la víctima -una estudiante de 14 años- llegó a su curso cuando una compañera le avisó que la estaban buscando. Minutos después, ingresó al salón una mujer adulta que, según la denuncia, comenzó a gritar: “¿qué problema tenés con mi hija?” y la golpeó en la cara.
La alumna intentó defenderse, pero la agresión se agravó cuando la hija de la mujer le alcanzó una cadena: la adulta utilizó ese elemento para golpearla en la cabeza, los brazos y las piernas, provocándole cortes en el cuero cabelludo. Durante la agresión la mujer profirió amenazas: “si ese video se hace viral voy a ir hasta tu casa y te voy a matar”, relató la denuncia.
Intervención y atención médica
Una docente consiguió separar a las partes y pidió a la agresora que se retire del establecimiento. Según la familia, en ese momento no estaban los directivos y “los maestros no querían llamar a la ambulancia”. Fue la madre de la menor quien gestionó el llamado al SAME y a la policía. La víctima fue trasladada al Hospital Piñeyro para curaciones y controles; el personal médico, tras la atención inicial, permitió que la adolescente regrese a su hogar, aunque continúa bajo seguimiento profesional para evaluar la evolución de las lesiones.
Denuncia y pruebas
La familia presentó la denuncia en sede policial y aseguró que existen filmaciones del ataque realizadas por testigos presenciales. Esas imágenes, según fuentes familiares, ya estarían en manos de la justicia. Por el momento no se ha informado públicamente qué medidas disciplinarias o administrativas adoptaron las autoridades educativas respecto de la agresora, que -según consta- tiene dos hijos más que asisten al mismo establecimiento.
Preocupada por la integridad física y psicológica de la joven, la familia solicitó medidas cautelares para garantizar su seguridad dentro y fuera de la escuela. En grupos de WhatsApp, los allegados informaron que la menor “sigue monitoreada por profesionales de la salud* para evitar cualquier complicación posterior debido a los golpes de cadena recibidos en su cabeza”.
El caso sacude a la comunidad escolar: más allá de la gravedad de las lesiones físicas, la familia reclama respuestas institucionales y garantías para que la menor pueda volver a estudiar sin temor. Mientras tanto, la causa sigue su curso y la justicia deberá resolver si las amenazas y los golpes configuran delitos que ameriten medidas penales y protecciones urgentes.