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Lo que para muchos era una consulta espiritual o un puente hacia lo esotérico, para la fauna silvestre argentina representaba un verdadero infierno de cautiverio.Lo que parecía una creencia "inofensiva" terminó exponiendo una de las aristas más oscuras del maltrato animal en el país por parte de un supuesto "vidente". Mientras sus seguidores confiaban en sus prácticas espiritistas, detrás de esa fachada se encontraba un verdadero negocio de tráfico de fauna silvestre, con especies protegidas siendo mantenidas en condiciones de terror.
La investigación, que demandó meses de seguimiento silencioso, no nació en las calles, sino en el vasto mundo de las redes sociales. Fue allí donde el Departamento Delitos Ambientales de la Policía Federal Argentina (PFA) detectó un perfil que exhibía, con total impunidad, imágenes de yararás, culebras y yacarés formando parte de escenografías religiosas.
El caso tomó impulso el 15 de abril, bajo la dirección de la Fiscalía Federal N° 1 de Morón, a cargo del Dr. Sebastián Basso. A través de intervenciones telefónicas y un minucioso análisis de la actividad digital del sospechoso, los investigadores lograron ubicar el epicentro de las actividades: una propiedad ubicada en la calle Congresales, en la zona de Los Polvorines, de la bonaerense ciudad de San Miguel.
Este domicilio no solo funcionaba como la vivienda del investigado, sino como una suerte de templo privado donde la biodiversidad era sometida a condiciones de hacinamiento. Lo que los efectivos del Departamento Federal de Investigaciones (DFI) encontraron al ingresar a la quinta superó la sospecha inicial de una simple tenencia ilegal.
Un zoológico clandestino entre sahumerios
Durante el allanamiento, los técnicos de la Brigada de Control Ambiental (BCA) constataron que los animales eran mantenidos en peceras, sin ningún tipo de protocolo de bienestar y careciendo de cualquier documentación que avalara su procedencia. Entre los ejemplares rescatados se destacan:
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Dos yacarés overos (Caiman latirostris).
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Una tortuga de tierra (Chelonoidis chilensis), especie que hoy se encuentra bajo la categoría de "Amenazada" en nuestro país.
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Una tortuga de caparazón blando espinosa y una tortuga mordedora.
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Restos de tarántulas taxidermizadas, evidencias de la crueldad estética que rodeaba los altares.
El operativo puso de relieve la flagrante violación a la Ley 22.421 (Conservación de la Fauna Silvestre) y a la Ley 14.346, que sanciona los actos de maltrato y crueldad animal.
El destino de los sobrevivientes
Mientras el implicado -un ciudadano argentino mayor de edad- era notificado de la formación de la causa ante el Juzgado Federal N° 1 de San Martín, bajo la tutela del Dr. Emiliano Canicoba, la prioridad viró hacia la vida de los rescatados.
Bajo estrictos protocolos de bioseguridad, las especies fueron trasladadas al Instituto Nacional de Microbiología “Dr. Carlos G. Malbrán”. Allí, un equipo de especialistas trabaja en su recuperación con la esperanza de que, en un futuro cercano, estos animales puedan ser reinsertados en su hábitat natural, lejos de los altares y el cautiverio forzado.