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Veinte años después de que su nombre apareciera en las crónicas policiales por un escándalo de abusos e inducción al suicidio, el pastor Virgilio Serrano, autodenominado líder de la "Iglesia Evangélica Pentecostal de Unidad del Norte Argentino", más conocida como "Laodicea", vuelve a ser denunciado por hechos de extrema gravedad.
En 2004, un equipo de El Tribuno investigó las denuncias contra Serrano, que estaba acusado de manipular y someter a jóvenes mujeres bajo pretextos "místicos" y "mandatos divinos", incluso forzando casamientos religiosos con menores de edad y dejándolas embarazadas. En aquel entonces, también fue vinculado a la muerte de Juan José Zerpa (25), ocurrida tras un prolongado ayuno penitencial. Pese a las denuncias y pedidos de captura, el pastor nunca se presentó ante la Justicia y continuó operando en templos de Rosario de Lerma, en la Unidad en Salta capital y en Copo Quile, Rosario de la Frontera.
Hoy, el nombre de Serrano vuelve a aparecer, esta vez ligado a la desaparición de una joven y a una denuncia por abuso sexual presentada por Sara, una de las integrantes de su congregación. Según el testimonio de Sara y de su hermano Juan, el pastor la habría sometido desde que era menor de edad, dejándola embarazada en dos ocasiones. Las hijas nacidas de esas relaciones hoy tienen 16 y 14 años.
Comentó que los hijos del pastor la "hostigan e intimidan"
Sara afirma que guardó silencio durante años por miedo a las amenazas del líder religioso, quien —según ella— usaba el temor, "la ira de Dios" como forma de control. Relató la mujer a El Tribuno que los hijos del pastor la "hostigan e intimidan", incluso merodeando cerca de su lugar de trabajo. Todo esto a partir de la denuncia por la "desaparición forzada" de su hermana Lorena.
"Hace dos meses, mi hermana Sara desapareció de nuestra casa y fue vista por última vez cerca de la iglesia que dirige Serrano en el barrio Santa Lucía. Sin embargo, mi hermana apareció uno de esos días, asegurando que estaba bien y pidiendo que se desestimara la denuncia. Esta actitud es producto de la manipulación psicológica que ejerce Serrano y su familia hacia sus víctimas", contó Juan a El Tribuno.
"Ella no habla como antes, repite lo que él dice. La están controlando. Toda esa gente que sigue ahí está manipulada", dice Juan, quien entregó videos y testimonios a El Tribuno, donde se muestran contradicciones entre los fieles y el pastor.
"Fui abusada en nombre de Dios"
Sara hoy tiene 35 años, contó que fue abusada por el llamado pastor en nombre de Dios, y que producto de estos abusos quedó embaraza en dos oportunidades. "Cuando tenía 17 años comenzaron los abusos. Un día nos convocó a los fieles a la Finca La Cruz (sur provincial), en esa oportunidad no fui con mamá. Me propuso que si yo le servía a Dios debía estar con él, como mujer. Ante mi temor, me seguía diciendo cosas, yo lloraba, y me llevó al monte y ahí abusó de mí. De esa manera, por varios años hizo lo mismo. Yo nunca avisé a mi mamá porque él me decía que Dios castigaría a mi familia y a mí", contó la víctima a El Tribuno.
Actualmente las hijas de Sara tienen 16 y 14 años. A partir de la desaparición de su hermana, se animó a contar y denunciar estos abusos. "Siempre viví angustiada y con temor. Después de muchos años le confesó a mi madre. A mi hermana le está haciendo lo mismo", sostuvo.
La denuncia contra Serrano incluye el pedido de análisis de ADN para confirmar la paternidad de las hijas de Sara y podría reabrir un capítulo judicial que lleva dos décadas sin resolverse. Mientras tanto, la familia insiste en que la situación es urgente y que el entorno del pastor es violento y reticente a colaborar.
Serrano, que actualmente estaría radicado en la provincia de San Luis con otra iglesia, fue señalado públicamente por primera vez en 2004, cuando vecinos de Santa Lucía lo acusaron de engañar a adolescentes para luego hacerlas desaparecer estando embarazadas.
Una de las denuncias más recordadas es la de Teresa, vecina de Rosario de Lerma, quien aseguró que su hermanastra de 16 años —devota de "La Odicea"— fue convencida por Serrano de que era "una elegida de Dios", la joven quedó embarazada y Serrano nunca reconoció la paternidad. El "pastor" nunca fue detenido. La causa se enfrió y se lo declaró prófugo.