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Un procedimiento policial desplegado en la localidad de El Potrero, Rosario de la Frontera, puso al descubierto una práctica ilegal que todavía persiste en algunos rincones de la provincia: las riñas de gallos.
El operativo se originó tras un reporte ciudadano que alertó a las autoridades sobre la realización de estas peleas clandestinas. Con la intervención del Juzgado de Garantías 1 de Metán, efectivos de la División Policía Rural y Ambiental allanaron un inmueble donde identificaron a un hombre mayor de edad, sospechado de violar la Ley Nacional 14.346, que sanciona el maltrato y la crueldad contra los animales.
Durante el procedimiento, los uniformados secuestraron dos gallos, un brete utilizado para la confrontación de las aves y otros elementos vinculados a la causa. Todo el material fue puesto a disposición de la justicia.
La intervención judicial recayó en la Fiscalía Penal 4, que ahora deberá avanzar con la investigación para determinar las responsabilidades penales y eventuales sanciones.
Las riñas de gallos, además de ser una actividad prohibida por la legislación argentina, constituyen una práctica que expone a los animales a un sufrimiento extremo, lo que las convierte en un claro ejemplo de crueldad. El caso de El Potrero pone en el tapete estas conductas que, pese a estar penadas por ley, siguen ocurriendo en distintos puntos de la provincia.