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Tras meses de desgastes y cuestionamientos, Eduardo Serenellini renunció este martes a su cargo de secretario de Prensa de Javier Milei. El funcionario, que resistió como pudo durante largos meses en su despacho de la planta baja de la Casa Rosada, era duramente cuestionado por la secretaria general Karina Milei desde que se enteró que había habilitado el pago de pauta a medios de comunicación en los que trabajó y se dedicaba a promover decisiones favorables con otras empresas, según las versiones que daban en la cúpula libertaria.
La salida del funcionario que tenía a su cargo la comunicación institucional del gobierno se dio a instancias de una reunión privada en la Quinta de Olivos esta misma mañana, lugar en el que Serenellini argumentó "motivos personales" para dejar su cargo. Sin embargo, según pudo saber Letra P, su renuncia tuvo más que ver con un pedido explícito de la hermana menor del jefe de Estado.
“Por razones personales he presentado mi renuncia al cargo de Secretario de Prensa de la Nación al presidente Javier Milei. Agradezco su confianza y conservo una gran amistad”, confirmó en sus redes sociales.
En septiembre del año pasado, el vocero presidencial, Manuel Adorni, fue ascendido al cargo de secretario de Comunicación y Medios, con amplias funciones en toda la difusión de los actos de gobierno, como así también en la gestión y conducción de las radios, Canal 7 y otras empresas y productos informativos y de entretenimientos que dependen del Estado Nacional. El ascenso firmado por Javier Milei y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, implicó un reconocimiento político de Adorni hacia adentro del Gobierno y también hacia afuera del ámbito oficialista, como uno de los funcionarios de mayor confianza de los hermanos Milei.
Fue la contracara de Serenellini, que todavía conservaba el cargo de secretario de Prensa de la Nación, pero estaba abocado principalmente a participar de actos protocolares con ONG y a hacer recorridas por el interior del país.
Fuera del plan
Desde enero del 2024, a un mes de asumir, Eduardo Serenellini era visto con antipatía al interior del Gobierno nacional. Sin embargo, no fue hasta el pasado diciembre que se encaminó su salida, tras la suspensión de un brindis en el Palacio Libertad (exCCK) y una sucesión de gestualidades que explicitaron la incomodidad que existía sobre su rol.
El exsecretario de Prensa tenía previsto organizar un suntuoso brindis en el Palacio Libertad para el 12 de diciembre, con la participación del propio Javier Milei y 350 invitados, referenciados casi exclusivamente a las relaciones públicas y no a los medios de comunicación. El Presidente eludió la invitación argumentando su gira por Italia, pero en su entorno expresaron su disconformidad con un evento que contrastaba con la política de austeridad que pregona la gestión nacional. El evento, finalmente, fue suspendido.
Hubo otras señales: la ausencia de Serenellini en la cadena nacional de balance de gestión del Presidente y sus desplazamiento de todos los encuentros donde se exhibía el entorno más fiel del Gabinete nacional, incluido el saludo en el balcón.
Para ese momento, era cuestión de tiempo la salida del funcionario, al que le reprochaban mantener una agenda de reuniones con cámaras empresariales, organizaciones y hasta fuerzas de seguridad, dejando en segundo plano sus tareas como secretario de Prensa. Su continúa exposición de esos encuentros junto a sus demandas de custodia permanente terminaron por generar una molestia insostenible dentro del Gabinete, que por el momento no definirá sucesión.