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La evolución de las ciudades no depende únicamente de su crecimiento físico, sino de las ideas capaces de proyectarlas hacia adelante. El panel de cierre titulado "Transformando el territorio" convocó a tres referentes de la planificación urbana, el desarrollo inmobiliario y la arquitectura con identidad local: Sixto Torino (gerente general de La Lagunilla Desarrollos), Luz Llaya (socia gerente de MCI SRL) y Gonzalo Reynoso (director de Reynoso BR), bajo la moderación de Ana Lía Parodi.
La conversación abrió con el megaproyecto que se desarrolla en el Acceso Norte, un masterplan de más de 860 hectáreas que busca convertir una zona frágil en lo ambiental y en lo social en una nueva centralidad urbana.
Torino relató un proceso de trabajo que lleva una década y que incluyó transformaciones clave: el cambio de uso del suelo hacia nueve nuevos destinos, la creación del primer convenio urbanístico de Salta, la donación de un parque público de montaña de 400 hectáreas, y la incorporación de 70 hectáreas destinadas a viviendas asequibles.
"Pensar en grande es poner la luz alta", expresó Torino. "El sueño es que 20.000 familias vivan allí. Para que funcione como una ciudad, necesitás servicios, comercios, instituciones, espacios verdes y densidades mixtas. Estamos en ese camino".
Entre los primeros hitos concretos mencionó la ejecución de la playa de transferencia de carga anhelada en Salta desde hace 40 años, el convenio para instalar un colegio y la inminente inauguración del nuevo proyecto comercial "El Capricho".
Alianzas público-privadas
Sobre las viviendas asequibles del Acceso Norte, adelantó que su desarrollo exigirá alianzas público-privadas, nuevas herramientas de financiación y un enfoque de largo plazo.
Luz Llaya aportó una mirada retrospectiva, desde una experiencia que ya dejó huella en la ciudad: el desarrollo de San Lorenzo Chico. "Hoy uno siente orgullo cuando pasa por la autopista y ve lo que es esta zona", afirmó.
Llaya recordó los inicios en el año 2000, cuando junto a un grupo de jóvenes profesionales buscaban un lugar para vivir que replicara las condiciones de San Lorenzo, pero a un precio accesible. Así nació el club de campo Santa María de la Aguada, seguido por nuevos emprendimientos que configuraron una identidad propia para el oeste de la ciudad.
"Fuimos pioneros. Vivimos ahí cuando no había nada, ni siquiera la autopista. Y hoy es un lucerío. Ese es el poder de la planificación sostenida", resaltó.
Llaya también marcó el rol del diseño como eje de cualquier proyecto: "El éxito está en diseñar bien, pero también en gestionar decisiones. El desarrollo inmobiliario necesita arquitectura, construcción y una escucha activa del cliente".
El valor, la comunidad y la trascendencia
Gonzalo Reynoso aportó una perspectiva centrada en la creación de valor, la gestión eficiente y la mirada colectiva. "Una transformación exitosa es aquella que agrega valor no solo al comprador, sino a la comunidad", afirmó. Reynoso destacó la importancia de pensar espacios comunes de calidad, áreas verdes vivas y entornos que incentiven la sociabilidad: "No podemos quedarnos en los metros cuadrados. Tenemos que generar lugares que conecten a las personas con la naturaleza y entre sí". Dijo que los últimos años obligaron a las empresas a mirarse hacia adentro, profesionalizar estructuras y apoyarse más en la gestión que en el crecimiento acelerado.