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La Universidad Nacional de Salta atraviesa uno de los períodos más delicados de los últimos años. Con un déficit heredado, obras paralizadas, auditorías en curso y convenios clave caídos, la nueva gestión encabezada por el rector Miguel Nina enfrenta un escenario complejo que condiciona el presente y redefine los desafíos para 2026. En una entrevista con El Tribuno, el rector detalló las medidas adoptadas, aclaró polémicas recientes y analizó el futuro académico y financiero de la institución.
¿Cómo avanzó el análisis pormenorizado del estado actual de la Universidad Nacional de Salta?
Nosotros asumimos en mayo y la verdad es que encontramos una situación extremadamente compleja, tanto interna como externa, marcada por la crisis nacional. Desde el punto de vista financiero, arrancamos con un déficit heredado de 3.000 millones de pesos. Y al tratarse de un déficit concentrado en salarios, no tiende a bajar sino a subir, salvo que uno compense con ingresos adicionales.
Hoy el Consejo Superior aprobó la distribución presupuestaria del año y pudimos controlar y prever el déficit del ejercicio. Hasta septiembre-octubre venimos ejecutando prácticamente lo previsto. Además, tenemos tres auditorías en marcha: una de la Auditoría General de la Nación, otra de la Sindicatura y una auditoría financiera y de desempeño en la Fundación de la Universidad (Fundalte), iniciada por nuestra gestión. Esa última está en etapa final.
Para quienes no conocen, ¿qué es Fundaltes?
Es una fundación de la universidad, con personería jurídica propia y un órgano de administración donde el presidente es el rector y el resto lo integra el gabinete del rectorado. Se ocupa de vinculación, proyectos, investigación, cooperación y algo de relaciones internacionales. Debería autofinanciarse.
¿Qué irregularidades encontraron en la fundación?
Una de las licitaciones más importantes de la universidad es la del pago de sueldos. Esa licitación generó recursos adicionales que debieron ingresar a la universidad, pero parte de esos fondos fueron transferidos directamente a la fundación. Estamos hablando de unos 200 millones de pesos de años anteriores. Hoy equivaldría a mucho más.
Esto está bajo análisis técnico y jurídico. No auditamos a Fundaltes como ente jurídico, sino el uso de fondos que debieron ingresar a la UNSa. Todo será determinado por la auditoría y luego intervendrá la auditoría interna.
Cuando asumieron, hubo un problema con el Banco Patagonia. ¿Qué pasó?
Tuvimos fondos retenidos desde Buenos Aires por una irregularidad en el llamado a licitación del pago de sueldos con el Banco Patagonia. Trabajamos mucho para evitar un informe negativo. Finalmente conseguimos, como decimos, un “perdón” por no haber cumplido la normativa. Hoy tenemos dictamen favorable de la Oficina Nacional de Contrataciones y de la Tesorería General, que validó la cuenta del Patagonia.
Eso sí: nos pusieron plazos y condicionamientos para 2025 y debemos cumplirlos.
La polémica por las becas de doctorado
¿Puede aclarar que sucedió con las becas de doctorado y por qué fue beneficiario siendo rector?
Agradezco poder aclararlo. Fui decano seis años en Económicas y allí implementamos que todos los posgrados otorguen becas y medias becas a docentes. Es una práctica vigente desde hace tiempo.
Cuando me notificaron que había sido beneficiado con una media beca para un doctorado, presenté una nota renunciando y pedí que esos fondos fueran transferidos al centro de estudiantes para ayudar a los alumnos. Esto no lo contaron algunos medios: contaron la primera parte, no la renuncia.
No hay ningún ilícito porque está previsto en los reglamentos. Por ética, renuncié. Y tengo entendido que todos los funcionarios beneficiados, incluido Roberto Dib Ashur, también renunciaron.
Críticas de sectores opositores
Desde la oposición universitaria hubo críticas. ¿A qué apuntan?
A mi entender, son críticas infundadas. No revisaron el expediente completo antes de publicar. No hay irregularidad alguna, cosa que sí hemos detectado en la gestión anterior con procedimientos que hoy están siendo auditados. Les diría que las elecciones ya terminaron: ahora hay que gestionar. Si quieren presentarse el 28, pueden hacerlo, pero no entorpezcan la gestión con difamaciones.
Si las auditorías confirman irregularidades, ¿habrá denuncias judiciales?
Estamos esperando el informe final de la auditoría externa. Dado que Fundalte tiene personería propia, los asesores jurídicos de la UNSa podrían no tener competencia directa. Por eso contrataremos un abogado especialista. Si corresponde denunciar, lo vamos a hacer.
¿Qué pasó con la obra de Ingeniería Electromecánica?
Es una obra de más de 2.000 m² con financiamiento nacional. Está parada porque la gestión anterior rescindió el contrato. Hoy la universidad no puede afrontar los costos y eso implica un daño patrimonial. Estamos viendo si el Ministerio de Infraestructura puede reactivarla.
La carrera de Medicina tuvo sus primeros egresados. ¿Qué viene ahora?
Es una carrera joven y muy demandada. Surgió como desprendimiento de la Facultad de Ciencias Médicas de Tucumán. Le daremos todo el apoyo porque es fundamental para el NOA.
Aún queda uno o dos años más donde rige parte del plan de Tucumán hasta consolidar totalmente el plan propio.
Usted mencionó convenios que “se dejaron caer”. ¿Cuáles son?
Tres convenios muy importantes: la carrera que se dictaba con el Joaquín V. González, la carrera de San Antonio de los Cobres y los dos últimos años de Medicina.
Las carreras siguen dictándose, pero se pagan con presupuesto propio cuando debieron financiarse desde el Ministerio.
Logramos que la Secretaría de Políticas Universitarias reevalúe estos convenios porque pedimos formalmente su reactivación.
¿Cómo será el 2026 en términos financieros?
Muy complejo. El déficit salarial no va a desaparecer, sino aumentar, lo que obliga a recortar gastos de funcionamiento. La Ley de Financiamiento Universitario está en el Congreso con veto presidencial y el proyecto de presupuesto 2026 no mejora demasiado los montos.
Estamos preparando un presupuesto de emergencia para el próximo año mientras se define el presupuesto nacional.
¿Qué obras quedaron pendientes?
Además de Electromecánica, la obra de Ciencias Exactas no pudo iniciarse. Otras obras menores pueden hacerse, pero no hay margen para obras grandes.
¿Cuál será el principal desafío académico de su gestión?
Modernizar los planes de estudio desde 2026. Ya trabajamos con la Secretaría Académica en ese proceso.
Queremos consolidar un sistema institucional de educación a distancia y un sistema de aseguramiento de la calidad. Esto permitirá ofrecer carreras a distancia o bimodales y actualizar trayectos formativos.
¿Por qué estudiar en la Universidad Nacional de Salta? ¿Hay transparencia en la gestión?
Sí, hay transparencia. Les digo a los estudiantes que la UNSa es una gran oportunidad para transformar sus vidas y su entorno. Ofrecemos 94 carreras entre grado, posgrado y tecnicaturas. La universidad tiene una expansión enorme y es clave aprovecharla.
Inscripciones, cierre del ciclo y expectativas
¿Cuándo abren las inscripciones?
Comienzan en estos días y se extienden hasta febrero.
¿Cuándo cierran las actividades académicas?
Estamos en la etapa final de cursado. Luego vienen los exámenes finales y hacia la mitad de diciembre termina el ciclo. En febrero retomamos la actividad normal.
¿Es optimista respecto al futuro?
Siempre. Creo que siempre se puede mejorar y vamos a trabajar para revertir la situación actual de nuestra querida Universidad Nacional de Salta.