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10 de Diciembre,  Salta, Centro, Argentina
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Qué le conviene más al salteño: veranear en la Costa Atlántica o en Brasil

La distancia cambia todo. Para una familia salteña, el verano 2026 ya no se define por la elección entre carpa o sombrilla, sino por decidir si es más conveniente viajar 1.700 kilómetros hacia el Atlántico argentino o cruzar la frontera rumbo a Brasil. Los números muestran que el mar local dejó de ser “la opción más barata” y que, incluso con traslado y estadía, el litoral brasileño puede competir de igual a igual en precios, servicios y confort.
Miércoles, 10 de diciembre de 2025 08:25
La Costa Atlántica y la costa brasileña. Las dos alternativas de ir al mar en estas vacaciones. Son hoy los dos destinos más buscados.
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La temporada de verano abre otra vez el debate que cada diciembre se escucha en comercios, oficinas, sobremesas y grupos de WhatsApp: ¿conviene ir a la Costa Atlántica o es mejor cruzar a Brasil?
La respuesta, cuando se mide desde Salta, ya no depende solo del precio del alojamiento, las rabas o las sombrillas. La diferencia está en el mapa.

Para quienes viven en Buenos Aires, el mar es un viaje de cinco horas. Para una familia salteña, implica más de 1.800 kilómetros, una noche intermedia de descanso, combustible a valores del NOA y un presupuesto que se activa mucho antes de pisar la arena.

El camino desde Salta hacia Mar del Plata o Pinamar es, por sí solo, un factor determinante. Entre nafta, peajes y descanso obligatorio en ruta, el gasto promedio se ubica entre $635.000 y $670.000 solo para ir y volver.

En Brasil, el cuadro varía: el viaje es más largo, pero el avión directo a Florianópolis vuelve a competir cuando aparecen ofertas. En temporada, sin embargo, el costo final puede elevarse hasta $1.100.000 para una familia tipo.

Alojamiento: el filtro de enero

La escala de precios en la Costa Atlántica se estira cada verano:

  • Mar del Plata y Gesell: entre $470.000 y $800.000 la semana.

  • Pinamar y Cariló: entre $800.000 y $1.500.000.

  • Costa Esmeralda y Cariló (segmento alto): entre USD 1.700 y 2.500.

En Florianópolis, en cambio, la oferta de posadas y departamentos familiares permite tarifas que oscilan entre $350.000 y $650.000, la semana, con servicios incluidos y cercanía a la playa.

Los servicios de playa: la carpa ya no es un detalle

En el Atlántico argentino, alquilar carpa se volvió un lujo. En Mar del Plata, los valores semanales superan con facilidad los $750.000, y en Pinamar van de los $450.000 a $600.000.
En Necochea, aún se encuentra la alternativa más competitiva: $340.000, con estacionamiento.

En Brasil, el esquema es distinto: sombrilla y reposera oscilan entre $100.000 y $250.000 semanales, y en muchos alojamientos ya están incluidos en la tarifa. Tamibén se puede llevar la propia, algo que en muchas playas marplatenses no se puede.

Gastronomía: el diferencial del real

En la Costa Atlántica, combinar vianda con salidas nocturnas arroja un gasto promedio de $310.000 por semana.
En Florianópolis, esa cifra se ubica entre $240.000 y $300.000, dependiendo del consumo, con un dato clave: el real sigue siendo favorable frente al peso.

El comparativo final

Destino Presupuesto total estimado (7 días – familia tipo)
Costa Atlántica (austero) $1.465.000 – $1.520.000
Costa Atlántica (con carpa y salidas) $2.050.000 – $2.200.000
Brasil – Florianópolis (opción moderada) $1.350.000 – $1.550.000
Brasil – Florianópolis (servicios completos) $1.650.000 – $1.750.000

La lectura es directa: para una familia salteña, con traslado incluido, ir a Brasil puede costar lo mismo o incluso menos que una semana en la Costa Atlántica, especialmente si se evita el esquema completo de carpa y se opta por playa pública o servicios moderados.

Mirada final

La pregunta del salteño ya no es si conviene carpa o sombrilla, sino Costa o Brasil.
El mar argentino, encarecido por la distancia, dejó de ser la fórmula nacional de bajo costo.
Brasil, con mar cálido, infraestructura pensada para el turista y precios competitivos, recupera su histórico lugar en el radar norteño.

Para las vacaciones 2026, la conclusión es simple: no es más caro cruzar la frontera que cruzar el país. Y en muchos casos, la ecuación servicio–clima–costo hace que el destino brasileño vuelva a ganar terreno entre los viajeros del NOA.

 

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