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6 de Diciembre,  Salta, Centro, Argentina
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Cristina Fiore: "La meta de 190 días se comprometió, pero la de 180 días que marca la ley sí se alcanzó"

Entrevista a la ministra de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Provincia de Salta. Realizó un balance del año, en el que repasó los avances y desafíos que marcaron a las escuelas salteñas.
Sabado, 06 de diciembre de 2025 21:19
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De cara al cierre del ciclo lectivo 2025, la ministra de Educación, Cristina Fiore, dialogó con El Tribuno y trazó un balance del año, en el que repasó los avances y desafíos que marcaron a las escuelas salteñas: habló de mejoras en alfabetización y Matemáticas, aunque los resultados nacionales de esta última son críticos, hasta la implementación de la prohibición del celular, la situación de la infraestructura y las expectativas del impacto que pueda generar el sistema de alerta temprana para reducir el abandono escolar.

Ministra, estamos cerrando el año. ¿Qué balance hace del ciclo lectivo 2025?

En general estamos muy contentos con este ciclo lectivo. Si bien tuvimos algunos inconvenientes -como siempre puede ocurrir- recibimos muchas buenas noticias de nuestros estudiantes. En distintos niveles hubo resultados muy positivos. En el secundario orientado tuvimos premios vinculados a Historia y a las Olimpiadas de Filosofía. En las técnicas, por ejemplo, los chicos de la Einstein ganaron el certamen nacional de robótica; viajaron a competir a México y salieron segundos, aun compitiendo con estudiantes universitarios.

La escuela del Luracatao ganó un certamen en Catamarca. Tenemos cuatro estudiantes de la Escuela Agrícola becados en Francia en una experiencia muy valiosa. Hace muy poco hicimos el encuentro regional de escuelas técnicas en Rosario de Lerma. Ganó un proyecto de la escuela de Isla de Caña. Y menciono escuelas como Isla de Caña, Luracatao o Guachipas porque uno de nuestros grandes desafíos es llevar educación de calidad a una provincia tan vasta, rica y heterogénea. Tenemos 14 etnias distintas y se hablan nueve lenguas. Eso implica un desafío enorme.

Estamos muy orgullosos de nuestros estudiantes, y detrás de todos estos logros hay docentes y directivos comprometidos, que creen en sus alumnos, que los acompañan, que se animan a hacer cosas distintas, como trabajar en robótica. Los resultados que estamos obteniendo en robótica son impresionantes.

¿Cuántos días efectivos de clase se cumplieron este año?

No tengo el número final ahora, pero no llegamos a los 190 días, que era la meta. De hecho, es una meta que estamos discutiendo mucho en el Consejo Federal. Porque la Ley de Educación establece 180 días, pero el Consejo Federal fija 190. Y cuando sumás feriados nacionales, provinciales y otras actividades, es muy difícil cumplirlos. En la mayoría de la provincia sí se cumplió, en otras no, fundamentalmente por dos razones: cuestiones climáticas y algunos días de paro.

A principio de año tuvimos inundaciones importantes. Ayer mismo, por ejemplo, en la escuela de Matancillas, en Iruya, tuvieron que rescatar a la directora y a docentes porque el río creció de manera tal que no podían salir por tierra. Con todo esto, la meta de 190 días se comprometió, pero la de 180 días -que marca la ley- sí se alcanzó. 

¿Son muchos los chicos que están recuperando contenidos ahora en diciembre? 

No, es un porcentaje menor y bastante estable. Creo que esto está muy vinculado al esfuerzo grande que está haciendo la provincia en dos cuestiones: la alfabetización y el fortalecimiento de Matemáticas.

Cuando se difundieron este año los resultados de las pruebas de alfabetización de 2024, Salta quedó séptima a nivel nacional, lo que fue un avance importante. Y algo que quiero destacar es que es un proceso sostenido en el tiempo. Tenemos dos líneas fuertes: una en escuelas urbanas —donde trabajamos con Natura, con casi 300 escuelas en un plan piloto— y otra en escuelas interculturales con UNICEF, donde se trabaja también con las familias.

En las urbanas, este plan piloto mostró una mejora de 5 puntos porcentuales en lectocomprensión respecto del año anterior. Por eso nos invitaron a exponer el caso Salta junto a Mendoza a nivel nacional. La idea es extender este método a más escuelas en 2026.

Esas 300 escuelas, ¿cuántos estudiantes alcanzan?

Aproximadamente al 45% de la matrícula de primaria.

Y en Matemáticas, ¿qué evaluación hacen?

Este año en MateSalta participaron más de 16.000 chicos de 5°, 6° y 7° grado. Como lo hicimos también el año pasado, ahora podemos comparar cómo evolucionaron quienes participaron en 2024 y volvieron a participar en 2025. Todavía no tenemos el análisis final, pero vimos mejoras importantes. Queremos avanzar en 2026 con un programa específico, porque MateSalta no es solo un concurso: incluye una capacitación docente que está dando muy buenos resultados.

¿El tablero Sinide ya permitió detectar casos de riesgo o trayectorias frágiles antes de tiempo?

Sí estamos trabajando en el sistema de alerta temprana en la secundaria. Es un plan piloto en 50 escuelas de 14 departamentos. Estamos muy entusiasmados porque se ve una mejora en los aprendizajes y también en la continuidad educativa, pero los datos finales recién los vamos a tener sistematizados entre febrero y marzo. No quiero adelantar cifras sin rigor.

Este año se prohibió el uso del celular en las aulas y quería saber cómo les fue con ese tema. ¿Cuál fue la respuesta de alumnos, padres y docentes?

El uso del celular está prohibido en nivel inicial y en primaria. En secundaria se permite solo cuando el docente lo utiliza dentro de sus programas educativos. Si forma parte de la actividad —buscar información, seleccionar contenidos, etc.— los chicos pueden usarlo.

Un tema que sí tenemos en Salta, y que no está en otras jurisdicciones, es la prohibición absoluta de los grupos de WhatsApp entre menores y adultos. Y esto por dos razones. Primero, para preservar el derecho al descanso de los docentes: muchas veces llegaban mensajes a cualquier hora y eso generaba una carga extra. Y segundo, porque en algunos casos los grupos habían sido un canal común en situaciones vinculadas al grooming. Por suerte no fueron muchos, la mayoría de los docentes son muy responsables, pero algunas situaciones puntuales nos llevaron a tomar esta medida. También para evitar malas interpretaciones en mensajes escritos.

Una cosa interesante: los chicos empezaron a jugar a otras cosas en los recreos y a interactuar más entre ellos. Me parece importante destacar esto y pedir un acompañamiento de las familias. La escuela puede restringir el uso del celular, pero también es clave que en la casa se minimice la exposición a las pantallas. Está demostrado que influye negativamente en trastornos de ansiedad, sobre todo en los más chicos. Hay un estudio de la Universidad Católica de Salta que muestra que, en la provincia, los chicos tienen su primer celular a los nueve años.

Ahora, ministra, ¿cómo interpreta que en Salta solo ocho de cada cien alumnos terminen la secundaria en tiempo y forma con aprendizajes básicos? ¿Qué están haciendo para revertir esa situación?

Primero, "terminar en tiempo y forma" significa que a los 17 o 18 años no finalizaron la secundaria con todos los conocimientos esperados. Es distinto a quedar fuera del sistema. Nosotros tenemos la modalidad de jóvenes y adultos que permite que cualquier persona, de cualquier edad, termine sus estudios.

¿Qué estamos haciendo? Esto está muy vinculado al sistema de alerta temprana que te mencionaba. Buscamos evitar el abandono. Y las cifras de la provincia son un poco distintas: la tasa general de abandono no es del 20%, sino del 14%, aunque varía según la zona. No es lo mismo La Poma que Rivadavia o Salta Capital. En Salta Capital el abandono es del 11%; en La Poma es del 1%; y en Rivadavia es más alto por distintos factores.

El sistema de alerta temprana integra no solo a la escuela, sino también a otras áreas: acción social, municipios, iglesias, clubes deportivos. El abandono escolar se relaciona con múltiples factores que muchas veces están fuera de la escuela: padres con trabajo golondrina, chicos que salen a trabajar, maternidad o paternidad temprana, entre otros.

Otro factor importante es el equipo directivo. Cuando el equipo está consolidado, el abandono disminuye; cuando hay conflictos o no hay liderazgo, el abandono suele aumentar. No responsabilizo a las directoras ni a los directores, pero es un factor más. Por eso estamos trabajando fuerte en capacitación en liderazgo, resolución de conflictos y gestión en las zonas rurales. En las zonas rurales la escuela sigue siendo el lugar de referencia de alumnos y familias, y el director o directora es muchas veces un líder comunitario.

También estamos celebrando convenios con instituciones privadas. Desde que llegamos al ministerio firmamos más de 180 convenios. Trabajamos en pasantías y prácticas profesionalizantes: los chicos estudian y hacen experiencias laborales en empresas de primer nivel. Para nosotros es fundamental que los chicos no solo terminen el secundario, sino que también puedan egresar con un oficio.

En infraestructura escolar ¿qué se hizo este año? ¿qué no se pudo hacer? ¿Y cuáles son los desafíos para 2026?

Mirá, trabajamos muchísimo y de manera muy articulada entre el Ministerio de Economía, el de Infraestructura y la Secretaría del Interior. La puesta a punto fue fundamental. Es un desafío enorme: tenemos más de 1.400 edificios escolares, algunos con más de cien años. Gracias al trabajo conjunto con los intendentes, logramos que, al mismo tiempo, se fueran reparando distintos establecimientos en toda la provincia.

Después de un año, en muchos casos se trabajó muy bien y en otros quedaron ajustes por hacer, pero en líneas generales la inversión provincial valió la pena. Lo que sí nos demoró muchísimo fue Nación. Hubo 36 obras paralizadas originalmente. Las que se terminaron son las que la provincia decidió asumir. Te doy algunos ejemplos: se terminó la escuela de La Silleta, donde iniciamos el ciclo lectivo; la Joaquín Castellanos de Tres Cerritos; la Joaquín Castellanos de calle 20 de Febrero; la Normal del departamento Cafayate; y la Pizarro en Orán. La TESLA en Güemes continúa con fondos nacionales, aunque con demoras. Si Dios quiere, estará terminada entre fines de marzo y principios de abril.

Todo esto nos generó muchas demoras e inconvenientes, y además significó destinar presupuesto provincial que estaba previsto para otras áreas. El gobernador, priorizando la educación, decidió invertirlo en estas escuelas y en otras más, como también ocurrió con el incentivo docente.

¿Y cuántas escuelas siguen paralizadas?

De las obras que estaban paralizadas, la provincia se hizo cargo de 14. Quedan unas 9 o 10 que siguen bajo responsabilidad nacional. En algunos casos —como la TESLA— hay fondos que se habían paralizado y recién ingresaron hace poco para continuar.

Respecto a la violencia y el bullying en las escuelas, tuvimos un año con casos graves: el machete en San Luis, lo ocurrido en Orán. ¿Hubo cambios reales en el abordaje?

Sí. Primero, muchas de las situaciones violentas no ocurren dentro de la escuela, aunque luego impacten en ella. En el caso del machete, el chico lo tomó del auto de la madre, que estaba afuera. Gracias a Dios, y al cumplimiento de los protocolos, los docentes intervinieron y no hubo heridos. Ahí los protocolos funcionaron. Después tenemos hechos muy dolorosos, como el homicidio en Orán, que no ocurrió dentro de una escuela pero involucró a alumnos. Eso muestra que hay una violencia comunitaria que excede a la institución escolar y que la escuela refleja porque los jóvenes son, a veces, víctimas y otras veces victimarios.

Todo esto nos llevó a transformar varios programas socioeducativos para enfocarlos directamente en la cuestión de la violencia. El programa de convivencia escolar, los coros y orquestas, Escuelas Abiertas y otras iniciativas se están orientando específicamente a este problema, con un análisis más focalizado de las situaciones que se dan en los barrios, tanto de Capital como del interior.

Por ejemplo, en Santa Victoria Este terminó hace poco una capacitación para docentes sobre violencia de género, abuso y consumos problemáticos. Lo mismo hicimos en Morillo. Desde que arrancamos este trabajo, diría que avanzamos rápido en tres o cuatro acciones clave: esas dos capacitaciones y la articulación con Nación. Me reuní con Verónica Toller, responsable de trata de personas a nivel nacional, y estamos generando un programa muy coordinado. Queremos apuntar a dos cosas: capacitación docente y concientización de los chicos y de las familias.

El año pasado ya habíamos trabajado en nivel inicial con el programa "La trata, ¿de qué se trata?", con apoyo de la justicia federal. Gracias a ese programa, algunos docentes detectaron problemas vinculados a documentación en los más chiquitos.

¿En qué se va a enfatizar ahora?

En la sensibilización. Explicarles a los chicos que no se trata de ganar "unos pesos más", sino de que hay personas inescrupulosas que los van captando sin que se den cuenta. Las consecuencias pueden ser muy graves para ellos y para sus familias. Estoy convencida de que cuando uno prende la luz —cuando se sensibiliza y se explica qué pasa— la comunidad reacciona. Por eso vamos a trabajar muchísimo en este tema.

También estamos avanzando en la creación de un observatorio, que todavía no lanzamos, pero ya trabajamos con instituciones y fundaciones para que lo integren. Queremos trabajar mucho con datos. La provincia ya tiene un observatorio importante en violencia de género, pero esto lo excede. Además estamos articulando con el Ministerio Público. La fiscal Sofía Conejo, de Ciberdelitos, es una aliada clave: ayuda muchísimo en la sensibilización de la comunidad educativa, no solo de los chicos, sino también de padres y docentes. El groomer es un especialista, tiene metodologías, manuales, sabe cómo captar a los chicos; por eso es fundamental trabajar en conjunto: escuelas, fiscalía, Estado y familias.

¿El Ministerio se constituyó como querellante en la causa por trata en el secundario de zona sur?

Sí, la figura con la que nos presentamos fue la de amicus curiae, amigos del tribunal. Hicimos esa presentación y estamos trabajando con la fiscalía. No es algo que difundimos demasiado, pero sí estamos en contacto. Estoy segura de que el trabajo con Nación va a ayudar mucho, porque cuando estas cosas crecen en la oscuridad es más difícil detectarlas; cuando uno ilumina, empiezan a disminuir.

¿Pudieron indagar en más establecimientos? ¿Hay más colegios que forman parte de la investigación?

Prefiero que eso lo responda la justicia federal. Se están analizando muchas cosas, pero no tengo datos para proporcionarte. Lo que sí puedo decir es que ya trabajamos con varias escuelas, tanto de Capital como del interior, con programas específicos sobre trata, llevando "un poco de luz", por decirlo de alguna manera.

Después de que se conoció ese caso, ¿los docentes empezaron a detectar nuevas situaciones?

No. Pero es fundamental el rol docente. Ellos pueden detectar señales cuando "entrenan el ojo", por decirlo de alguna forma. Y quiero remarcar algo: estoy muy agradecida a la docencia salteña. Cumplen un montón de roles para los que no necesariamente estudiaron. Se formaron para enseñar matemáticas, lengua o la asignatura que sea, pero hoy la escuela es la caja de resonancia de muchos problemas sociales: violencia de género, abusos, consumos problemáticos, situaciones familiares difíciles. En algunos lugares el énfasis está casi más en el comedor que en la enseñanza.

Por eso la capacitación no es para cargarles más responsabilidades, sino para darles herramientas. En charlas sobre grooming, por ejemplo, vemos que cuando un chico está siendo captado puede presentar nerviosismo o aislamiento, pero como es adolescente eso se confunde con rebeldía propia de la edad. Entonces, un síntoma de grooming puede camuflarse. Hay señales que indican que un chico puede estar siendo víctima de grooming o trata, y no tiene que ver solo con la adolescencia. Cuando uno las conoce, está más atento.

Y en este sentido, aunque no haya docentes involucrados en las investigaciones, estamos convencidos de que ellos son aliados insustituibles para detectar estas situaciones.

Ministra, con los gabinetes psicopedagógicos, ¿cuál es el desafío para que funcionen mejor?

Con los profesionales que tenemos en los gabinetes psicopedagógicos —el POE, Programa de Orientación Escolar— estamos sumando otros programas vinculados a distintas áreas: convivencia escolar, Escuelas Abiertas y capacitación de nuestro propio equipo en negociación de conflictos y educación emocional.

Que cada escuela tenga su propio gabinete psicopedagógico es imposible: tenemos más de 2.500 escuelas y más de 1.400 edificios porque a veces en un solo edificio funcionan dos o tres niveles.

Por eso apostamos a dar herramientas a nuestros docentes y también a los alumnos para que los conflictos se resuelvan de otra manera. En ese sentido, el avance en educación emocional ha sido muy importante.

¿Qué lugar tuvo la inteligencia artificial en las escuelas durante 2025? ¿Qué lineamientos se piensa implementar el año que viene para su uso pedagógico?

Para mí la inteligencia artificial es clave. No podemos cerrarle la puerta a una realidad que ya está en nuestras escuelas. Lo trabajamos como contenido transversal e hicimos muchos talleres sobre IA.

El desafío es enseñarles a los chicos a formular buenas preguntas, a investigar y, sobre todo, a entender que la inteligencia artificial no nos sustituye ni hace el trabajo por nosotros. Hay que enseñarles a seleccionar información, a pensar, a preguntar y a poner creatividad.

Si un alumno usa la herramienta para que "haga el trabajo", después copia y pega sin haber aprendido nada. Por eso es importante promover una mirada crítica: cuestionar, evaluar y chequear la información. La IA puede "alucinar" y dar datos que no son reales; por eso también trabajamos las cuestiones éticas: reconocer cuándo se usó IA y evitar el simple copiado.

Estamos ofreciendo mucha capacitación con este enfoque transversal, porque la escuela no puede cerrar los ojos ante una realidad que ya existe y que debemos enseñar a manejar.

Ministra, hay cierre de comisiones en el Profesorado Salta y en la Escuela Normal. ¿En otros institutos también se cierran comisiones o carreras? ¿Cuál es el argumento para cerrar comisiones y crear nuevas?

Nuestra educación superior abre cada año con más de 190 ofertas educativas y más de 15 mil inscriptos. Las aperturas o cierres se vinculan a la flexibilidad que hoy necesitamos.

Si hay muy pocos inscriptos, no tiene sentido mantener dos o tres comisiones: se pueden unificar y redistribuir docentes, o abrir otras carreras con mayor demanda, como las vinculadas a minería.

Hoy lo permanente es el cambio: surgen nuevas carreras y se requieren nuevas capacitaciones. Me encantan las ciencias políticas —hasta pensé en estudiarlas cuando era chica—, pero si hay pocos inscriptos no cerramos la carrera, sino la comisión. Es más eficiente agrupar a los alumnos y redistribuir recursos.

Por supuesto, los estudiantes van a terminar sus estudios. Pero tenemos una demanda enorme en carreras vinculadas a tecnología, programación y minería, y debemos dar respuesta. Apenas ingresé en 2024 pedí un estudio al Consejo Económico y Social. Hicieron un trabajo muy interesante sobre las capacidades productivas de la provincia y sus potencialidades.

La oferta educativa tiene que vincularse a esas capacidades, que son muy diversas según la región. No es lo mismo San Antonio de los Cobres que Cafayate, Capital o Rosario de la Frontera.

La oferta fluctúa porque el mundo cambia y se requieren nuevas capacidades e incumbencias. La educación provincial debe adaptarse, porque si no terminamos dependiendo de profesionales que vienen de otros lugares por no contar con esas capacidades formadas acá.

¿Qué les diría a los jóvenes que están pensando en estudiar en los profesorados o tecnicaturas de la provincia, pero aún no tienen decidido qué carrera seguir?

Le diría dos cosas. Primero, que se informen: en la provincia hay más de 2.000 ofertas educativas entre universidades, terciarios, UPATECO y la oferta del Ministerio. Segundo, que se imaginen de adultos: qué los hace felices, qué disfrutan hacer. A alguien le puede gustar comunicar; a otro, inventar cosas o ayudar a la gente. Que piensen qué actividad les daría alegría y busquen qué carreras existen vinculadas a eso.Proyectarse y, al mismo tiempo, investigar la enorme oferta educativa disponible.

El proyecto que proponía prohibir los traslados de docentes con menos de seis años para jubilarse se frenó en Diputados. ¿Cuál es su posición? ¿Se va a avanzar en una modificación del Estatuto?

Hay idea de avanzar en la modificación del Estatuto. El traslado es un derecho del docente por distintas situaciones. Lo que queremos es asegurar que respondan a causas concretas —salud, temas familiares— y evitar abusos.

Estamos empezando a controlar, especialmente las carpetas médicas por problemas psiquiátricos, porque en algunos lugares donde se cobra un ítem por zona desfavorable hay docentes que llegan y luego presentan carpetas de forma reiterada.

Vamos a trabajar mucho en estos controles. Así como tenemos docentes muy comprometidos, hay situaciones que perjudican a los alumnos porque quedan sin su docente. No queremos vulnerar derechos, pero sí ordenar y controlar.

¿Cuáles son las grandes conversaciones o discusiones que se vienen el año que viene en el ámbito educativo?

Creo que la gran discusión vendrá con el proyecto de ley nacional que se quiere impulsar. Tiene puntos interesantes y otros muy discutibles. Por ejemplo, eliminar el compromiso de Nación de destinar el 6% del presupuesto a educación me parece un despropósito. Nación suele exigir cosas, pero las que tienen a cargo las unidades educativas son las provincias, y muchas veces el apoyo económico nacional no llega. Sacar ese compromiso presupuestario no es una buena señal.

Me parece importante enfatizar el rol de las familias, pero también reconocer que muchas atraviesan situaciones complejas —incluso analfabetismo— que les impiden cumplir ciertas funciones. Hay que conocer más la realidad antes de impulsar determinadas iniciativas. De todos modos, no puedo profundizar porque aún no hay un proyecto concreto para debatir.

Como ministra, ¿cuál es su mayor preocupación?

Nuestra mayor preocupación es reforzar la alfabetización, reducir el abandono escolar y mejorar la enseñanza de las matemáticas. También la reinserción y la inserción laboral de los chicos.

 

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