Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
20°
6 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Crisis del gas: la energía no puede depender solo de Vaca Muerta

Domingo, 06 de julio de 2025 02:27
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En la semana más fría en varias décadas, en Salta y en varias regiones del país faltó gas natural comprimido, lo que complicó y encareció la vida a muchísimos usuarios y afectó también a algunas industrias.

Justamente, el frío extremo incrementó la demanda hogareña de gas y, al mismo tiempo, afectó el funcionamiento del principal yacimiento del país, Vaca Muerta, donde algunas máquinas quedaron fuera de servicio por congelamiento. Para peor, una de las centrales nucleares de energía eléctrica había quedado fuera de funcionamiento.

Por una parte, Vaca Muerta, que produce una media de 140 millones de metros cúbicos por día, el fin de semana pasado bajó a una inyección de 130 millones. Al mismo tiempo, la demanda de gas natural por red superó los 100 millones de metros cúbicos diarios, un incremento del 25 % respecto al mismo período del año pasado.

El Comité Ejecutivo de Emergencia, que integran el gobierno y las empresas de gas, decidió asegurar el abastecimiento a los 9.000.000 de hogares que reciben gas domiciliario.

La segunda prioridad fue que todos los comercios recibieran el suministro de gas, y luego quedaron las industrias y las estaciones de servicio de Gas Natural Vehicular o Comprimido.

Por otra parte, también se preservó el cumplimiento de compromisos por exportaciones a Chile, Brasil y Uruguay, ante quienes debemos preservar el prestigio como proveedor. No hay que olvidar que la Argentina pasó de importar 29 cargas de gas licuado en el invierno de 2024 a solamente 5 previstas para este año. Un logro sustancial en materia energética fue superar el déficit que sufrió hasta 2015 y pasar a un progresivo aumento de la generación propia, lo que permitió recuperar los mercados de esos países.

Sin embargo, el consumo interno sigue dependiendo en extremo del gas, que brinda el 53 % de la oferta energética.

Incluso, el comité de emergencia podría haber dispuesto, en última instancia, que las centrales termoeléctricas recurrieran a combustibles alternativos al gas, como el gasoil y el fuel oil (lo que hubiera requerido al Tesoro un aporte de subsidios). Pero no hizo falta.

Salta fue una de las provincias más castigadas. La crisis golpeó especialmente a las 50 estaciones de servicio que expenden GNC, 11 de las cuales funcionan exclusivamente con este combustible. De ese modo, las empresas se vieron muy afectadas económicamente, pero además, los usuarios son, en su mayoría, taxistas, remiseros y transportistas, para los cuales el uso de gasoil o nafta resulta muy caro.

TermoAndes, Central Térmica Güemes (CTG) y otras termoeléctricas recurrieron al gas de Bolivia: tres millones de metros cúbicos diarios que no alcanzan a cubrir la demanda de la región, que se ubicó en los últimos días por encima de los 22 millones de metros cúbicos diarios.

La crisis de las dos primeras décadas del siglo se sigue sintiendo. Del antiguo potencial gasífero del departamento San Martín, declinante en los últimos 16 años, Acambuco, Aguaragüe y Ramos apenas aportan hoy 3 millones de metros cúbicos diarios.

Las obras de reversión, inconclusas, del Gasoducto Norte, que debían cubrir la demanda invernal del NOA con 19 millones de metros cúbicos diarios, apenas permiten el transporte de 15 millones. La crisis energética argentina, de la que estamos saliendo, había hecho retroceder el potencial del país, que es enorme. Nuestro territorio ofrece la posibilidad de construir alternativas que le permitan ser exportador neto de gas, petróleo y energía eléctrica: biocombustibles, centrales nucleares, energía solar y eólica, entre los más notables. No se trata de confiar en milagros ni aferrarse sólo a Vaca Muerta.

Hace falta un plan de desarrollo, con la participación de las provincias, orientado a garantizar un suministro permanente y sin cortes, y a precios razonables, para todo el país y para cada uno de los hogares.

No es una utopía: es una cuestión de sentido común y seriedad política.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD