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En la mañana de ayer el ministro de Salud, Federico Mangione, alertó sobre la falta de especialistas en áreas críticas de la atención hospitalaria, como anestesia, terapia intensiva infantil y neurología pediátrica. Denunció que detrás de la grave escasez hay intereses corporativos y remarcó que espera que las cámaras legislativas avancen con una ley. "Nos estamos quedando sin especialistas", advirtió, tras remarcar que hospitales públicos tienen una larga lista de pacientes con intervenciones quirúrgicas demoradas "no por falta de insumos ni de voluntad política, sino por falta de recursos humanos".
Ante un requerimiento periodístico de El Tribuno, Mangione amplió detalles sobre el trasfondo de su denuncia pública. Afirmó que la preocupante escasez que se hace sentir en hospitales públicos fue generada por una corporación médica que, a nivel país, restringió la formación de residentes para aumentar el valor de honorarios a niveles estratosféricos. "Eso pasa con los anestesistas y no lo podemos permitir", sostuvo el ministro, poniendo en el centro de los cuestionamientos a la Asociación que los agrupa en Salta.
"Lo que estoy planteando es que algunas instituciones, llámese sociedades científicas, están manejando la cantidad de residentes que entran en nuestros hospitales. Eso llevó a que tengamos una disminución marcada del número de residentes. Puse como ejemplo a los anestesistas, como también a neurocirujanos infantiles, neurólogos infantiles y terapistas pediátricos. Obviamente que lo que más afecta es el caso de los anestesistas, porque han creado una necesidad tan grande que, hoy por hoy, son los médicos mejor pagos del país. Y casi ninguno, o muy pocos, forman parte de la administración pública", describió el ministro.
El titular de la cartera de Salud precisó que en el norte de la provincia "tenemos tres anestesistas y ninguno gana menos de treinta millones. La mayoría trabaja en la parte privada. Seguramente sostendrán que con nosotros no tienen seguridad para dar anestesias, que es la mentira de siempre, porque operan con el mismo grado de seguridad que en la parte privada y en hospitales públicos tienen inclusive más seguridad que en muchos lugares privados", aseguró Mangione.
El funcionario aclaró que tomo de ejemplo a anestesistas "porque en el Hospital San Bernardo tenemos 11 para 10 quirófanos. Obviamente, frente a la cantidad de cirugías que hay que hacer, tenemos que estar sometidos y dependiendo de los anestesistas", manifestó e hizo notar que de esa forma "aumentan los módulos a valores particulares. No pertenecen al hospital y cobran diferente a los demás. Obviamente no quieren que entren más de tres residentes por año. Y necesitamos no menos de seis por año para cubrir a los que se van jubilando. Lo más gracioso es que terminan su formación en hospitales públicos y todos se van a la parte privada. Esa es la ironía a la que hay que poner un punto final", añadió, con respecto a la propuesta legislativa que tiempo atrás se intentó definir, pero que chocó con una encendida resistencia corporativa del sector.
"Queremos aumentar el cupo de las residencias y vamos a plantear que cada uno de los anestesistas que se forman en nuestros hospitales públicos por lo menos deba cumplir dos años en el interior", recalcó Mangione, quien aclaró que una situación semejante se presenta en otras especialidades como terapia pediátrica, neurología infantil y otorrinolaringología, que no están teniendo jóvenes médicos suficientes para formar.
Mangione aseguró que reimpulsar el proyecto de ley de residencias que terminó trabado el año pasado por presiones corporativas es un paso indispensable para garantizar la atención pública de salud. "Van a poner millones de pretextos, porque no quieren que entre más gente y sigamos siendo prisioneros. Esto pasa también con las obras sociales. Hay una empresa, Boreal, que está con un recurso de amparo con los anestesistas, porque se hace inmanejable lo que te cobran y todos los meses aumentan los valores. Y al IPS también lo están fundiendo", acotó.
Rehenes de una corporación
El ministro de Salud, Federico Mangione, sostuvo que "no es razonable que un anestesista gane tres veces más que un cirujano. Me parece injusto lo que está pasando. No podemos seguir siendo rehenes. Gran parte del presupuesto se me va en honorarios de anestesia. Anestesista pedriátrico casi no tengo. Es tremendo lo que se vive y ya estoy cansado de esto", expresó el ministro.