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"Si las provincias se fortalecen, habrá más posibilidades para la industria"

Lara Goyburu de Management & fit, analizó datos nacionales de agosto y cruzó tendencias políticas, económicas y sociales con impacto directo para el sector productivo del interior.
Viernes, 12 de septiembre de 2025 00:37
Lara Goyburu de Management & fit, durante su presentación en el ciclo "Hablemos de lo que Viene" habló sobre las posibilidades para la industria del interior. /Fotos: P. Yapura
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En el Centro de Convenciones de Limache, la politóloga y directora de Management & Fit, Lara Goyburu, presentó un panorama de opinión pública diseñado hasta agosto último, antes de las elecciones legislativas bonarenses del pasado 7 de septiembre. En un año electoral "particular" y con dos décadas de experiencia en investigación académica y aplicada al desarrollo equitativo y provisión de bienes públicos (salud, educación, infraestructura y producción), advirtió que la mirada estratégica debe correrse de "la foto" inmediata y enfocarse en "la película" de mediano plazo.

Goyburu recordó que, desde la reforma constitucional de 1994, el presidente se define en el centro del país, pero el Congreso se llena con votos de las provincias. Por eso, cualquier agenda de desarrollo equilibrado requiere mayorías legislativas y articulación con los gobernadores. "Esto no es nuevo: desde 1853 Buenos Aires y las provincias tuvieron que acordar para que exista República Argentina", señaló.

De cara a octubre, los oficialismos provinciales llegan con buenas perspectivas y podrían fortalecer su peso en el Congreso, lo que abriría la posibilidad de negociar reformas centrales con un prisma más federal. Según la especialista, el interrogante para la industria no es "quién gana en Buenos Aires", sino "cuántos legisladores alineados con agendas productivas provinciales estarán sentados en las bancas".

La elección bonaerense confirmó el descontento: el 56% modificó su percepción del Gobierno nacional tras los audios de corrupción. La participación fue del 61%.

El estudio presentado se basa en relevamientos hasta agosto, previos a las elecciones del 7 de septiembre en Buenos Aires. La situación actual se percibe como negativa y estabilizada en torno al 47%. La valoración "buena/muy buena" nunca superó el 30%.

No obstante, la expectativa a un año y hasta agosto pasado mostraba señales más alentadoras: cerca del 45% creía que la situación mejoraría. Esa "confianza" —aunque en leve descenso desde enero— ofrecía al Gobierno nacional cierto margen de maniobra.

Entre los problemas principales, la inflación lideró por más de 20 meses, pero en agosto la corrupción se ubicó por primera vez en el primer lugar. Al cruzar la aprobación de la gestión con estas preocupaciones, se observó que quienes la aprueban, señalan a la corrupción como principal problema, mientras que quienes desaprueban priorizan la inflación.

La aprobación nacional rondaba el 47% entre mayo y agosto, con una leve baja. El núcleo de apoyo presidencial sigue siendo varones menores de 40 años, un patrón que se repite en otros países.

Fuerza Patria ganó perdiendo votos (343 mil menos que en 2023). La Libertad Avanza creció (426 mil votos más) pero sin retener al votante del PRO.

Por otro lado los indicadores sociales reflejan un desgaste: solo el 14% de los hogares llegaba bien a fin de mes y podía ahorrar. Ocho de cada diez argentinos modificaron hábitos de consumo: al recorte en indumentaria, salidas y marcas, se sumó con fuerza el alimento básico como la carne.

El ánimo también está cargado de negatividad: en agosto, el 53,5% reportaba emociones como enojo, tristeza, angustia o desconfianza. La esperanza (25,4%) aparece asociada más al futuro que al presente.

Las medidas percibidas como dirigidas a poblaciones vulnerables acumularon más del 65% de rechazo. Incluso dentro del núcleo de apoyo presidencial, el 48% rechazó el veto vinculado a la discapacidad. Y un dato central para la agenda productiva: el 54% rechazó los recortes a provincias, en especial por la falta de obra pública, un eje sensible para el interior.

Ante la expectativa y el malestar presente y un electorado volátil, la especialista sugirió poner el foco en el Congreso y los gobernadores como bisagras del desarrollo.

Para Goyburu, la clave para la industria del interior no pasa por los números bonaerenses, sino por la capacidad de las provincias de llegar al Congreso con mayor fuerza. El Gobierno nacional ya anticipó dos ejes de negociación: reforma impositiva, que es un reclamo central del entramado empresario y reforma laboral. Ambas solo podrán avanzar con acuerdos legislativos, donde los gobernadores y sus bloques serán decisivos.

 

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