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Las enfermedades cardiovasculares son un grupo de condiciones que afectan al corazón y los vasos sanguíneos. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) manifiestan que "son la principal causa de defunción en el mundo. Según las estimaciones, se cobran cada año 17,9 millones de vidas". Incluyen afecciones que pueden resultar de factores como el estilo de vida, la genética y condiciones médicas preexistentes. Su prevención y tratamiento son fundamentales para aumentar la esperanza de vida.
El Día Mundial del Corazón, celebrado el 29 de septiembre, tiene como objetivo visibilizar la importancia de la salud cardiovascular y fomentar hábitos saludables. Esta iniciativa busca educar a la población sobre los riesgos asociados con las enfermedades del corazón y promover acciones como una alimentación balanceada, la actividad física regular y las consultas médicas para reducir las probabilidades del desarrollo de complicaciones cardíacas.
El lema para este año es: "No pierdas el ritmo" (Don't miss a beat) y sirve como un poderoso recordatorio de la importancia de la concientización constante sobre la salud cardiovascular y la atención proactiva. Este tema enfatiza la necesidad de mantenerse alerta sobre el bienestar cardiovascular, instando a las personas a no ignorar las señales de alerta ni a retrasar las revisiones periódicas, los hábitos saludables y la intervención médica oportuna.
En un mundo donde las enfermedades cardíacas relacionadas con el estilo de vida están en aumento, el mensaje anima a todos a tomar en serio cada latido del corazón, priorizando la actividad física, una nutrición equilibrada, el manejo del estrés y las revisiones periódicas. "No te saltes el ritmo" no es solo un eslogan, sino un llamado a la acción para proteger el ritmo de la vida en nuestros corazones.
En diálogo con el Dr Luis Fernando Saavedra, cirujano cardiovascular y presidente del Directorio del Hospital Privado Central, desde su vasta experiencia en la profesión, nos despeja algunas dudas relacionadas con la salud de nuestro corazón.
Según su experiencia, que casos de enfermedad cardiovascular son más frecuentes: los que tienen que ver con factores genéticos o con estilos de vida.
La prevalencia de las patologías cardiovasculares dependen de la edad. En el caso de niños y menores de edad, más del 90 % de las causas son congénitas o hereditarias; en cambio, cuando el paciente es adulto, y especialmente, adulto mayor, la enfermedad tiene su raíz en su gran mayoría, en una condición predisponente o secundaria, que se suma a los hábitos de vida como el sedentarismo, el tabaquismo o la obesidad.
¿Cómo afectan el cambio climático y los factores ambientales en nuestra salud cardíaca?
Existen factores ambientales que pueden contribuir a la enfermedad cardíaca como por ejemplo, la contaminación del aire con micropartículas que produce un estrés oxidativo, dañando el endotelio vascular, provocando enfermedades cardiovasculares; también las temperaturas extremas como consecuencia del efecto invernadero, afectando la circulación sanguínea por vasodilatación. Por último, el estrés severo provocado por fenómenos naturales como tsunamis, inundaciones o huracanes, si se extiende en el tiempo puede afectar nocivamente a la circulación coronaria.
¿Qué hábitos deberíamos incorporar y cuáles abandonar para cuidar nuestro corazón?
Lo fundamental es: primero una dieta saludable, evitando comidas fritas y con exceso de grasas; mantener niveles adecuados de los lípidos en sangre, como también el colesterol y los triglicéridos; no fumar; evitar la sal en exceso para no afectar la presión arterial; incorporar la actividad física, aeróbica, mantenerla en el tiempo y con la mayor frecuencia semanal posible, controlar el azúcar en sangre y si se trata de un paciente diabético, mantener controlado el nivel de glucemia con los tratamientos adecuados y finalmente, evitar el estrés emocional.
Hablemos de la importancia de los chequeos periódicos, ¿a qué edad deberíamos comenzar a realizarlos?
Los chequeos médicos periódicos son muy necesarios porque a través de esta herramienta podemos los médicos hacer la detección precoz de patologías severas que causan un gran daño a la salud humana. Podemos detectar enfermedades que son asintomáticas, es decir, que no tienen ninguna manifestación física evidente, pero que pueden provocar problemas serios si no se tratan, como la hipertensión, que cuando muestra síntomas, ya han pasado varios años y es más difícil de tratar. Pasa lo mismo con la diabetes y otras patologías que solo pueden ser detectadas a través de chequeos preventivos, los que nos permiten llegar a tiempo y minimizar los efectos nocivos de las enfermedades en el organismo del paciente.
Respecto de la edad, hoy se estima que la edad recomendable para iniciar chequeos que permitan saber sobre nuestra salud cardiovascular es de 40 años en promedio; en los hombres, particularmente, hacer un electrocardiograma, una ergometría, radiografía de torax, ecografía abdominal y eventualmente un chequeo de próstata; en tanto, en las mujeres, por supuesto, los chequeos ginecológicos, además de los que involucran el corazón.
¿Una enfermedad cardiovascular se puede revertir o solo controlar?
Si, por supuesto, como dijimos antes, la mayor cantidad de patologías cardiovasculares en la etapa de la adultez son de origen secundario, es decir que modificando los factores de riesgo podemos llegar a revertir patologías incipientes, sobre todo, no así las ya establecidas, que requieren un tratamiento mas intensivo, eventualmente una angiplastía si tiene una enfermedad coronaria o una cirugía cardíaca si hay que cambiar una válvula. Pero cuando estamos en el inicio de la patología, se puede revertir, cambiando los hábitos que nos llevaron a ese punto.
¿Cuál es el futuro de la Salud cardiovascular con los avances científicos y tecnológicos?
El futuro de la cardiología va estar signada por la innovación tecnológica y el uso de la Inteligencia Artificial para ir solucionando problemas que ya existen e ir encontrando respuestas a muchas patologías que en el futuro serán tratadas o encontrarán la cura específica para cada una de ellas
Otro aspecto a tener en cuenta es que la ciencia médica está logrando aumentar la longevidad de las personas y esto traerá aparejado un aumento demográfico y de costos médicos para tratar patologías cardiovasculares crónicas, asociadas a la edad de las personas.
Y finalmente, consideramos que en el futuro la gente va a requerir y va a tener acceso cada vez a más información a través de las redes sociales y los medios masivos que colaborará a llegar a la población con campañas preventivas, mejorando la salud en general.
En definitiva, el Día Mundial del Corazón desempeña un papel fundamental en la educación pública sobre los riesgos cardiovasculares y en la promoción de cambios tanto a nivel individual como comunitario, para concientizar sobre las enfermedades cardíacas; fomentar la detección y el diagnóstico tempranos y motivar a las personas a adoptar estilos de vida más saludables, buscando empoderar a las personas a hacerse cargo de su salud cardíaca.