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"Mi mamá siempre me decía que la escuela es la mejor herramienta para la vida"

Sergio López, director de la escuela 4756 paraje "El Palomar"
Domingo, 07 de septiembre de 2025 10:43
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Anticipándose al Día del Maestro, que se conmemora el 11 de septiembre, El Tribuno salió a buscar a un maestro rural y lo encontró en lo profundo de los Andes salteños, casi en la frontera con la provincia de Jujuy.

Sergio López tiene 54 años de edad, 20 años de antigüedad en las escuelas de campo y 3 en la escuela número 4756 del paraje El Palomar, que pertenece al municipio de Campo Quijano, Departamento Rosario de Lerma.

El maestro Sergio trabaja en la escuela albergue ubicada a unos 200 kilómetros de la ciudad de Salta recorriendo 120 km por ruta nacional 51 hasta Las Cuevas y luego tomando un camino vecinal hacia el este. La escuela está enclavada en un paisaje maravilloso, gélido y con los rastros de los aludes que lo atormentaron hace menos de dos años. Está ubicada, en línea recta a un poco más de 2 km del límite con con Jujuy y a unos 17 km del Nevado de Cachi. La inmensidad de los Andes se desnuda ante los ojos del visitante y las soledades de los vientos curten las caras de los niños que juegan en un patio escolar que los abraza.

En esa amplitud, el maestro rural López es docente, sirve la comida, es enfermero, psicólogo, enseña a cepillarse los dientes y hasta es un poquito de papá y mamá todo junto.

La escuela tiene una matrícula de 38 alumnos, desde Nivel Inicial hasta el 7° grado, es plurigrado y con servicio de albergue. Tienen una maestra de Nivel Inicial, 3 maestras de grado y dos ordenanzas de planta.

"Yo le tengo que agradecer mucho a la comunidad de El Palomar porque las familias participan mucho con las diversas actividades que hacemos, en especial nos ayudan mucho con el comedor", dijo el director López.

El director llegó hace tres años y tuvo que cambiar el vínculo de la escuela con la comunidad. Donde antes hubo tensiones, ahora se proponen acciones en donde las familias son protagonistas. Se requiere para eso mucha experiencia, muchos años de ruralidad.

La visita de El Tribuno al paraje El Palomar fue gracias a la solidaridad de la iglesia Aliento de Vida que, con el proyecto "Impactando Vidas", llevó colchones, mercaderías, juegos y alegría".

 

 

 

 

Y lo que se tiene que saber es que el maestro Sergio López nació en el ámbito rural. Se crió en la finca Santa Rosa de Rosario de Lerma, asistió a la escuela El Timbó, ubicada en los valles tabacaleros de Salta. El recuerdo de su mamá Mercedes López lo quiebra. "Mi mamá me decía que la escuela es la mejor herramienta para la vida y se esforzaba para que yo vaya a clases", dice y se quiebra en el recuerdo.

Hijo único y de familia campesina, a los 12 años comenzó a trabajar en los tabacales. Tuvo que trabajar más para ingresar a un colegio secundario privado de Rosario de Lerma. Así alternaba entre el trabajo en el campo y el colegio privado. Asegura que fue durísimo, pero logró egresar.

Al concluir el Nivel Medio siguió trabajando en el campo, además aprendió albañilería, plomería y electricidad, pero algo le faltaba al hombre. A los 30 años se decidió e ingresó al Instituto Superior del Profesorado Manuel Belgrano, a quien todos lo conocen como "Exnormal" donde estudió y se apasionó por la docencia. Era claro que se iba a dedicar a la ruralidad.

Sabe, la conoce, la vivió y sabe que es atrapante la carrera docente en los contextos inhópitos.

"Yo practico la pedagogía de lo real. Cuando yo salí de la escuela de El Timbó, me fui a un secundario privado, con otro nivel académico y con chicos que tenían otro nivel académico. El golpe fue muy grande y el emparejarme con los otros chicos del pueblo me fue durísimo. Mi mamá me decía que yo podía ser algo distinto y por eso luché mucho: estudiar y trabajar en el campo es terrible. Seguí estudiando, me hice maestro y ahora soy director, siempre en escuelas rurales. La pedagogía de lo real es procurarles a mis niños un alto nivel de exigencia, no subestimarlos y darle la mejor enseñanza; en eso se basa nuestro equipo docente. Porque no sabemos el destino de nuestro niños así que debemos darle el mejor nivel para que ellos sean lo que quieran ser cuando sean adultos", dijo el maestro emocionado.

Objetivos

El director está agradecido con la comunidad. Dice: "Hemos logrado que los padres se acerquen a la institución, y trabajamos los actos. En las reuniones que yo les cito, siempre se presentan la mayoría, y para mí eso es algo satisfactorio, porque es mi tercer año, y tener el apoyo de ellos es importante. Yo siempre digo que yo acá soy como ave de paso. Yo no sé hasta cuándo estaré, el Ministerio decidirá si sigo o no, porque eso hay que ser consciente que no somos dueños de un cargo. A mí me mandaron a esta institución para acomodar algunas dificultades que tenía la institución, y gracias a Dios pude lograr ese objetivo. Pero ya me gusta el lugar, me acostumbré a él, a este contexto, y lo que hemos logrado acá, y quizás el principal logro que puedo destacar es que hemos podido cumplir con todos los días de clase. Como docente, en este contexto, es algo invaluable", concluyó.

Consideraciones pedagógicas


"La docencia es una hermosa experiencia. Gracias a Dios, me ha permitido estar en diferentes lugares, en distintas instituciones como para ir aprendiendo cosas nuevas, positivas. Ser maestro en estas instituciones, es ser guía, mediador, ser papá, mamá de los alumnos, porque ellos llegan un día lunes y van un día viernes, están albergados. Son niños que vienen con diferentes situaciones, vienen de diferentes ámbitos, de hogares diferentes. Y es por eso que en esta experiencia, uno va conociendo comunidades diferentes, diferentes formas de vivir, de creencias, de aprendizaje en los niños, y eso lo enriquece a uno", definió Sergio López.

Después de 3 años, regularizó la situación de la escuela lo que compete a lo administrativo. Sobre la escuela dijo que está en condiciones. Tienen el alimento necesario y todas las cosas para el albergue. Ahora bien, cuando se rompe algo todo se complica. Hay algunos calefactores que se rompieron, por el uso, por los años. Llevar a un técnico hasta el lugar es complejo, salir con los calefactores también. Como para dar un ejemplo de los condicionantes.

"Para mí, es una satisfacción esta profesión, amo lo que hago, día a día. Y busco muchas veces hacer muchas cosas más, y veces no se puede, por el contexto, por el lugar. A veces no tenemos los recursos que muchas veces en la zona urbana no tienen, pero trato en lo posible de darle lo mejor, de buscar, y de estar presente".


 

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