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Este segundo día de la novena en honor al Señor y la Virgen del Milagro se vive con emoción y devoción en la Catedral Basílica de Salta y en la Plaza 9 de Julio. Entre los fieles, se destacan los pequeños grupos de peregrinos que llegan desde distintos barrios de la ciudad para renovar su fe en familia o con amigos y en menor cantidad gente de Santa María, Catamarca y de Amaicha del Valle, Tucumán.
Desde el barrio Pereyra Rosas, un grupo de jóvenes llegó a la Catedral con la alegría y el entusiasmo que caracteriza a esta celebración anual. “Venimos como todos los años a la Catedral con una gran fe, hoy en familia vinimos a renovar nuestra fe desde nuestro barrio y muy orgullosa la verdad”, comentó una de las participantes. La tradición familiar se mantiene viva: desde los abuelos hasta los más jóvenes, todos participan de esta peregrinación que, en los últimos años, incluso se realiza en bicicleta.
Los peregrinos aprovechan para agradecer y pedir. “Agradecemos por todos los días un buen despertar, por tener abundancia en la casa, la fe, y pedimos por la salud de todos nosotros y que nos encontremos cada año así”, explicó la joven devota.
La Catedral también recibió la visita de fieles que llegaron por primera vez desde Bolivia. Nubia, que vive actualmente en Buenos Aires, contó su experiencia: “Soy devota de la Virgencita de Urcupiña en Cochabamba y de la Virgencita de Chaguaya en Tarija. Es la primera vez que vengo a la Catedral de Salta, y estar aquí frente a la Catedral me genera un sentimiento de bienestar y agradecimiento. Uno entra con emoción y sale con paz”, expresó.
La tradición incluye, además, la compra de claveles y novenas, que cada año se renuevan: los claveles rojos para el Señor del Milagro y los blancos para la Virgen. Los precios de las novenas oscilan entre \$4.000 y \$5.000, según comentaron los vendedores.
En la Plaza 9 de Julio, el movimiento de fieles va en aumento conforme avanza la jornada. Grupos de familias y amigos de barrios como Limache también llegan a la Catedral para participar de las pequeñas peregrinaciones, salir en fotos y compartir la devoción. La mayoría sale temprano de sus hogares, manteniendo viva la tradición de años que combina fe, encuentro familiar y sentido de comunidad.
La novena continúa y la Catedral y la plaza se llenan de emoción, fe y devoción, con pequeños peregrinos de todos los rincones de Salta que se acercan año tras año para estar a los pies del Señor y la Virgen del Milagro.