El gobernador Juan Manuel Urtubey salió ayer en defensa de la directora del CIF, Gabriela Buabse, y del documento que ha sido severamente cuestionado por el INADI, la Corte salteña, el Colegio de Abogados, el Concejo Deliberante de la capital, el Colegio de Psicólogos, funcionarios del ministerio público y, sobre todo, por miles de comentarios de lectores de las ediciones digitales de todo el país y de las redes sociales.
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El gobernador Juan Manuel Urtubey salió ayer en defensa de la directora del CIF, Gabriela Buabse, y del documento que ha sido severamente cuestionado por el INADI, la Corte salteña, el Colegio de Abogados, el Concejo Deliberante de la capital, el Colegio de Psicólogos, funcionarios del ministerio público y, sobre todo, por miles de comentarios de lectores de las ediciones digitales de todo el país y de las redes sociales.
Un documento que, hasta el momento, no había sido defendido por nadie. El gobernador salteño trató de apuntalar a su candidata a fiscal atribuyendo a El Tribuno “una mala fe manifiesta en lo que significa la edición de lo que es terminología jurídica”. La funcionaria, lejos de justificar el escrito, se resguardó a sí misma y, como si no tuviera nada que ver, dijo que firmó el informe, pero que no lo redactó.
Probablemente sin tomar en cuenta que no existe diccionario jurídico que incluya a una nena de nueve años como “objeto de deseo sexual”, salvo para un degenerado, Urtubey consideró que “se está planteando un juicio de valor respecto de un informe técnico que estaba incriminando a un supuesto abusador de menores” y lo calificó como “una cosa increíble”. Efectivamente, es increíble, porque el abusador sigue manejando el transporte escolar un año después de que los padres de las víctimas denunciaran el caso. Un año, aunque el mandatario, que es abogado, considera que el diario El Tribuno “toma un renglón de un dictamen que serviría para meter preso a una persona por intento de abuso y se lo interpreta al revés”. La pregunta es, dado que la reforma del Código Procesal penal se hizo para acelerar las causas, por qué, entonces, el abusador no está preso.
Claro que el mandatario también habló de “intenciones de amedrentar a la Justicia”, que atribuyó al ex gobernador y socio del diario, Juan Carlos Romero, pero ni uno solo de los lectores de las ediciones digitales lo tomó en serio. Y, pocas horas antes de que la funcionaria se reuniera con los senadores recomendó que Buabse explique todo porque “sería bueno que la propia persona involucrada pueda aclararlo”.
Ella optó por trasladar la responsabilidad a los investigadores no calificados Mercedes Posse y Benjamín Diez, sus subordinados. De todos modos, a pesar del mal momento, es probable que esta noche Buabse y otros tres postulantes se conviertan en fiscales. Contra viento y marea, Urtubey ya dio el santo y seña.