Las intuiciones de madre son difíciles de comprender y explicar, pero son sentimientos que, indudablemente, suelen indicar un camino.
Eso es lo que sintió Sonia Isabel Cachuaga al enterarse de la aparición de restos óseos en Cafayate, el pasado 19 de abril y por ese motivo, ayer se presentó en el Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), donde le tomaron muestras genéticas para compararlas con el cuerpo encontrado a la vera de la ruta nacional 68.
Cachuaga es madre de Marisa Celeste Pereyra (24), quien se encuentra desaparecida desde principios de septiembre pasado.
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Las intuiciones de madre son difíciles de comprender y explicar, pero son sentimientos que, indudablemente, suelen indicar un camino.
Eso es lo que sintió Sonia Isabel Cachuaga al enterarse de la aparición de restos óseos en Cafayate, el pasado 19 de abril y por ese motivo, ayer se presentó en el Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), donde le tomaron muestras genéticas para compararlas con el cuerpo encontrado a la vera de la ruta nacional 68.
Cachuaga es madre de Marisa Celeste Pereyra (24), quien se encuentra desaparecida desde principios de septiembre pasado.
“Lo último que se supo de mi hija es que fue a trabajar al centro, que cumplió su jornada, salió y no regresó más a su casa. Ella vivía con sus cuatro pequeños hijos y su concubino, Diego Coraite. Además, estaba embarazada de cuatro meses”, aseguró, en declaraciones exclusiva a El Tribuno.
Marisa Pereyra era empleada en un local del Free Shop, ubicado en la intersección de calles Urquiza e Ituzangó, en el microcentro capitalino. Un día salió de ese lugar rumbo a su domicilio, ubicado en el barrio Juan Calchaquí, pero jamás llegó a destino y a partir de esa fecha, su pareja y la madre de la joven, no cesan de buscarla.
“Cuando nos enteramos de los restos hallados en Cafayate, sospeché que podría ser ella. No quiero que sea mi hija, aunque pienso que sí es”, dijo la mujer.
Un dato misterioso
Tras contactarse con el personal de la Brigada de Investigaciones, la División Trata de Personas y otras entidades de seguridad, la mujer inició su búsqueda personal y se dio con la novedad que Marisa había dado a luz a una niña el 16 de enero de este año en el hospital de Niños de esta capital.
“Me sorprendió haberme enterado que mi nieta había nacido en esa fecha, en esta ciudad. Ella no se llevaba mal con ningún integrante de nuestra familia y no tenía motivos para alejarse de nosotros. Luego, me comentaron en el centro médico, que Marisa se retiró y dejó a su bebé, pero nadie la retuvo y las autoridades policiales sabían que la estabamos buscando desde septiembre”.
La bebé, que actualmente se encuentra alojada en Casa Cuna, cumplió ayer cuatro meses y su abuela comentó que no puede verla seguido porque, por su trabajo, viaja a Buenos Aires todos los meses.
Sonia Cachuaga comentó a El Tribuno que los resultados de las muestras recogidas ayer por el CIF estarán en un mes.