Las sospechas se acumulan y ofrecen cada vez más certezas. Todo indica que Hezbollah y la Fuerza Quds planean realizar atentados contra blancos judíos e israelíes en Sudamérica.
A partir de los recientes arrestos a militantes de ambas organizaciones y de la desactivación de sucesivas acciones terroristas en distintos países del mundo, se fueron filtrando sus planes futuros, de los que ya estarían al tanto las autoridades de la región, según informaron el diario libanés Beirut Observer y distintos analistas internacionales, como Guido Olimpo, del periódico italiano Corriere della Sera.
Hezbollah es una organización terrorista libanesa y la Fuerza Quds es un equipo especial que cuenta con aproximadamente 15 mil militantes activos en todo el mundo, dependiente de los Guardianes de la Revolución iraní, que recibe órdenes directas del ayatolá Alí Jamenei, la máxima autoridad nacional. Bregan por la expansión del islamismo radical en todo el mundo.
A principios de año, agentes de Hezbollah y activistas iraníes fueron detenidos en Bangkok, capital de Tailandia. Hassan Atris, un libanés de la organización que tiene sede en Beirut, intentaba atacar instituciones israelíes cuando lo atraparon. Su detención llevó a develar la identidad de Adam Rif, un agente clave de la organización terrorista, cuya área de influencia es América del Sur.
Las autoridades locales también apresaron a hombres del Quds que habían participado de las operaciones que hicieron estallar bombas en la misma ciudad. La información que se les extrajo apuntaba en el mismo sentido: los iraníes también proyectaban actuar en la región. Brasil, Bolivia y Colombia son los que aparecen como los objetivos más probables.
Beirut Observer informó que los estados sudamericanos vienen detectando desde hace varios meses el ingreso en sus países de personas directa e indirectamente vinculadas a las organizaciones islamistas. A partir de los recientes sucesos ocurridos en Asia, y de las sospechas que se acumulan, estarían implementando todo tipo de medidas de seguridad para prevenir ataques a entidades judías. Entre ellas, el seguimiento y el control de las actividades de los militantes que entraron en los últimos meses y de los grupos chiítas que ya eran residentes en la región.
Todos los operativos que estarían proyectando Hezbollah y los grupos iraníes se enmarcan en la campaña terrorista global contra blancos israelíes iniciada hace un año. En ese lapso, se detectaron atentados efectivos y frustrados, con epicentro en Asia y Europa del este. Azerbaiyán, Tailandia, Turquía, India y Georgia fueron blancos de ataques o de intentos. El mecanismo más utilizado fue implantar explosivos en vehículos de diplomáticos israelíes.
La información recabada se vió reforzada con las palabras amenazantes emitidas por Hassan Nasrallah, el líder de Hezbollah, en la conmemoración el día de la Nakba -recuerdo del comienzo del éxodo palestino a partir de la creación del Estado de Israel-, el pasado 15 de mayo. Si bien no precisó acciones u objetivos concretos, reforzó la actitud beligerante de la organización.
Hezbollah e Irán tienen importantes antecedentes de acciones en la región, donde están muy activos desde hace décadas. Los atentados en Argentina contra la Embajada de Israel en 1992 y contra la AMIA (Asociación Mutual Israelí-Argentina) en 1994, son los casos extremos. Está confirmada la participación de activistas iraníes en ambos casos.
Además, el Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, reconocido aliado internacional del Irán, es considerado por muchos de los analistas como un verdadero refugio y centro de operaciones para Hezbollah y el Quds.
El único punto alentador en este panorama que se presenta sombrío para el continente es que estas filtraciones se deben a la reciente sucesión de errores que cometieron los agentes de estas organizaciones, que o bien fueron capturados antes de llegar a realizar ataques, o sus atentados no llegaron a obtener los objetivos buscados.
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Las sospechas se acumulan y ofrecen cada vez más certezas. Todo indica que Hezbollah y la Fuerza Quds planean realizar atentados contra blancos judíos e israelíes en Sudamérica.
A partir de los recientes arrestos a militantes de ambas organizaciones y de la desactivación de sucesivas acciones terroristas en distintos países del mundo, se fueron filtrando sus planes futuros, de los que ya estarían al tanto las autoridades de la región, según informaron el diario libanés Beirut Observer y distintos analistas internacionales, como Guido Olimpo, del periódico italiano Corriere della Sera.
Hezbollah es una organización terrorista libanesa y la Fuerza Quds es un equipo especial que cuenta con aproximadamente 15 mil militantes activos en todo el mundo, dependiente de los Guardianes de la Revolución iraní, que recibe órdenes directas del ayatolá Alí Jamenei, la máxima autoridad nacional. Bregan por la expansión del islamismo radical en todo el mundo.
A principios de año, agentes de Hezbollah y activistas iraníes fueron detenidos en Bangkok, capital de Tailandia. Hassan Atris, un libanés de la organización que tiene sede en Beirut, intentaba atacar instituciones israelíes cuando lo atraparon. Su detención llevó a develar la identidad de Adam Rif, un agente clave de la organización terrorista, cuya área de influencia es América del Sur.
Las autoridades locales también apresaron a hombres del Quds que habían participado de las operaciones que hicieron estallar bombas en la misma ciudad. La información que se les extrajo apuntaba en el mismo sentido: los iraníes también proyectaban actuar en la región. Brasil, Bolivia y Colombia son los que aparecen como los objetivos más probables.
Beirut Observer informó que los estados sudamericanos vienen detectando desde hace varios meses el ingreso en sus países de personas directa e indirectamente vinculadas a las organizaciones islamistas. A partir de los recientes sucesos ocurridos en Asia, y de las sospechas que se acumulan, estarían implementando todo tipo de medidas de seguridad para prevenir ataques a entidades judías. Entre ellas, el seguimiento y el control de las actividades de los militantes que entraron en los últimos meses y de los grupos chiítas que ya eran residentes en la región.
Todos los operativos que estarían proyectando Hezbollah y los grupos iraníes se enmarcan en la campaña terrorista global contra blancos israelíes iniciada hace un año. En ese lapso, se detectaron atentados efectivos y frustrados, con epicentro en Asia y Europa del este. Azerbaiyán, Tailandia, Turquía, India y Georgia fueron blancos de ataques o de intentos. El mecanismo más utilizado fue implantar explosivos en vehículos de diplomáticos israelíes.
La información recabada se vió reforzada con las palabras amenazantes emitidas por Hassan Nasrallah, el líder de Hezbollah, en la conmemoración el día de la Nakba -recuerdo del comienzo del éxodo palestino a partir de la creación del Estado de Israel-, el pasado 15 de mayo. Si bien no precisó acciones u objetivos concretos, reforzó la actitud beligerante de la organización.
Hezbollah e Irán tienen importantes antecedentes de acciones en la región, donde están muy activos desde hace décadas. Los atentados en Argentina contra la Embajada de Israel en 1992 y contra la AMIA (Asociación Mutual Israelí-Argentina) en 1994, son los casos extremos. Está confirmada la participación de activistas iraníes en ambos casos.
Además, el Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, reconocido aliado internacional del Irán, es considerado por muchos de los analistas como un verdadero refugio y centro de operaciones para Hezbollah y el Quds.
El único punto alentador en este panorama que se presenta sombrío para el continente es que estas filtraciones se deben a la reciente sucesión de errores que cometieron los agentes de estas organizaciones, que o bien fueron capturados antes de llegar a realizar ataques, o sus atentados no llegaron a obtener los objetivos buscados.
Fuente: Infobae.com