El sorpresivo anuncio del boleto gratuito para jubilados y estudiantes de Salta tuvo un formidable efecto mediático. Por lo pronto, nadie se animó a criticar - ni siquiera, a analizar- un beneficio que llegará a 50 mil jubilados y 240 mil estudiantes, del Valle de Lerma.
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El sorpresivo anuncio del boleto gratuito para jubilados y estudiantes de Salta tuvo un formidable efecto mediático. Por lo pronto, nadie se animó a criticar - ni siquiera, a analizar- un beneficio que llegará a 50 mil jubilados y 240 mil estudiantes, del Valle de Lerma.
Tampoco nadie pidió explicaciones sobre de qué rincón del presupuesto saldrán los 40 millones de pesos que costará el subsidio. El monto se acerca a los cálculos de gastos por viáticos que actualmente paga la administración provincial, pero se deduce que los funcionarios seguirán cobrándolos.
Aunque sorpresiva, y contradictoria con la densidad que suelen alcanzar las negociaciones por aumentos salariales o por el costo del mismo boleto, cabe suponer que esta distribución de 130 pesos anuales o su equivalente de 52 boletos per capita para casi 300 mil personas responde a algún objetivo estratégico.
Pocas críticas
Las únicas críticas surgieron en Orán, done no llega el beneficio. La diputada Silvia Jarzún de Sabag, opositora, y su par oficialista Antonio Hucena reclamaron ley pareja para toda la provincia. Anoche había rumores de una ampliación, pero sin precisiones.
El costado político lo aportaron los entusiastas apoyos que recibió la iniciativa. El intendente Miguel Isa lo destacó como “un modelo de inclusión”, y el aspirante a la intendencia Gustavo Sáenz, sin matices, lo calificó como “decisión histórica” y no encontró una medida de gobierno comparable a esta desde 1983, pasando por alto, incluso, el Fondo de Reparación Histórica que Urtubey levantó como bandera electoral en 2013, con escasa fortuna en el valle de Lerma, beneficiado ahora por el boleto gratuito. O los planes sanitarios que redujeron a menos de un tercio la mortalidad infantil.
El secretario municipal Mauro Sabbadini llegó al extremo del entusiasmo y declaró “presidenciable” al gobernador: “Esto posiciona a Urtubey como a una persona capaz de conducir el país”. En ese contexto terció el diputado Pablo Kosiner, quien se postuló en estos días como candidato a gobernador y a intendente. “Nosotros no hablamos de candidaturas, sino de gestión”, dijo.
El discurso de Kosiner contrasta también con la estrategia de Miguel Isa, quien persevera en su postulación para gobernador, y con la de Urtubey, que oscila entre su reelección y sus aspiraciones presidenciales. Ambos casos hablan de “récords de inversiones”, un giro respecto del discurso austero de los últimos meses. Son manifestaciones que imprimen a la gratuidad del boleto un sentido más o menos explícito.
Impuestazo, no. ¿Tarifazo?
Aparentemente, para poner en práctica el boleto gratuito no hará falta un impuestazo.
El interrogante surgió de recordar el aumento tributario municipal de 2012 y la decisión de Urtubey, en diciembre, cuando dispuso un ajuste salarial a los policías, financiado con incremento tributario. El gravamen recayó en el comercio y permitió recaudar 520 millones de pesos. Las cifras, ahora, son muy inferiores.
La posibilidad de un tarifazo, por cierto, no está descartada. “El resto de los usuarios continuará pagando el boleto normal, pero es algo que deberá evaluar Saeta”, dijo el ministro Carlos Parodi, consultado al respecto.
Es tan grande la masa de subsidios que resulta difícil conocer con precisión cuáles son los costos reales del servicio, así como la porción de presupuesto fiscal que acumulan los colectivos. Sáenz había advertido: “Seguramente saldrán los detractores que preguntarán de dónde saca el dinero y cómo se paga: pagamos entre todos, pero ahí está la solidaridad por sobre todas las cosas”.
Por ahora, detractores no salieron; ni siquiera escépticos que pregunten por qué no hicieron antes algo que evalúan revolucionario.