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13 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La muerte de don Emilio Espelta

Domingo, 22 de junio de 2014 12:33

El próximo miércoles 25 de junio se cumplirá el cincuenta aniversario del fallecimiento del exgobernador y legislador salteño, don Emilio Espelta.

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El próximo miércoles 25 de junio se cumplirá el cincuenta aniversario del fallecimiento del exgobernador y legislador salteño, don Emilio Espelta.

Fue un hombre que en su juventud abrazó la causa radical y que, en 1945, se sumó sin titubeos a la revolución liderada por Juan Domingo Perón. Al final de su larga vida dejó obras que aún perduran.

Al día siguiente de su muerte, El Tribuno, diario que ayudó a fundar en 1949, destacó en tapa la infausta noticia: “Una figura -dijo- apreciada en todos los círculos de nuestra provincia ha muerto anoche... Se trata de don Emilio Baudillio Espelta, que en la actualidad desempeñaba la presidencia de la Cámara de Diputados de la Provincia. Falleció a los 76 años, cuando mantenía en su serena y luminosa senectud, toda la vigencia de un hombre público que supo, a lo largo de su vida, ofrendarse al servicio de sus ideales. Había nacido el 25 de octubre de 1888 en Rosario de Santa Fe y de muy joven se radicó en nuestra provincia, a la que entregó todos sus afanes.

Dedicóse con sacrificio y tesóna las tareas agropecuarias, logrando forjar una posición conquistada con honradez y trabajo.

La política fue una de sus grandes pasiones, pero nunca tuvo enemigos sino adversarios que lo respetaban y respetaba. Militó en las filas de la Unión Cívica Radical, partido al que representó en la Legislatura Provincial como diputado en 1922, senador en 1923/24, y otra vez diputado en 1927/28.

En 1946 integró la Unión Cívica Radical -Junta Renovadora-, afiliándose posteriormente (1947) al Movimiento Justicialista (Partido Peronista). Fue en 1947 cuando nuevamente vuelve a la función legislativa como senador por Cerrillos, siendo designado Vicepresidente Primero de la Cámara de Senadores. En tal carácter, y ante la acefalía del Gobierno por renuncia del gobernador y vice (Cornejo - San Millán), asumió en 1949 la primera magistratura de la Provincia, cargo que desempeñó hasta enero de 1950, año en que otra vez fue consagrado senador por Cerrillos hasta 1955.

En los comicios anulados de 1962, fue electo nuevamente senador por el Justicialismo del departamento de Cerrillos, acompañado entonces por Gustavo “Poncho” Marrupe como diputado.

En los comicios del 7 de julio de 1963, fue elegido diputado en primer término por el Justicialismo, siendo electo presidente de la Cámara, funciones estas para las que fue reelecto y que desempeñaba hasta la actualidad.

Asimismo Don Emilio fue socio fundador y presidente del Jockey Club de Salta, entidad a la que donó tierras para la construcción del hipódromo local. En medio de tan elevadas tareas que ejerció en la Provincia, don Emilio supo irradiar permanentemente su sencillez innata, un corazón bondadoso y noble, como también mantuvo imperturbables sus más firmes ideales”.

“Entre Bambalinas”

En la recordada columna política de El Tribuno “Entre Bambalinas”, Mario Ríos lo recordó así: “Cuando ya habíamos terminado la tarea nos agobia una triste noticia: el fallecimiento de Don Emilio Espelta, exgobernador de Salta y actual presidente de la Cámara de Diputados. Quienes conocieron de cerca al ciudadano, al legislador y al funcionario, pudieron valorar con toda amplitud, su llaneza, honestidad y espíritu profundamente democrático. La provincia de Salta pierde a un prominente ciudadano y a un hombre de empresa y trabajo, que supo promover el progreso en la acción fecunda desarrollada en las tareas agropecuarias”, concluyó.

La reelección y su gran legado en la Legislatura

Un mes antes de su muerte, don Emilio Espelta había sido reelecto presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta por 36 votos contra seis de su inmediato seguidor (Carlos Serralta - UCRP). Pero su más fuerte contendor fue el vate-diputado Julio Díaz Villalba, quien al percatarse de que los números le eran ariscos, abandonó la caballerezca lid contra Espelta. Fue entonces cuando don Emilio dio su último discurso en la sala de sesiones: “Una vez más -dijo- se me ha otorgado el honor de regir las deliberaciones de este cuerpo. Comprometo la conducta de actuar con la mayor ecuanimidad a fin de que vivamos una etapa fundada en el trabajo que da frutos y en la armonía que trae la paz...”.

Y vaya que fue fructífera su labor. En solo ocho meses, no solo presidió con ecuanimidad el cuerpo sino que dio un gran impulso a la Biblioteca de la Legislatura, llegando a ser esta una de las notables del país.

La despedida

Los restos de don Emilio Espelta, tal como dictaba el protocolo, fueron velados en la Legislatura de la Provincia, donde una guardia de honor integrada por el Cuerpo de Infantería de la Policía y Cadetes de la Escuela de Policía le rindieron honores de exgobernador, al igual que diputados y senadores, que se turnaron toda la noche en el recinto.

En el cementerio de la Santa Cruz, fueron varios los oradores que despidieron a don Emilio Espelta. Uno de los más emotivos fue el escribano Roberto Díaz, diputado de la UCR Intransigente quien entre otras cosas dijo del extinto: “El campo nuestro vio en su figura señera, al pionero que necesitaba para que de sus entrañas, la sabia alimentara su desarrollo.... La tierra fue su mejor amiga, que bajo su vigilancia y esfuerzo, dio frutos abundantes...”. Y más adelante Díaz agregó: “Los amaneceres lo sorprendían en el surco o en la cabalgadura, oteando el horizonte infinito del solar adoptivo; y el atardecer, en el diálogo permanente de la tertulia política que nunca abandonó...”.

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