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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La música de Tonolec está dirigida a crear estados constructivos de pensamiento | Música

Miércoles, 22 de julio de 2015 21:42
El dúo que conforman tiene una fuerte presencia de raíces ancestrales ¿Sienten que esas voces de las etnias toba (qom) y Mbya guaraní, aún no son tan escuchadas o que están logrando notoriedad?

Charo: Creo que están logrando una notoriedad nunca antes pensada. Recordemos que hasta hace poco menos de quince años atrás, hablar de pueblos originarios o de música ancestral de nuestro territorio era algo exótico, poco visto.... Se los ignoraba categóricamente desde los estamentos sociales, políticos, económicos y mediáticos.
Hoy, pienso, que tras una fuerte década de revalorización de su cultura en los ambientes artísticos y también debido a no pocas políticas de estado nacionales y provinciales, dirigidas a visibilizarlos, los pueblos originarios aquí en Argentina y Latinoamérica, están más fuertes que nunca, luchando por sus derechos, poniéndose de pie con orgullo de ser portadores de esta sangre ancestral. Hay un claro acompañamiento social hacia ellos; hay una exposición notable en los medios de comunicación; y estamos luchando para que se los visibilice no sólo desde lo que no tienen o les falta, sino también desde sus valores, desde sus conocimientos, desde el orgullo de haber conservado su cultura y de mantenerla en constante movimiento.

El sincretismo entre esos cantos antiguos y la tecnología es una marca registrada de Tonolec ¿Qué pueden contarnos de los orígenes de esta forma de expresión tan personal?


Diego: A ese sincretismo nosotros le llamamos "integración" y fue a partir de una necesidad que nos surgió a ambos allá por el año 2001 , la necesidad de sentirnos representados en el sonido que creamos y en el mensaje que damos, de integrar todas las partes que nos componen en una sola sonoridad, la música ancestral de nuestra tierra integrada con lo actual, la época en la que nos tocó vivir, donde la tecnología es una herramienta común y cotidiana. De la integración de estos dos mundos que sentimos parte de nosotros y de nuestra propia historia nace el sonido de Tonolec.

Este año se cumplió una década desde su debut ¿Qué cosas permanecen y que cuestiones se han modificado desde aquel disco homónimo hasta "Cantos de la tierra sin mal"?.


Diego: Sentimos que sobre todo hemos venido profundizando el camino iniciado con nuestro primer trabajo hace 14 años, conociendo y aprendiendo mas, experimentando diferentes formatos, integrando la música y lengua Qom y Guaraní , con el folklore criollo y los sonidos electrónicos contemporáneos. Además seguimos viajando a comunidades de varias regiones como Uruguay , Brasil y Paraguay, ampliando nuestro conocimiento a partir de la experiencia y el intercambio artístico. Nos tomamos el tiempo de vivir cada uno de estos procesos y de ir incorporando las profundas enseñanzas que nos van dejando.

El título de su último trabajo invita a una reflexión ¿Es posible una tierra sin mal? ¿La música es un puente para lograrlo?

Charo: La música es un lenguaje universal y transformador capaz de mover montañas, o al menos capaz de conmoverlas y sacarle una lagrimita. Constantemente en nuestro discurso se invita a la reflexión. Somos portadores de un canto comprometido. Tratamos con la temática de los cantos ancestrales, trayendo siempre a nuestra memoria hechos que no queremos repetir como los de la dictadura militar, transformando el dolor en un hecho artístico y poético como es el canto "Tierra quebrada o Techo de paja o Llora tus penas". Tratamos desde un lugar positivo de generar estados de conciencia en el prójimo, a través del canto, de la música, donde es posible transformar desde las bases de una sociedad misma, a una comunidad entera. La música no tiene colores partidarios, ni banderas políticas, al menos la nuestra. La música de Tonolec está dirigida a crear estados constructivos de pensamiento. A revalorizar nuestra sangre, a integrar pensamientos. La Tierra sin mal esta en el lugar que habitamos, tenemos y vivimos en ese espacio físico, ahora es tarea de todos lograr vivir en un espacio donde desaparezcan las barreras, donde aprendamos a convivir en armonía, tomando de la naturaleza lo que nos brinda, sin perjudicarla, sin estropearla.

Los sonidos que convocan en sus obras son cercanos a la copla de los valles Calchaquíes ¿piensan versionar alguna pieza propia de Salta en el show? ¿rescatan en particular a alguna figura de la cultura de nuestra provincia?

Diego: Nos toca muy de cerca la música y las sonoridades del noroeste argentino, la copla es un genero musical y literario hermoso y profundo, además tiene mucha relación con lo que hacemos y la manera en que nos gusta componer, la forma de incluír el silencio como elemento musical también es algo que venimos aprendiendo de la musica Qom y que está presente en la música de los valles Calchaquíes , seguramente en algún momento será incluida la copla en nuestro repertorio. Por ahora hemos versionado la hermosa "Zamba para olvidar" de Daniel Toro que forma parte de nuestro segundo disco "Los pasos labrados".

"Una canción no es canción si no hay con quien compartirla" dicen en "Tierra quebrada", que forma parte de su trabajo más reciente ¿consideran entonces que la música es necesariamente comunitaria? y en este sentido ¿Lo es arriba y abajo del escenario? ¿Cómo describirían el vínculo con su público?


Charo:
La creación de una canción es un estado de repliegue y generalmente solitario. Pero lo cierto es que toma vida cuando es compartida con el otro. Así lo siento cada vez que compongo nuestras canciones como "Tierra Quebrada" en una noche solitaria, fría, de insomnio y luego toman vida cuando se las muestro a mi compañero, quien genera magistralmente esos paisajes sonoros. Y allí aparece la verdadera canción. Creo que en el otro se refleja y potencia el sentimiento que uno está transmitiendo en cada palabra, en cada sonido. Necesariamente la música es comunitaria. Es lo que queremos transmitir con Tonolec al convertir cada recital en una ceremonia musical. Rescatar el sentido colectivo de la música, como canalizadora de energías, como alteradora de estados, como sanadora de espíritus. La música es la herramienta más poderosa de transformación que conozco.

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El dúo que conforman tiene una fuerte presencia de raíces ancestrales ¿Sienten que esas voces de las etnias toba (qom) y Mbya guaraní, aún no son tan escuchadas o que están logrando notoriedad?

Charo: Creo que están logrando una notoriedad nunca antes pensada. Recordemos que hasta hace poco menos de quince años atrás, hablar de pueblos originarios o de música ancestral de nuestro territorio era algo exótico, poco visto.... Se los ignoraba categóricamente desde los estamentos sociales, políticos, económicos y mediáticos.
Hoy, pienso, que tras una fuerte década de revalorización de su cultura en los ambientes artísticos y también debido a no pocas políticas de estado nacionales y provinciales, dirigidas a visibilizarlos, los pueblos originarios aquí en Argentina y Latinoamérica, están más fuertes que nunca, luchando por sus derechos, poniéndose de pie con orgullo de ser portadores de esta sangre ancestral. Hay un claro acompañamiento social hacia ellos; hay una exposición notable en los medios de comunicación; y estamos luchando para que se los visibilice no sólo desde lo que no tienen o les falta, sino también desde sus valores, desde sus conocimientos, desde el orgullo de haber conservado su cultura y de mantenerla en constante movimiento.

El sincretismo entre esos cantos antiguos y la tecnología es una marca registrada de Tonolec ¿Qué pueden contarnos de los orígenes de esta forma de expresión tan personal?


Diego: A ese sincretismo nosotros le llamamos "integración" y fue a partir de una necesidad que nos surgió a ambos allá por el año 2001 , la necesidad de sentirnos representados en el sonido que creamos y en el mensaje que damos, de integrar todas las partes que nos componen en una sola sonoridad, la música ancestral de nuestra tierra integrada con lo actual, la época en la que nos tocó vivir, donde la tecnología es una herramienta común y cotidiana. De la integración de estos dos mundos que sentimos parte de nosotros y de nuestra propia historia nace el sonido de Tonolec.

Este año se cumplió una década desde su debut ¿Qué cosas permanecen y que cuestiones se han modificado desde aquel disco homónimo hasta "Cantos de la tierra sin mal"?.


Diego: Sentimos que sobre todo hemos venido profundizando el camino iniciado con nuestro primer trabajo hace 14 años, conociendo y aprendiendo mas, experimentando diferentes formatos, integrando la música y lengua Qom y Guaraní , con el folklore criollo y los sonidos electrónicos contemporáneos. Además seguimos viajando a comunidades de varias regiones como Uruguay , Brasil y Paraguay, ampliando nuestro conocimiento a partir de la experiencia y el intercambio artístico. Nos tomamos el tiempo de vivir cada uno de estos procesos y de ir incorporando las profundas enseñanzas que nos van dejando.

El título de su último trabajo invita a una reflexión ¿Es posible una tierra sin mal? ¿La música es un puente para lograrlo?

Charo: La música es un lenguaje universal y transformador capaz de mover montañas, o al menos capaz de conmoverlas y sacarle una lagrimita. Constantemente en nuestro discurso se invita a la reflexión. Somos portadores de un canto comprometido. Tratamos con la temática de los cantos ancestrales, trayendo siempre a nuestra memoria hechos que no queremos repetir como los de la dictadura militar, transformando el dolor en un hecho artístico y poético como es el canto "Tierra quebrada o Techo de paja o Llora tus penas". Tratamos desde un lugar positivo de generar estados de conciencia en el prójimo, a través del canto, de la música, donde es posible transformar desde las bases de una sociedad misma, a una comunidad entera. La música no tiene colores partidarios, ni banderas políticas, al menos la nuestra. La música de Tonolec está dirigida a crear estados constructivos de pensamiento. A revalorizar nuestra sangre, a integrar pensamientos. La Tierra sin mal esta en el lugar que habitamos, tenemos y vivimos en ese espacio físico, ahora es tarea de todos lograr vivir en un espacio donde desaparezcan las barreras, donde aprendamos a convivir en armonía, tomando de la naturaleza lo que nos brinda, sin perjudicarla, sin estropearla.

Los sonidos que convocan en sus obras son cercanos a la copla de los valles Calchaquíes ¿piensan versionar alguna pieza propia de Salta en el show? ¿rescatan en particular a alguna figura de la cultura de nuestra provincia?

Diego: Nos toca muy de cerca la música y las sonoridades del noroeste argentino, la copla es un genero musical y literario hermoso y profundo, además tiene mucha relación con lo que hacemos y la manera en que nos gusta componer, la forma de incluír el silencio como elemento musical también es algo que venimos aprendiendo de la musica Qom y que está presente en la música de los valles Calchaquíes , seguramente en algún momento será incluida la copla en nuestro repertorio. Por ahora hemos versionado la hermosa "Zamba para olvidar" de Daniel Toro que forma parte de nuestro segundo disco "Los pasos labrados".

"Una canción no es canción si no hay con quien compartirla" dicen en "Tierra quebrada", que forma parte de su trabajo más reciente ¿consideran entonces que la música es necesariamente comunitaria? y en este sentido ¿Lo es arriba y abajo del escenario? ¿Cómo describirían el vínculo con su público?


Charo:
La creación de una canción es un estado de repliegue y generalmente solitario. Pero lo cierto es que toma vida cuando es compartida con el otro. Así lo siento cada vez que compongo nuestras canciones como "Tierra Quebrada" en una noche solitaria, fría, de insomnio y luego toman vida cuando se las muestro a mi compañero, quien genera magistralmente esos paisajes sonoros. Y allí aparece la verdadera canción. Creo que en el otro se refleja y potencia el sentimiento que uno está transmitiendo en cada palabra, en cada sonido. Necesariamente la música es comunitaria. Es lo que queremos transmitir con Tonolec al convertir cada recital en una ceremonia musical. Rescatar el sentido colectivo de la música, como canalizadora de energías, como alteradora de estados, como sanadora de espíritus. La música es la herramienta más poderosa de transformación que conozco.

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