Cientos de turistas se sumarán a los lugareños en uno de los ritos más importantes del mundo andino, cuando culmine el ciclo dedicado a la Madre Tierra y que comenzó el 1 de agosto pasado, como todos los años, en San Antonio de los Cobre.
La apertura del pozo, en el que el año anterior se ofrecieron convites a la Pachamama, se realizará a partir de las 15.
Allí, nuevamente, se enterrarán los frutos que el suelo puneño regaló a la gente del lugar, para subsistir y desarrollarse. Es por eso que la comunidad le ofrece lo mejor de sus bebidas, especialmente chicha, y de sus comidas tradicionales, entre las que se destaca la tistincha, un rejunte de papas andinas, maíz, cordero de llama o cordero, entre otros productos característicos del lugar.
Participarán de las actividades el intendente Sergio Villanueva, autoridades departamentales, provinciales y turistas llegados desde diversos puntos del país y del mundo.
Afluencia de turistas
La Fiesta de la Pachamama forma parte de la agenda turística nacional.
Desde el área de prensa de la comuna local informaron que este año se registró una importante cantidad de reservaciones de turistas europeos.
Concluido el ritual de convite y veneración a la Pachamama, la Municipalidad agasajará a los presentes con una gran cena show, a llevarse a cabo en el salón de actos municipal, que será amenizada con un espectáculo musical.
¿Cómo se realiza el ritual?
En la cima del cerro, antes de abrir el pozo sagrado, el cacique de Tolar Grande clavará un cuchillo en el lado este del pozo, en homenaje al Tata Inti o Padre Sol, y realizará la primera ofrenda.
Luego, los presentes pasarán a dejar sus ofrendas de a dos, dado que este número simboliza dualidad, complemento y equilibrio.
Las ofrendas consisten en maíz, papas, habas, empanadas, locro, anchi. Luego se arrojan hojas de coca y cigarrillos.
Una vez realizado el convite, los presentes deben lavarse las manos con piris o sémola tostada y poner un puñado en los bolsillos para la buena suerte.
Posteriormente se da a beber a la Madre Tierra siete bebidas alcohólicas, entre las que se destacan licores, whisky, mentas y vinos.
Luego las "yokeras" deben retirarle a cada uno su yoki o pulsera sagrada, entregada el año anterior, y recibir una nueva.
La música andina y los bailes típicos acompañarán toda la ceremonia, que finalizará con el cierre del pozo.
El culto a la Pachamama es el más importante de todo el mundo andino. Concebida como la madre que nutre y protege a los seres humanos, los habitantes de la Puna le rinden homenaje para reparar el daño cada vez mayor que el hombre ejerce sobre la tierra y le agradecen los alimentos que ofrece para el sustento.
Es un culto preincaico que se mantiene vivo en las zonas andinas de Ecuador, Perú, Bolivia y norte de Chile y Argentina.
Alrededor de Tolar Grande hay sitios sorprendentes y únicos en el mundo por la belleza de sus paisajes, como los ojos de mar o piletones de agua salada en el Salar de Arizaro, el Cono de Arita, la laguna Santa María, al pie de la cordillera, y el campamento de La Casualidad, una vieja minera de azufre que funcionó de 1950 a 1970.
El Túnel del Hombre Muerto, a 13 km de Tolar, cruza un pequeño cerro. Su interior está compuesto por cuatro bóvedas y un puente en el centro, tachonados de estalactitas y columnas salinas.
Cerca del pueblo también se está instalando el observatorio astronómico que aprovechará los cielos límpidos de la zona.
La fauna también es única y está compuesta por llamas, vicuñas, flamencos, garzas e ibis rosados.
Del volcán Llullaillaco se rescató a las "momias del Llullaillaco" que ahora se encuentran en el museo de Alta Montaña de la ciudad capital salteña y es considerado el gran descubrimiento arqueológico argentino de los últimos años.
Para llegar a Tolar Grande, desde Salta capital hay que recorrer 350 km por la ruta nacional 51, pasando por la pintoresca quebrada del río Toro hasta llegar a San Antonio de los Cobres. Luego se sigue por el camino que conduce a Chile hasta tomar un desvío por la ruta provincial 27, cerca de Salar de Pocitos.
Los lugareños recomiendan utilizar un vehículo con tracción en las cuatro ruedas y salir por la mañana bien temprano. Siempre es bueno llevar al menos dos auxilios.
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Cientos de turistas se sumarán a los lugareños en uno de los ritos más importantes del mundo andino, cuando culmine el ciclo dedicado a la Madre Tierra y que comenzó el 1 de agosto pasado, como todos los años, en San Antonio de los Cobre.
La apertura del pozo, en el que el año anterior se ofrecieron convites a la Pachamama, se realizará a partir de las 15.
Allí, nuevamente, se enterrarán los frutos que el suelo puneño regaló a la gente del lugar, para subsistir y desarrollarse. Es por eso que la comunidad le ofrece lo mejor de sus bebidas, especialmente chicha, y de sus comidas tradicionales, entre las que se destaca la tistincha, un rejunte de papas andinas, maíz, cordero de llama o cordero, entre otros productos característicos del lugar.
Participarán de las actividades el intendente Sergio Villanueva, autoridades departamentales, provinciales y turistas llegados desde diversos puntos del país y del mundo.
Afluencia de turistas
La Fiesta de la Pachamama forma parte de la agenda turística nacional.
Desde el área de prensa de la comuna local informaron que este año se registró una importante cantidad de reservaciones de turistas europeos.
Concluido el ritual de convite y veneración a la Pachamama, la Municipalidad agasajará a los presentes con una gran cena show, a llevarse a cabo en el salón de actos municipal, que será amenizada con un espectáculo musical.
¿Cómo se realiza el ritual?
En la cima del cerro, antes de abrir el pozo sagrado, el cacique de Tolar Grande clavará un cuchillo en el lado este del pozo, en homenaje al Tata Inti o Padre Sol, y realizará la primera ofrenda.
Luego, los presentes pasarán a dejar sus ofrendas de a dos, dado que este número simboliza dualidad, complemento y equilibrio.
Las ofrendas consisten en maíz, papas, habas, empanadas, locro, anchi. Luego se arrojan hojas de coca y cigarrillos.
Una vez realizado el convite, los presentes deben lavarse las manos con piris o sémola tostada y poner un puñado en los bolsillos para la buena suerte.
Posteriormente se da a beber a la Madre Tierra siete bebidas alcohólicas, entre las que se destacan licores, whisky, mentas y vinos.
Luego las "yokeras" deben retirarle a cada uno su yoki o pulsera sagrada, entregada el año anterior, y recibir una nueva.
La música andina y los bailes típicos acompañarán toda la ceremonia, que finalizará con el cierre del pozo.
El culto a la Pachamama es el más importante de todo el mundo andino. Concebida como la madre que nutre y protege a los seres humanos, los habitantes de la Puna le rinden homenaje para reparar el daño cada vez mayor que el hombre ejerce sobre la tierra y le agradecen los alimentos que ofrece para el sustento.
Es un culto preincaico que se mantiene vivo en las zonas andinas de Ecuador, Perú, Bolivia y norte de Chile y Argentina.
Alrededor de Tolar Grande hay sitios sorprendentes y únicos en el mundo por la belleza de sus paisajes, como los ojos de mar o piletones de agua salada en el Salar de Arizaro, el Cono de Arita, la laguna Santa María, al pie de la cordillera, y el campamento de La Casualidad, una vieja minera de azufre que funcionó de 1950 a 1970.
El Túnel del Hombre Muerto, a 13 km de Tolar, cruza un pequeño cerro. Su interior está compuesto por cuatro bóvedas y un puente en el centro, tachonados de estalactitas y columnas salinas.
Cerca del pueblo también se está instalando el observatorio astronómico que aprovechará los cielos límpidos de la zona.
La fauna también es única y está compuesta por llamas, vicuñas, flamencos, garzas e ibis rosados.
Del volcán Llullaillaco se rescató a las "momias del Llullaillaco" que ahora se encuentran en el museo de Alta Montaña de la ciudad capital salteña y es considerado el gran descubrimiento arqueológico argentino de los últimos años.
Para llegar a Tolar Grande, desde Salta capital hay que recorrer 350 km por la ruta nacional 51, pasando por la pintoresca quebrada del río Toro hasta llegar a San Antonio de los Cobres. Luego se sigue por el camino que conduce a Chile hasta tomar un desvío por la ruta provincial 27, cerca de Salar de Pocitos.
Los lugareños recomiendan utilizar un vehículo con tracción en las cuatro ruedas y salir por la mañana bien temprano. Siempre es bueno llevar al menos dos auxilios.