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Hay que cambiar de rumbo

Viernes, 13 de mayo de 2016 01:30
Una ola de robos, hechos de violencia en los barrios y el crecimiento del consumo de drogas preocupan desde hace tiempo a los vecinos de San José de Metán.
Esto marca a las claras el fracaso de la política de seguridad implementada en la ciudad, cuyo rumbo es necesario rectificar con urgencia.
Metán tiene unos 40.000 habitantes y más de 50 barrios. Ya no es el pueblo tranquilo en el que todos dejaban las puertas de sus casas abiertas, al igual que sus autos; o la bicicleta o una moto sin seguridad, en el cordón de la vereda.

Todo cambió

La gente de los barrios viene reclamando más patrullaje para prevenir hechos de violencia e ilícitos. Mientras, la puesta en funcionamiento del 911 sigue siendo una promesa.

El inexplicable robo con destrozos que sufrió ayer el Concejo Deliberante, una de las instituciones de la democracia más representativas de los ciudadanos, da muestra de que los delincuentes no tienen límites en su accionar. Esto hace sentir más inseguros y desprotegidos a los vecinos que no recuerdan hechos de similar envergadura en contra de un organismo del Estado.
Hay quienes sostienen que ya no se puede caminar tranquilo por las calles. En horarios nocturnos los taxistas vienen siendo víctimas de robos y "aprietes". Los vecinos soportan arrebatos y robo de celulares, dinero y otras pertenencias, como le ocurrió el domingo pasado, por la tarde, a dos chicas que fueron atacadas en la costanera del río Conchas.
Faltan patrullajes preventivos, motivación y apoyo del personal policial, que en su mayoría, cuestiona al ratificado y actual jefe de la Unidad Regional 3, Gustavo López. Por otra parte, en los últimos meses los móviles de la Policía sufrieron la mayor cantidad de ataques de los últimos años, por ejemplo, en operativos desarrollados en el barrio Nuevo Hogar o en el barrio Aborigen donde rompieron una autobomba de la fuerza que había ido a sofocar un incendio intencional durante un grave enfrentamiento entre vecinos.
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Una ola de robos, hechos de violencia en los barrios y el crecimiento del consumo de drogas preocupan desde hace tiempo a los vecinos de San José de Metán.
Esto marca a las claras el fracaso de la política de seguridad implementada en la ciudad, cuyo rumbo es necesario rectificar con urgencia.
Metán tiene unos 40.000 habitantes y más de 50 barrios. Ya no es el pueblo tranquilo en el que todos dejaban las puertas de sus casas abiertas, al igual que sus autos; o la bicicleta o una moto sin seguridad, en el cordón de la vereda.

Todo cambió

La gente de los barrios viene reclamando más patrullaje para prevenir hechos de violencia e ilícitos. Mientras, la puesta en funcionamiento del 911 sigue siendo una promesa.

El inexplicable robo con destrozos que sufrió ayer el Concejo Deliberante, una de las instituciones de la democracia más representativas de los ciudadanos, da muestra de que los delincuentes no tienen límites en su accionar. Esto hace sentir más inseguros y desprotegidos a los vecinos que no recuerdan hechos de similar envergadura en contra de un organismo del Estado.
Hay quienes sostienen que ya no se puede caminar tranquilo por las calles. En horarios nocturnos los taxistas vienen siendo víctimas de robos y "aprietes". Los vecinos soportan arrebatos y robo de celulares, dinero y otras pertenencias, como le ocurrió el domingo pasado, por la tarde, a dos chicas que fueron atacadas en la costanera del río Conchas.
Faltan patrullajes preventivos, motivación y apoyo del personal policial, que en su mayoría, cuestiona al ratificado y actual jefe de la Unidad Regional 3, Gustavo López. Por otra parte, en los últimos meses los móviles de la Policía sufrieron la mayor cantidad de ataques de los últimos años, por ejemplo, en operativos desarrollados en el barrio Nuevo Hogar o en el barrio Aborigen donde rompieron una autobomba de la fuerza que había ido a sofocar un incendio intencional durante un grave enfrentamiento entre vecinos.
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