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Se casó con su tía abuela de 91 años y reclama la pensión

Cuando se desposaron, en febrero de 2015, él tenía 23 años y estudiaba Derecho.Ella falleció el 30 de abril de 2016. Era una jubilada del sector docente.
Domingo, 29 de octubre de 2017 00:00

El libro Guinnes tiene récords matrimoniales para todos los gustos, que incluyen a los esposos más jóvenes, a los más longevos, los de menor estatura y los de más alta talla. Ninguno, sin embargo, suma los condimentos que reúne el caso de Mauricio Ossola y Yolanda Torres. Ellos se casaron el 26 de febrero de 2015, en una discreta ceremonia llevada a cabo en el Registro Civil de Salta. Mauricio era por aquellos días un estudiante de Derecho de 23 años y la contrayente, Yolanda, su tía abuela, de 91. 

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El libro Guinnes tiene récords matrimoniales para todos los gustos, que incluyen a los esposos más jóvenes, a los más longevos, los de menor estatura y los de más alta talla. Ninguno, sin embargo, suma los condimentos que reúne el caso de Mauricio Ossola y Yolanda Torres. Ellos se casaron el 26 de febrero de 2015, en una discreta ceremonia llevada a cabo en el Registro Civil de Salta. Mauricio era por aquellos días un estudiante de Derecho de 23 años y la contrayente, Yolanda, su tía abuela, de 91. 

El joven protagonista del singular enlace vive en Tres Cerritos con uno de sus hermanos, la madre de ambos y la abuela. Yolanda era su hermana y compartió ese techo familiar hasta el 30 de abril de 2016, cuando falleció por una sepsis. Mauricio, que se recibió de abogado poco antes de enviudar, comenzó a gestionar a mediados de ese mismo año la pensión ante la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses).

Justamente, la peculiar historia afloró en los últimos días por las discusiones que el trámite del beneficio desató en las oficinas salteñas del organismo nacional. El área de Asesoría Jurídica se inclinó por rechazar la petición, pero no por impedimentos de fondo, porque las normas vigentes en el país permiten este tipo de matrimonios y avalan reclamos como el de Mauricio. El joven adelantó a El Tribuno que recurrirá la decisión e irá, en última instancia, hasta la Corte Suprema. Más allá de las miradas prejuiciosas y consideraciones moralistas, la Constitución garantiza la libre elección de los contrayentes y la ley del matrimonio civil solo fija límites por debajo de la mayoría de edad. Los 68 años de diferencia que había entre Mauricio y Yolanda no les impedían casarse, como tampoco su parentesco.

Las leyes argentinas permiten el matrimonio entre primos hermanos, o tíos y tías con sobrinos y sobrinas, o entre una tía abuela con su sobrino nieto, como en este rarísimo caso. La única barrera está en los paradigmas éticos y religiosos. Los que sí están prohibidos son los matrimonios entre hermanos e incluso medio hermanos, padres o madres con hijos o hijas, y abuelos o abuelas con nietos o nietas.

Así están legisladas las opciones maritales en el país y, en todo caso, el casamiento de Mauricio y Yolanda expone una sensible asignatura que debería abordar el Congreso de la Nación para evitar afectaciones de derechos personales y patrimoniales, por un lado, y al funcionamiento del solidario sistema jubilatorio, por el otro.

Reynaldo y Adelfa

El matrimonio civil que tuvo como contrayentes en Salta a Mauricio y Yolanda presenta similitudes con otro casamiento que alcanzó repercusión nacional e internacional hace diez años.

Los protagonistas de aquella boda, celebrada en Santa Fe el 28 de septiembre de 2010, fueron Reynaldo Wabeke y Adelfa Volpes. El tenía 24 años y ella, 82. El casamiento, con 58 años de diferencia entre ambos, los convirtió en la pareja más despareja de los últimos tiempos.

Solo 24 días después de la ceremonia nupcial, y tras descompensarse durante la luna de miel en Río de Janeiro, Adelfa sufrió un accidente cerebrovascular y falleció.

Al respecto, Nélida Beroch, profesora adjunta de la Cátedra de Derecho de Familia y Sucesiones de Universidad Nacional de La Plata, aclaró que "el tema de la brecha de edad no está entre los impedimentos legales para un matrimonio, porque la Constitución ampara la libre elección".

Para frenar un casamiento, o disolver un vínculo matrimonial, se debe probar que alguno de los contrayentes es una persona insana o bien demostrar que hubo "vicios en el consentimiento por temor, dolo o violencia".

En el caso de Mauricio y Yolanda, se casaron con una diferencia de 68 años en la edad de los contrayentes.

A diferencia de Adelfa, cuyo patrimonio desató fuertes disputas familiares, Yolanda era una maestra jubilada que no tenía bienes a su nombre.

Tras el fallecimiento de Adelfa, Reynaldo accedió a la pensión sin ningún inconveniente.

Después, en 2010, el mediático viudo se enlazó con un hombre. De esa manera fue protagonista, también, del primer matrimonio igualitario de la ciudad de Santa Fe.

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