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El silencio sicario contrastó con los cortes de calles y los francotiradores

Extremas medidas de seguridad ordenó la Justicia de Orán para preservar la vida de los acusados.Como llegaron al Juzgado se retiraron. La táctica defensiva fue dejar al Estado probar los crímenes.
Viernes, 11 de agosto de 2017 00:00

Un operativo de máxima seguridad urbana fue llevado a cabo ayer en la mañana por un conjunto de fuerzas provinciales en la ciudad de Orán cuyos habitantes se desayunaron de intriga al hallar varias de las más concurridas calles cortadas al tránsito vehicular y peatonal en algunos puntos.

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Un operativo de máxima seguridad urbana fue llevado a cabo ayer en la mañana por un conjunto de fuerzas provinciales en la ciudad de Orán cuyos habitantes se desayunaron de intriga al hallar varias de las más concurridas calles cortadas al tránsito vehicular y peatonal en algunos puntos.

Los madrugadores de la ciudad de Orán pudieron observar a seis de los más comprometidos penalmente por un homicidio y una tentativa del mismo delito, calificado por entender que hubo una promesa remuneratoria, cara a cara, cuando los mismos fueron bajados de los móviles y conducidos a la sede judicial.

Fuentes fidedignas aseguraron que uno a uno los imputados se acogieron a los beneficios de la ley y optaron por el silencio discreto.

Se esperaba que algunos de ellos incriminara en parte o corrobore lo que hasta ahora solo es materia de investigación, sustentada en gran parte solo por escuchas telefónicas.

Se supo que incluso llevaron a declarar al imputado en el grado de autor intelectual de los crímenes de dos bagayeros, uno de ellos además productor agropecuario.

El muy conocido en el ambiente Raúl Ricardo Rojas, trascendió, no declaró ni una palabra y en todo momento se amparó en las garantías del justo proceso.

En la Fiscalía Penal 2 de Orán muchos periodista buscaron afanosamente la nota que develara aún más los oscuros interese que manejaba la banda conformada para poner fin a actos de mejicaneo y delación dentro del aceitado engranaje narcobagayero que manejaba un grupo de élite de ese sector.

Algunos detalles casi terroríficos acerca de los movimientos de dinero, armas y personas se encuentran ya impresos en los expedientes abiertos y la compra de voluntades de alto nivel está a punto de develarse.

De las escuchas que se encuentran ya en el expediente, caratulado como homicidio doblemente calificado prima facie y tentativa de homicidio doblemente calificado en perjuicio de Raúl Martínez (fallecido) y Ricardo Gerónimo (vive) se desprende que el narco que operaba desde una dependencia de la localidad de Cerrillos se hacía llamar el "Patrón" y todas sus órdenes se ejecutaban a través de esta clave.

Ayer se esperaba algo más sobre el trabajo que realizaban o iban a realizar en Orán las otras víctimas ya señaladas que salvaron sus vidas con la caída de la banda de sicarios salto-

tucumana, armada para poner orden y silencio en el bagayeo.

Todo comenzó a derrumbarse tras el fallido asesinato de Ricardo Gerónimo.

Cuando éste llega con vida al hospital se niega primeramente a relatar las causas de la agresión, pero da pie a una investigación sobre el atentado.

Así, y tras las escuchas, la policía logró dar con los domicilios de Martín "Pájaro" Castillo, quien recibe armas de un tal Sarmiento, que habían sido alquiladas en Jujuy y transportadas por una mujer a Salta y poco después se cae en la cuenta que de otras escuchas se advierte que hay un "pagador de los servicios de los sicarios". Advierte sobre el fallido atentado y pide autorización para contratar gente profesional.

Así llegan a Orán los tucumanos ahora detenidos quienes sí logran segar la vida de Raúl Lalo Martínez, abatido en la vía pública.

El crimen de Martínez se realizó como lo solicitó el "Patrón", es decir con resultados a la vista.

Así se supo por escuchas que el tal "Pájaro" había cobrado por adelantado 4.000 dólares y el resto del dinero cuando se retiraron junto a su cómplice de la ciudad de Orán.

Ayer en la Fiscalía Penal de Orán fueron ingresando de a uno Raúl Ricardo Rojas, alias el "Coya", conocido en el ambiente como el "Patrón"; Norberto Roque Mendoza, "Payaso" para los íntimos; Enzo Javier Quiroga, alias el "Jujeño"; Francisco Sarmiento; Daniela Liborio y Nicolás López, también los tucumanos Miguel Flores y el supuesto sicario profesional Martín Pájaro Castillo.

La banda del Coya Rojas, actualmente desmembrada, dejó un mensaje claro: el silencio.

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