Marcelo Gallardo recibió, en las horas previas a la emotiva y épica final de vuelta en Porto Alegre, una mala noticia: no iba a poder dirigir el partido crucial desde el banco de suplentes por haber recibido una sanción por parte de la Conmebol, a raíz de haber ingresado tarde al campo en la ida.
Por ello, el Muñeco vivió un partido especial, camuflado, dialogando por handy y dando indicaciones a su ayudante de campo vía telefónica. Y en el entretiempo, se dio el gusto de ingresar al vestuario para dar una arenga motivadora, pese a que no lo tenía permitido, y hasta se cruzó con un colaborador del Gremio, quien se quejó ante las cámaras, a lo que Gallardo respondió con un: “sacame una foto”.
LE PUEDE INTERESAR
Tras el encuentro, el ladero de “Napoleón”, Matías Biscay, su colaborador, manifestó: “En el peor momento de ellos hicieron el gol. Pero los chicos siempre pensaron que se daba vuelta. Marcelo los convenció que no se podía escapar”, dijo.