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María Zysman: “Un chico pendiente de lo que le hacen en las redes difícilmente pueda aprender matemática”

Lunes, 23 de abril de 2018 00:06

María Zysman es psicopedagoga y directora de la asociación civil Libres de Bullying, por lo que fue convocada por la empresa Ángel Estrada (de productos Rivadavia) en su programa de responsabilidad social empresaria para realizar talleres de prevención del cyberbullying con chicos de escuelas primarias del país.
Por esta razón estuvo en la capital salteña, donde participó del ciclo de charlas “Conectados Salta”. Con apoyo del Ministerio de Educación, se reunió con supervisores y profesionales del equipo de orientación escolar para conversar sobre la prevención, detección y abordaje de lo que ella llama “un mal de la época”. 
Algo disfónica, accedió a dialogar con El Tribuno sobre una problemática preo cupante que hoy atraviesa a la escuela. “Se empieza a comprender que el tema de la convivencia es importante a la hora de evaluar los resultados”, destacó, e instó a desnaturalizar situaciones de violencia. 

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María Zysman es psicopedagoga y directora de la asociación civil Libres de Bullying, por lo que fue convocada por la empresa Ángel Estrada (de productos Rivadavia) en su programa de responsabilidad social empresaria para realizar talleres de prevención del cyberbullying con chicos de escuelas primarias del país.
Por esta razón estuvo en la capital salteña, donde participó del ciclo de charlas “Conectados Salta”. Con apoyo del Ministerio de Educación, se reunió con supervisores y profesionales del equipo de orientación escolar para conversar sobre la prevención, detección y abordaje de lo que ella llama “un mal de la época”. 
Algo disfónica, accedió a dialogar con El Tribuno sobre una problemática preo cupante que hoy atraviesa a la escuela. “Se empieza a comprender que el tema de la convivencia es importante a la hora de evaluar los resultados”, destacó, e instó a desnaturalizar situaciones de violencia. 

Si bien hay mucha información al respecto, ¿qué es bullying y qué ciberbullying de acuerdo a su mirada?

Bullying es cuando hablamos de pares que conviven, que necesitan estar viéndose todo el tiempo y armando una forma de socializar, de tener un grupo. Esto se da en la escuela, pero en lugar de vincularse de igual a igual empieza por algún motivo a desequilibrarse el poder y entonces aparece algún líder negativo que permanentemente busca humillar, hostigar, exponer al ridículo a otro que no tiene las herramientas como para responder de manera defensiva. Esto lo va a lograr si hay un grupo de espectadores que se divierta con esto y que sostenga a quien acosa como para que cada vez tenga más poder. Si alguien pudiera frenar esto cuando aparece, no prospera. Aparece cuando hay adultos que, en lugar de contener esta situación, a veces no la ven o la han naturalizado. Quien es permanentemente aplastado por sus pares, lo que hace, en lugar de reaccionar, es acostumbrarse a estar en esa posición. El ciberbullying es lo mismo llevado a la redes sociales, entonces, esa vergüenza y humillación que queda en un grupo de 25 en la escuela, cuando llega a las redes sociales tiene un impacto sobre cinco mil, se comparte, se viraliza. Y la realidad es que los chicos hoy en día necesitan, quieren y van a seguir estando en las redes sociales. El bullying y el ciberbullying muestran que algo está mal. Eso los excede, no es algo que inventan los chicos. Es algo que lo vemos en la sociedad, en los adultos, en la violencia cotidiana de todos con todos y que, en el formato escolar, aparece con estas desigualdades de poder.

¿Qué estadísticas manejan?

No hay estadísticas a nivel nacional que hayan sido tomadas con un mismo instrumento de evaluación. Lo que sí podemos decir es que en las pruebas Aprender, seis de cada diez chicos dijeron haber vivido situaciones de discriminación o bullying, que no son sinónimos. Seamos honestos, todos discriminamos a alguien, todos tenemos nuestros prejuicios, estereotipos y tenemos que trabajar como para superarlos. Pero yo creo que hay gente que a mí no me gusta o es mejor o peor que yo por mis prejuicios. No quiere decir que yo le esté haciendo bullying a esa persona. 

¿Qué lectura realiza sobre los resultados de la prueba Aprender?

Creo que esta vez se les preguntó a los chicos y los chicos contestaron. Se empieza a comprender que el tema de la convivencia es importante a la hora de evaluar los resultados. Un chico que está pendiente de lo que le hacen en las redes sociales, difícilmente pueda aprender matemática. Se problematizó algo y se evaluó eso. Ver qué se va a hacer con los resultados es algo interesante porque no nos alcanza con saber que seis de cada 10 chicos viven situaciones de discriminación o bullying.

¿Y qué tendría que hacer la escuela?

Hay mucho para hacer. En primer lugar, preguntarse cómo está mirando a los alumnos, a la familia, qué acompañamiento se le da a los chicos en su búsqueda de lugar social, cómo se los reconoce, cómo se trabaja con la familia (si es desde el enfrentamiento o acompañamiento) y tener pensado un protocolo que lo tiene que generar cada comunidad. Yo no vengo a traer acá protocolos porque serían como un injerto. Yo tengo que proponer una guía de actuación que no estigmatice, pero que problematice. 

Hay especialistas que sostienen que los protocolos no sirven, que hay que profundizar en la prevención...

En la prevención el ciento por ciento y antes de la prevención, en la problematización. Para poder prevenir tengo que saber qué tengo que prevenir. Si yo como adulto estoy de acuerdo en que hay gente de primera clase y gente de segunda, difícilmente pueda educar a mi hijo en ciertos valores. Yo tengo que trabajar primero dándome cuenta de cuál es el problema y el problema es la intolerancia, el odio, la falta de control de los propios impulsos de chicos y de grandes. Recorro el país y pasa lo mismo en Salta y en Ushuaia. Es ver que cuando el otro hace algo que a mí no me gusta yo lo ataco, en lugar de poder entender los argumentos del otro. Hay que evaluar un montón de cosas que confluyen en una situación abusiva en la escuela. Y no pensar que son los chicos los responsables.

¿Se denuncian en el país casos de ciberbullying?

El ciberbullying puede tener distintos niveles de impacto. Una cosa es que un grupo de chicos de 10 años haga un grupo de WhatsApp para no incluir a un compañero y otra es que a una chica se le ponga una cámara de video en su intimidad, la suban a las redes y después empiece a recibir amenazas de que la van a esperar en un boliche. ¿Las dos son bullying? Sí, porque se está exponiendo al ridículo a un par. En los casos en que se llega a instancias que no se quiere llegar hay que hacer denuncia en la fiscalía, pero esto no es un delito. No está tipificado como delito cuando hablamos de chicos. Es diferente que aparezca un adulto que se cree un perfil de un chico de 14 y entre en las páginas, foros, juegos para engañar a los chicos y diga que quiere verlos, les pida material y después los extorsione. Hay mucha variedad. Si nosotros les damos celulares, tablet y computadoras con wifi ilimitado y no nos preocupamos por lo que están haciendo, ahí lo más probable es que se encuentren con alguno de estos problemas.

¿Cómo se hace para revertir esas situaciones?

Ni estar en el extremo del híper control ni en el otro de que a uno no le importe lo que esté pasando. Decirles “mostrame qué te gusta, que ves”, preguntarles si tuvieron algún problema, estar conectado con los hijos. El gran problema ahora es que los padres también estamos muy dedicados a nuestras propias redes, a nuestro propio trabajo o actividad y a veces los chicos piden “mirenme”. Si un chico ve que su mamá está todo el tiempo con el celular y no lo mira, entonces, después es difícil pedirle a ese chico que no haga lo mismo. Los propios padres comparten en las redes situaciones que son íntimas, desde el parto hasta una foto tomando un helado con los hijos. No hay que hacer de lo privado un espectáculo. Así vamos a poder enseñarles a los chicos que hay cosas que se muestran y cosas que no. Si les damos un celular a un nene de dos años para que no llore, después no nos podemos quejar. Si el chico es el que maneja cuándo usa el celular y cuándo no, después nos vamos a tener que hacer cargo de eso. El celular como chupete y la hiper exposición, hacen que no podamos prevenir el ciberbullying. 
Hay que establecer de nuevo las prioridades, ¿cómo se hace? En familia, apagando el celular 15 minutos. Se construye todos los días con todas las cosas que hacemos nosotros en la redes. Cuando las mamás en los grupos de Whatsapp no hacen más que despellejar al docente, le están enseñando a los hijos que se puede despellejar a otros en los grupos. 

Cuando se habla de ciberbullying, la escuela se aleja aduciendo que se produce en otro ámbito...

Hasta hace un tiempo encontraba siempre esa respuesta. “No podemos intervenir en las redes sociales porque esto es un espacio que compete a los padres”. Eso es bastante lógico, sensato. Pero lo cierto es que los chicos vienen a la escuela y siguen conectados con las redes sociales, si ese chico que tengo adelante a lo mejor no durmió porque lo estaban hostigando en las redes y está pendiente de lo que pasa en su celular mucho más de lo que pasa conmigo. Las paredes de la escuela ya no son un límite para lo social, no es que hay un afuera de la escuela y un adentro. No es que la escuela lo tiene que afrontar porque es su culpa que esto suceda, lo tiene que afrontar porque es lo mismo que el chico que viene sin comer. Si un chico que viene a la escuela sin comer, ¿que tengo? Un chico con hambre. ¿Es mi culpa que ese chico tenga hambre? No ¿Yo puedo modificar lo que suceda afuera de la escuela? No, pero la escuela a lo mejor puede encontrar qué le calme ese hambre. Con las redes pasa cosas parecidas. Puedo generar mecanismos 

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