Los gritos de guerra indios (también conocidos como japapeos) se repitieron durante toda la marcha como una especie de ritual. De esta manera, las mujeres salteñas expresaron estar más unidas que nunca en el clamor por el aborto legal, seguro y gratuito. Este fue el principal reclamo en la tercera edición del "Ni Una Menos" en Salta.
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Los gritos de guerra indios (también conocidos como japapeos) se repitieron durante toda la marcha como una especie de ritual. De esta manera, las mujeres salteñas expresaron estar más unidas que nunca en el clamor por el aborto legal, seguro y gratuito. Este fue el principal reclamo en la tercera edición del "Ni Una Menos" en Salta.
También les dijeron basta a los femicidios, a los travesticidios y a la violencia machista. Luego de enumerar las diversas problemáticas que se viven a diario, Pía Ceballos, directora del Observatorio de Violencia contra la Mujeres, le dijo a la multitud: "Grito de furia travesti!". Enseguida las mujeres y hombres presentes se colocaron la palma de la mano enfrente de la boca emitiendo un sonido de manera intermitente y muy rápida.
Poder, poder popular/ ahora que estamos juntas/ ahora que si nos ven/ abajo el patriarcado se va a caer/ se va a caer/ arriba el feminismo que va a vencer/ que va a vencer. El cántico también fue entonado reiteradas veces desde que las columnas de manifestantes partieron a las 18.30 de la plaza 9 de Julio. El recorrido siguió por Zuviría, Rivadavia (en contramano), Mitre, Gemes, pasaje Castro (en contramano), Belgrano, España (en contramano por la Catedral Basílica), Zuviría y Caseros, en la explanada del Cabildo Histórico.
La marcha de "Ni Una Menos" se realizó de forma pacífica, sin incidentes. Hubo tres momentos clave; uno de ellos cuando se llegó a la Legislatura provincial (vallada) la manifestación se encontró con una pancarta provida puesta en la escalinata de la plaza Gemes, donde un grupo de fieles católicos están apostados hace semanas rezando alrededor de la imagen de la Virgen de Luján.
Allí la euforia a favor del aborto explotó. Las bengalas de humo rosa cubrieron la atmósfera. Con aerosol negro se remarcó un "No" encima del "Sí" (a la vida). Se colocaron cartulinas que rezaban: "Sin #AbortoLegal no hay #NiUnaMenos. Cuando la gente empezó a avanzar, una señora sacó de la pancarta los carteles proabortistas.
La protesta hizo otra parada enfrente de la Central de Policía de Salta, que tenía todos los portones cerrados. Había solo una mujer de la fuerza afuera del edificio. En el lugar se reclamó por la violencia contra el colectivo LGTB y se entonaron cánticos contra los policías.
Las manos estaban heladas por el frío de la noche, sin embargo la postal era muy colorida. Estuvieron todas las banderas, todas las organizaciones civiles y políticas que luchan por más derechos para las mujeres. Entre todos lograron cubrir poco más de dos cuadras. A diferencia de otras veces, en las que hubo espacios vacíos por la dispersión de la gente, esta vez el frío los amontonó más.
Participantes con pelucas verdes a tono con el color de la campaña a favor del aborto, pelucas fucsias y capas rojas, pañuelos verdes, antorchas, caras pintadas y mucho abrigo conformaron la postal.
En la Catedral
Las bengalas se volvieron a encender frente a la Catedral. Algunos fieles que salían del templo apresuraron el paso tapándose la nariz y la boca. Los cánticos se sintieron más fuerte. El pedido de la separación de la Iglesia del Estado, educación sexual, científica y laica en las escuelas resonó en la plaza.
En la explanada del Cabildo se hizo el cierre. Mientras un grupo de jóvenes realizaba una intervención artística por el derecho a decidir de las mujeres, muchos aprovecharon para sellar el día con abrazos y para que la lucha siga. Cada sector pudo expresarse a través de sus oradores.
El reclamo por las farmacias
Cada vez que la marcha de “Ni Una Menos” pasó por una farmacia el gritó de “queremos misoprostol o intervención” se avivó entre las mujeres.
En Salta no se evidenció una fractura durante la protesta, como ocurrió a nivel nacional, por el tema del aborto. Sin embargo, se sabe que hay sectores que reclaman la despenalización de la interrupción del embarazo, mientras otros piden la legalización. “Con la primera opción no se garantiza la atención en los hospitales”, señaló una manifestante.