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La historia detrás de un par de botines que sacudió a las redes

Cuando el esfuerzo y la solidaridad van de la mano surgen cosas mágicas. Conocé el conmovedor ejemplo de lucha de Osvaldo     Copa y el amor de sus amigos.
Martes, 17 de julio de 2018 23:54

Lucha, entrega, compañerismo, actitud para dejar la vida y hasta la última gota de sudor. Ese es Osvaldo Copa, un pibe como tantos otros que gambetean la malaria y acunan su sueño de grandeza desde un potrero. Él no tiene dobleces: es en el fútbol tal como lo es en la vida.

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Lucha, entrega, compañerismo, actitud para dejar la vida y hasta la última gota de sudor. Ese es Osvaldo Copa, un pibe como tantos otros que gambetean la malaria y acunan su sueño de grandeza desde un potrero. Él no tiene dobleces: es en el fútbol tal como lo es en la vida.

A la garra para esquivar a los marcadores más duros no la negocia por nada. Y eso tuvo un valioso premio para él, reconocido por sus amigos y compañeros de equipo, quienes le devolvieron aquella herramienta de trabajo y ese motor de sueños que alguien le arrebató en el camino: un par de botines de un valor incalculable para él, porque precisamente el fútbol es su vida.

 

Osvaldo carga con jóvenes 19 años que lo convierten en el pulmón humano de un equipo plagado de veteranos, como lo es el Actrón FC, que juega en el torneo FAN de fútbol amateur que hace disputar Gimnasia y Tiro en el predio de Limache. 

“Copita”, como lo llaman cariñosamente sus compañeros de equipo, hace las veces de lateral y de “9”, viene de jugar en Libertad y solo espera la apertura del libro de pases para jugar el Anual para Sanidad. Vive en condiciones de vulnerabilidad junto a su madre y 6 de sus 7 hermanos en barrio Juan Manuel de Rosas, allí donde aprendió a forjar su pasión y su constancia ante la vida.

La semana pasada, luego de jugar un partido por la noche en el predio de sintético de Gimnasia y Tiro, donde trabaja cuidando las canchas, al regreso a su hogar fue asaltado por tres sujetos, quienes le robaron todas sus pertenencias: sus zapatillas, su campera, su celular, y el tesoro más preciado de todos, sus botines casi nuevos.

Días después, movilizados por la nobleza, por el don de buena gente y por el gran corazón de “Copita”, sus compañeros de equipo, conmovidos por la pérdida, decidieron darle una sorpresa, inesperada para él: hicieron una “vaca” y le compraron un par de botines similares a los que le arrebataron.

El llanto y la emoción de Osvaldo al recibir su merecido regalo quedaron capturados en un video que se hizo viral y por el que el humilde pibe de zona norte pasó a ser noticia de medios nacionales y a convertirse en una “celebridad”, como lo gastan sus amigos.
 

A “Copita” aún se le quiebra la voz cuando relata lo sucedido. Y si bien en su momento solo tuvo que afrontar la pérdida de un bien material, solo él y todos aquellos que tuvieron que sufrir y padecer muchos desaires para tener algo que deseaban entre sus manos podrán comprender la magnitud de aquel dolor que sintió.

“Cuando tuve que pasar el puente para tomar el colectivo en la zona de la UNSa, me esperaron tres muchachos, me tiraron al piso y me golpearon. Yo me aferré al bolso de los botines, pero al final tuve que soltarlo. Me fui con bronca a mi casa. Los botines tenían poco uso, me los había comprado para mi cumpleaños, el 30 de abril. El sábado mis amigos me sorprendieron en un asado. Estoy eternamente agradecido, se los voy a pagar jugando al fútbol y no bajando los brazos. Cuando recibí los botines no lo pude creer, no aguanté la emoción y me largué a llorar. No me esperaba una sorpresa así”, le contó “Copita” a El Tribuno, para luego referirse a su sueño de futbolista y bajar un mensaje:

“Cada día me esfuerzo para mejorar y llegar lejos. Estoy en el último año del secundario en el Nacional. Estudio por la mañana, entreno por la tarde y trabajo de noche para ayudar también a mi familia. Si puedo llegaré lejos con el fútbol, lo haré, sino con el estudio, que no lo quiero descuidar. Trataré de dar lo mejor para llegar, pero no compito con nadie, en mi barrio somos muchos. Les pido a los chicos que están en mi misma situación que no bajen los brazos, siempre con la cabeza al frente y que luchen por sus sueños”.

Por su parte, Cristian, su compañero, uno de los que retribuyó el esfuerzo de Osvaldo con botines nuevos, lo describió: “Sabíamos que a le afligía mucho lo que pasó, los botines son como una parte de su cuerpo. Quisimos verlo feliz”, contó. 

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