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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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“El cuerpo se ha transformado en una plataforma de gran consumo”

Entrevista a Lux Moreno, autora de “Gorda vanidosa”, un ensayo sobre la obesidad en la era del espectáculo y las redes sociales.
Lunes, 23 de julio de 2018 15:14

Lux Moreno ha editado recientemente “Gorda vanidosa”, un ensayo sobre la obesidad en la era del espectáculo y las redes sociales. Filósofa y activista, toma su propia experiencia de vida para mostrar la discriminación que todos ejercemos cotidianamente contra la gente gorda.
En diálogo con El Tribuno, la especialista habla de la diversidad y asegura que “el cuerpo se ha transformado en una plataforma de consumo”.

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Lux Moreno ha editado recientemente “Gorda vanidosa”, un ensayo sobre la obesidad en la era del espectáculo y las redes sociales. Filósofa y activista, toma su propia experiencia de vida para mostrar la discriminación que todos ejercemos cotidianamente contra la gente gorda.
En diálogo con El Tribuno, la especialista habla de la diversidad y asegura que “el cuerpo se ha transformado en una plataforma de consumo”.

¿En qué momento decidiste escribir el libro “Gorda vanidosa”, y cómo fue el proceso, qué fuentes usaste, cómo le diste un cierre, porque es un tema del que podrían escribirse varios tomos?

Lo divertido del libro es que no fue una decisión sino una propuesta que se derivo de otra propuesta. Se había acercado Ana Ojeda, mi editora, para proponerme que escriba sobre CrossFit y en esas vueltas el proyecto que presente estaba más orientado a la diversidad corporal. Entonces en la editorial me pidieron que escribiera sobre activismo gordo, que es sobre lo que investigo. El proceso de producción del libro fue una vorágine, entre mis tres trabajos me hacia un espacio entre viaje y viaje o en la oficina para escribir. Puedo decir que no soy como esos escritores en sus estudios con largas horas de escritura sino fue todo fugaz. De un momento a otro el libro empezó a cristalizar reflexiones que venía pensando y escribiendo desde el 2013. 
En general las fuentes que uso son filosóficas y del activismo gordo pero porque estoy atravesada por esas lecturas. No fueron elegidas sistemáticamente sino que fueron apareciendo en la escritura. 
El libro no tiene un cierre realmente sino que recapitula las experiencias de manera ordenada. Creo que no podría darle un “cierre” porque es una temática que se inscribe en mi carne. Es decir, el tema que abordo me ha traspasado de tal manera que esta al centro de mis reflexiones. Por estas razones no se acaba en la publicación de un libro describir las formas en las que la violencia y la opresión se ciñen sobre nuestros cuerpos.

En una entrevista afirmaste que “la salud hegemónica establece una jerarquía de cuerpos válidos y visibles” ¿la construcción del cuerpo es también una imposición ideológica? 

Tenemos una construcción social del cuerpo que aparece en los repertorios culturales que da cuenta de un cuerpo posible. Es decir, el cuerpo delgado que se filtra en las revistas, tv, publicidades, redes sociales, centros de salud, etc. Corresponde a una sola posibilidad: ser delgado para ser visible y exitoso, pero al mismo tiempo esa corporalidad está relacionada con el hacer político del ciudadano. Esto quiere decir, que no solo tenemos que ser delgados sino que debemos ser ciudadanos responsables que consuman pero a la vez que sigan al pie de la letra las normatividades corporales. Esto tiene que ver que la forma en que los dispositivos de control se han engranado en la época contemporánea para la vigilancia del cuerpo se disponen de tal manera que para ser ese cuerpo que el mercado nos pide debe cubrir ciertos requisitos que van desde hacer dieta, consumir ciertos alimentos hasta ir a la clase de aeróbicos. El cuerpo es una mercancía pero no cualquiera sino que se ha transformado en una plataforma de consumo en la que debemos cumplir los requisitos que nos impone el sistema capitalista. Recuperar la noción de cuerpo, desde el activismo gordo, tiene que ver para mí con darle la posibilidad de ser un cuerpo heterogéneo. Es decir una experiencia de mundo encarnada que multiplique experiencias.

En el ámbito de los medios ¿existe una distinta vara sobre el aspecto de hombres y mujeres? Algunos usuarios de redes que no le “perdonan” a ciertos mediáticos que no sean perfectos?
 

Existe una diferencia entre la apreciación del cuerpo femenino respecto del masculino que tiene que ver con la historia de las mujeres y las femineidades. En la que durante siglos, aún hoy en muchos lugares, las mujeres están subordinadas al poder masculino que las ha transformado en objetos sexualizados de consumo. Esto no descarta que las masculinidades no estén en la mira de los comentarios gordofóbicos. 
El tema de los “mediáticos” tiene que ver más que nada con que se nos ha enseñado que para ser famoso o exitoso debemos cumplir las normas del sistema de consumo. Es decir, se debe ser delgado, blanco, estar en forma, etc. para aparecer bajo las luces de la visibilidad. Esta falta de “perdón” de los usuarios tiene que ver con reforzar las normas que rigen nuestras vidas. Respecto del photoshop hay muchas campañas que están a favor de no utilizarlo, pero es una herramienta más de estereotipación. 
¿Cuál es tu opinión respecto de los reality como cuestión de peso o soñando por bailar, donde, en diferente grado, se exhibe la intimidad de los participantes?

Los reality shows que se centran en las corporalidades en general están enfocados en espectacularizar la vida de los participantes. Esto sirve como forma de vigilancia, es decir, que al estar enfocado o segmentado en una serie de imágenes públicas sobre esos cuerpos se le da la posibilidad al espectador de opinar sobre ese cuerpo. Básicamente el reality tiene la misma forma de funcionamiento que el panóptico de Michel Foucault, filósofo francés que desarrolló estas temáticas en Vigilar y Castigar así también con el concepto de biopolítica, que tiene que ver con el control por parte del sistema de consumo de la totalidad de la vida. Desde qué comemos hasta como debemos sentirnos son parte de las formas en las que se expresa el control biopolítico.

¿Creés que, en algún momento, la sociedad dejará de ver a la diferencia como una disrupción, cómo una amenaza? 

No creo que suceda en lo que me queda de vida al menos. La diferencia se inscribe en nuestras sociedades como una amenaza cuando es resistencia o como asimilación cuando ya se ha transformado en nicho de consumo. Es decir, la aceptación de la diferencia no se da de manera homogénea. Podemos decir que por ejemplo, tratar de dar cuenta de estas temáticas sobre el cuerpo es más sencillo en lugares donde hay más tratamiento de la diferencia porque se pueden construir otras alianzas. Ahora en lugares donde se ha moralizado el cuerpo fuertemente es más complejo instalar estas temáticas pero no imposible. El capitalismo es el gran monstruo cambiante que tiene más de un truco bajo la manga, entonces resistencia o asimilación son los dos lugares de tensión en los que se posiciona la diferencia.
 

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